Pronunciamiento de la BMC en Gambia en ocasión de este 28 de enero
Hay hombres que nacen para dignificar y hacer crecer la historia de la humanidad, que se alimentan con la savia de muchos retoños y de las mejores tradiciones patriótica de sus pueblos, hombres incondicionales, entregados por completo al deber que le impone la época que les ha tocado vivir.
La figura histórica de José Martí es sin duda alguna uno de los pilares esenciales en la génesis del pensamiento revolucionario cubano y en la firmeza irrevocable de los sentimientos patrióticos.
Encontramos en el Apóstolal revolucionario inclaudicable que trasciende su época, su tiempo, a quien amó tanto la libertad, como el conocimiento y la cultura. Un hombre de un pensamiento democrático, que defendió la igualdad, su derecho de vivir en una Patria justa, y trabajó intensamente a favor de su patria y de América Latina.
Martí nos enseñó que un revolucionario y un gobernante no pueden tener ni goces ni vida privada, que debe dedicarlo todo a su pueblo, al pueblo que lo eligió, y le demanda una posición de responsabilidad y de combate.
Las ideas martianas alcanzan su más elevada concreción en el líder indiscutible de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien materializó las ideas del Apóstol sobre la educación, al hacer que el sistema educacional de la mayor de las Antillas se corresponda cada vez más con la igualdad, la justicia plena, la autoestima y las necesidades morales y sociales de los ciudadanos en el modelo de sociedad que el pueblo de Cuba se ha propuesto crear.
Nadie como Martí puede guiarnos en el empeño de enfrentar los retos para contrarrestar al imperialismo del norte brutal y revuelto porque fueél fue el primero en caracterizarlo y denunciarlo públicamente.
Los cubanos de estos tiempos lo tenemos bien claro y sabemos, como afirmó nuestro Comandante en Jefe en una de sus memorables Reflexiones dedicada al General independentista Antonio Maceo, que "el rostro ceñudo de Martí y la mirada fulminante de Maceo señalan a cada cubano el duro camino del deber y no de qué lado se vive mejor".
José Martí es un paradigma para todos los pueblos que luchan hoy por un mundo mejor, en medio de las adversidades que enfrenta actualmente la humanidad.
El ideario del Apóstol cubano es un ejemplo a seguir en todos los tiempos: su independentismo, antimperialismo, antirracismo, humanismo e integracionismo, son armas indispensables para salvaguardar este mundo frente a las avalanchas intervencionistas neoliberales.
Con todos y para el bien de todos.
¡Viva Jose Martí!
¡Viva Fidel!
¡Viva la RevoluciónCubana!
Banjul, 27 de enero de 2021
