“Discurso pronunciado por Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, en el 74 Debate General de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, Nueva York, 28 de septiembre de 2019, “Año 61 de la Revolución”.
Denuncio ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que el Gobierno de Estados Unidos ha iniciado en los últimos meses la aplicación de medidas criminales, no convencionales, para impedir el abastecimiento de combustible a nuestro país desde diversos mercados, mediante la amenaza y persecución a las compañías que lo transportan, a los gobiernos de registro y bandera, navieras y empresas de seguros.
En el último año, el Gobierno estadounidense ha incrementado cualitativamente sus medidas de hostilidad y bloqueo contra Cuba. Ha impuesto escollos adicionales al comercio exterior e incrementado la persecución de nuestras relaciones bancario-financieras con el resto del mundo. Ha limitado en extremo los viajes y cualquier interacción entre ambos pueblos. Obstaculiza los vínculos y contactos con su patria de los cubanos que viven en los Estados Unidos.
La ilegal Ley Helms-Burton de 1996 guía la conducta agresiva de los Estados Unidos contra Cuba. Su esencia es la pretensión descarnada de cuestionar el derecho a la libre determinación y la independencia de la nación cubana.
El bloqueo económico, comercial y financiero continúa siendo el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país y para el avance del proceso de actualización del Modelo Socialista de Desarrollo Económico y Social que nuestro país se ha trazado. Las nuevas medidas afectan particularmente al sector no estatal de nuestra economía.
La relación bilateral entre Cuba y Venezuela se basa en el respeto mutuo y en la verdadera solidaridad. Respaldamos sin vacilación al Gobierno legítimo que preside el compañero Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar del pueblo bolivariano y chavista.
Es también una grosera violación de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que sus Jefes de Estado y Gobierno firmaron en La Habana, en enero de 2014.
Y si, a estas alturas, alguien pretende todavía hacer rendir a la Revolución Cubana, o espera que las nuevas generaciones de cubanas y cubanos traicionen su pasado y renuncien a su futuro, repetiremos con el ímpetu de Fidel: ¡Patria o Muerte!”
