"El 19, a la Vuelta Grande, en donde encuentro al General Bartolo Masó con más de 300 jinetes— y Martí y mis ayudantes.
Pasamos un rato de verdadero entusiasmo.
Se arengó a la tropa y Martí habló con verdadero ardor y espíritu guerrero; ignorando que el enemigo venía marchando por mi rastro y que la desgracia preparaba a nosotros y para Martí, la más grande desgracia.
Dos horas después, nos batíamos a la desesperada con una columna de más de 800 hombres, a una legua del campamento; en Dos Ríos.
Jamás me he visto en lance más comprometido— pues en la primera arremetida se barrió la vanguardia enemiga, pero en seguida se aflojó, y desde luego el enemigo se hizo firme con 335 1895 un fuego nutridísimo; y Martí, que no se puso a mi lado, cayó herido o muerto en lugar donde no se pudo recoger y quedó en poder del enemigo.
Cuando supe eso, avancé sólo hasta donde pudiera verlo.
Esta pérdida sensible del amigo, del compañero y del patriota; la flojera y poco brío de la gente, todo eso abrumó mi espíritu a tal término, que dejando algunos tiradores sobre un enemigo que ya de seguro no podía derrotar, me retiré con el alma entristecida.
¡Qué guerra esta! Pensaba yo por la noche; que al lado de un instante de ligero placer, aparece otro de amarguísimo dolor. Ya nos falta el mejor de los- compañeros y el alma podemos decir del levantamiento! ...
Cuando Martí cayó, me había abandonado y se encontraba solo, con un niño que jamás se había batido; Miguel (sic) de la Guardia. Y esto, no obstante que cuando ya íbamos a enfrentarnos con el enemigo, le ordené que se quedase detrás; pero no quiso obedecer mi orden y no pudiendo yo hacer otra cosa, que marchar adelante para arrastrar a la gente, no pude ocuparme más de Martí. A poco me encuentro casi sólo, a 50 varas del enemigo por nuestro flanco izquierdo; y dirigiéndome al Centro encuentro a Guardia que se retiraba con su caballo herido, y me da la triste noticia de Martí muerto o herido."
-Diario de campaña de Máximo Gómez, Mayor General del Ejército Libertador de Cuba