Kingston, Jamaica, 10 de octubre de 2020. “Nosotros consagramos estos dos venerables principios: nosotros creemos que todos los hombres somos iguales, amamos la tolerancia, el orden y la justicia en todas las materias; respetamos las vidas y las propiedades de todos los ciudadanos pacíficos, aunque sean los mismos españoles, residentes en este territorio; admiramos el sufragio universal que asegura la soberanía del pueblo; deseamos la emancipación, gradual y bajo indemnización, de la esclavitud”.
Así discursó en su ingenio La Demajagua, Carlos Manuel de Céspedes, quien se erigiera posteriormente por este y otros hechos en Padre de la Patria.
Uno de los primeros pasos dados por los hacendados Francisco Vicente Aguilera y Carlos Manuel de Céspedes en 1867 fue la fundación del Comité revolucionario de Bayamo, creado con el objetivo de impulsar una guerra que separara a Cuba de España. Las divergencias de criterios entre los líderes sobre el inicio de la guerra de independencia, llevaron a los revolucionarios a valorar diferentes fechas para el alzamiento.
La fecha planificada para el alzamiento estaba prevista para el 14 de octubre pero el inminente descubrimiento de la conspiración exigió que se adelantara para el 10 de octubre. Céspedes se adelantó a la detención de los conspiradores prevista en una orden del capitán general Francisco Lersundi, la cual hubiera retrasado el proceso por tiempo indeterminado.
Esa mañana pronunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de Octubre.
En el batey de La Demajagua, ante unos 500 congregados, expresó: “Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”.
Este documento pasó a la historia como Manifiesto del Diez de Octubre, pero inicialmente se llamó Manifiesto de la Junta Revolucionaria, constituyó su programa de lucha.
Entre sus objetivos principales marcados por los revolucionarios, en su mayoría masónicos pertenecientes a 20 logias creadas en el país, estaban: la aspiración a una república laica, la formación del ciudadano con deberes y derechos, y la preparación patriótica de los hombres que conquistarían la independencia.
En una de las reuniones de los revolucionarios masónicos, pues los trabajos independentistas se hacían con posterioridad al funcionamiento de las tenidas masónicas, específicamente en la sostenida la noche del 14 de agosto en la casa de Perucho Figueredo, Maceo Osorio, antes de despedirse, comentó con Perucho la necesidad de un himno para el movimiento independentista, algo similar a La Marsellesa.
El repique de la campana del ingenio La Demajagua, significó un triunfo de las ideas independentistas, frente al integrismo hispano y las corrientes reformistas y anexionistas. Así comenzó esta primera guerra independentista que duró 10 años y tuvo un carácter nacional-liberador, democrático y antiesclavista; maduró una conciencia nacional patriótica entre los cubanos, y aunque la oligarquía esclavista se mantuvo sometida a España, se fundó para siempre la nación cubana.
Datos interesantes sobre La Demajagua
- Estaba ubicado en las cercanías del mar.
- Tenía su propio muelle y desde los portales de la casa Céspedes podía contemplar las operaciones de los barcos.
- Siete días después del estallido de la gesta independentista fue bombardeado por el barco de guerra español Neptuno y posteriormente incendiado por los marinos de la embarcación.
- De semejante incendio sobrevivió la campana, que tenía una altura de 59 centímetros y pesaba más de 200 libras.
- En 1947, Fidel Castro, entonces vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Derecho, hizo que la campana presidiera simbólicamente un acto por el 10 de octubre en la escalinata de la Universidad de La Habana.
