Cien años con Fidel Castro: El traje blanco usado por Fidel, durante su visita a Guinea Conakry.

Conakry, República de Guinea. 05 de octubre de 2025.- El embajador de Cuba en Conakry, República de Guinea, Alexis Peña Orozco; recibió en la sede diplomática al Sr. Oumar Acuña Dabo, cubano-guineano, arquitecto de profesión, graduado en la universidad de Camagüey y miembro de la Asociación de Guineanos Graduados en Cuba e hijo del Sr. Elhadj Bangaly Dabo, uno de los primeros jóvenes guineanos que obtuvo becas en nuestro país a donde arribó en plena efervescencia revolucionaria, para cursar estudios de Licenciatura en lengua y literatura española, corría el año 1961. Los sentimientos y su amor por Cuba, hasta su fallecimiento en julio de 2021, quedaron sellados para siempre con la joven manzanillera, Neyda Acuña Acuña con quien contrajo matrimonio y tres hijos nacidos en La Habana. Ella llegaría a Conakry en 1970, sería la primera ciudadana cubana en residir de forma permanente en la República de Guinea.

El propósito de su visita, fue intercambiar ideas,  propuestas y un amplio anecdotario para las actividades que nuestra Misión organiza en ocasión del Centenario del Comandante en Jefe, muchas de los cuales por su vinculación a la Mayor de las Antillas; su familia ha sido testigo de excepción durante las últimas seis décadas.

Esta crónica, es parte del legado y memorias del Sr. Elhadj Bangaly Dabo, fechada en Conakry el 21 de octubre de 2014. Dabo, tras su graduación en la Universidad de La Habana; fue designado como funcionario diplomático en la Embajada de la República de Guinea en Cuba y al regresar a su patria, se desempeñaría como funcionario del Ministerio de Asuntos Extranjeros, de la Integración Africana y de Guineanos Residentes en el Extranjero en diferentes instancias, hasta ser designado como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de su país en Japón y posteriormente en la República de Angola.

El diálogo comenzó en torno a las visitas del Comandante en Jefe a la República de Guinea, el primer país africano que honró con su presencia, en un programa intergubernamental, organizado entre el lunes 3 y el jueves 6 de mayo de 1972, y lo más importante; su padre, fue el traductor oficial de Fidel Castro y su Delegación; esa sería la primera de las tres visitas que hiciera el líder de la Revolución cubana a Conakry.

Por la amistad desarrollada entre los dos líderes, desde octubre de 1960, fecha en que el guineano visitara La Habana, insistió en que por temas de seguridad, Fidel y parte de la delegación oficial se trasladara de la Residencia del embajador cubano Oscar Oramas, donde habían sido alojados hacia el Residencial Presidencial en “Las cabañas de Bellevue” en la ciudad de Conakry; un complejo habitacional frente al mar con arquitectura contemporánea, pero que remeda las  ancestrales construcciones guineanas. Ya era bien conocido el seguimiento e intenciones de asesinar al líder caribeño por parte de las agencias de inteligencia norteamericanas.

El martes 4 de mayo de 1972, siguiendo el protocolo organizado para la atención a la delegación caribeña, se iniciaba el recorrido por varias regiones del país, ya todo estaba listo para acoger a los visitantes en  las regiones de Kankan, Labé, y Kissidougou,  con estancia de una noche en Faranah;  lugar de nacimiento de Ahmed Sekou Touré. Para sorpresa de los asistentes a la despedida en el aeropuerto capitalino donde abordarían un avión de la compañía nacional, Air Guinée, Fidel y Touré; ya apodados por la población local, El Caballo y El Elefante, comentaría el periodista cubano, Luis Báez, quien cubría la sección informativa de la Delegación; ambos vestían el traje tradicional guineano, de color blanco con cuello “mao” (cuello chino se le conoce en Cuba)  y tres bolsillos, uno a nivel del pecho y dos en la cintura.

Como  era usual desde el triunfo de la Revolución, Fidel siempre había sido visto en público únicamente vistiendo sus trajes de faena de color verde olivo; interpretaban y agradecían en los entresijos diplomáticos locales este gesto de verdadera cortesía hacia el pueblo y Gobierno guineanos. No obstante, marcando la diferencia; Fidel nunca se deshizo de su grueso fajín militar.

La confección de manera urgente de los dos trajes, fue realizada tarde en la noche del 3 de mayo por el sastre personal del Presidente, el maestro costurero Volobela Leopold Haba y quizás como se pretendía que fuera un regalo sorpresa; no se le pidieron sus medidas personales al Comandante en Jefe, sino que se incluyó al sastre en la delegación oficial guineana desde la llegada de Fidel a Conakry hasta su primer discurso ante la población guineana al caer la tarde en el estadio capitalino “28 de septiembre”, para que solo por su observación pudiera hacerse idea de sus tallas y medidas corporales.

Ese día en Conakry y posteriormente las regiones visitadas, la ciudadanía no escondía su alegría y satisfacción al ver al líder de la Revolución cubana, vestido con el traje tradicional guineano.

En Cuba, se mantiene la leyenda popular… ¡Fidel, fue a Africa a hacerse Santo! Esta crónica es testimonio fiel y escrita de puño y letra por uno de los participantes directos en la organización y desarrollo de la visita a la nación africana, donde nos aclara la historia del traje blanco que usara el Comandante en Jefe en esa ocasión; quien no volvería a despojarse de su traje de campaña y los simbólicos grados de Comandante en Jefe, hasta la IV Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, Colombia en junio de 1994 a sugerencia de su amigo el escritor, periodista y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez y accediera respetando el protocolo del evento multilateral a vestir con una guayabera.

Este primer viaje a la República de Guinea,  tuvo que ser extendido unas 48 horas por una invitación expresa del presidente de Sierra Leona, Siaka Stevens. Durante este viaje relámpago de ida y vuelta, la comitiva oficial cubana, fue acompañada por indicaciones expresas del presidente, Ahmed Sekou Touré por el primer ministro guineano, Dr. Lansana Beavogui.

En esos momentos La Habana y Freetown aun no tenían establecidas relaciones diplomáticas, se continuaban abriendo las puertas del continente africano a la lejana isla del Caribe.

 

EmbaCuba – Guinea Conakry / Côte d’Ivoire

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