Santo Domingo, 11 de octubre. Cubanos residentes en República Dominicana recuerdan al Che en el aniversario 53 de su caída en La Higuera, Bolivia.
En una emotiva carta dirigida al Comandante Ernesto “Che” Guevara el autor recorre pasajes de su vida, de sus amigos, de su hazañas. De manera especial logra ponernos en contacto con el Che a quien solicita que hoy mas que nunca esté atento pues necesitamos de su agudeza y su firmeza.
A continuación texto íntegro de la carta.
Carta al Che.
Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Ernesto, miro hoy tu foto y la veo distinta, nueva, aguerrida siempre, hermosa, épica. Te miro desde la distancia de otro tiempo y otro espacio. Miro a tus ojos y los míos lloran. Dime amigo, por qué los caminos de hoy parecen fáciles y son más duros. Dime por qué tus palabras suenan en mi oído como el canto de Celia, o la risa de Camilo.
Siento un peso en los hombros y se me aprieta la garganta; debe ser el compromiso con mi hijo y la América toda, la América que no te deja morir porque sabe que no tendría futuro. No calles nunca Che, que tu voz no se quiebre jamás sobre los picos empinados de La Sierra, que tus pasos no se pierdan en los angostos caminos de Los Andes.
La historia te absolvió junto a Fidel para que tu gloria sea eterna. Que inútil fue la bala que intento derrumbarte, que incapaz el hombre que apretó el gatillo, que cobarde la voz que ordeno tu muerte. Como se borra la leyenda que construyo un pueblo entero con el rugir de fusiles y la sangre derramada.
Quede tranquilo Comandante. Nos volveremos a encontrar en la esquina de una calle americana, en una nostálgica postal del mes de octubre, en el pulóver de algún universitario. Nos encontraremos y se cumplirá la profecía de los pioneros cubanos, se hará realidad el grito de batalla. Nos reuniremos en el alba bañada de rocío de un enero nuevo. Quédate tranquilo Guevara, duerme con la paz de un niño en el regazo de su madre.
Ya suenan las trompetas que derribaran los muros, el fulgor de tu escultura irradia luz en todo el continente, desde una Santa Clara liberada. Los pinos nuevos de Martí ya se alistan para formar otra vez tu columna, y otra vez se repetirá la epopeya, la tierra que durmió esclava despertara liberta por un brazo de yeso y una barba guerrillera, el sudor de tu uniforme pintara de verde los valles fértiles de futuro. Ya las palomas vuelan al horizonte, llevan la buena nueva, el Che aún vive, engaño a la muerte con su estrella luminosa.
No pestañees Ernesto, agudiza la vista para descubrir al enemigo, solo esperamos tus ordenes Che, seguimos tu boina y tu melena que desanda el monte como un Caupolicán, pisa fuerte Guevara, seguimos a tu lado, siempre contigo Comandante.
¡Hasta La Victoria Siempre!
Husmell Díaz Sánchez.
EmbaCuba Dominicana
