Nueva York, 29 de octubre de 2019. “Es hora de exigir a los mayores países productores de armas que antepongan la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos a los mezquinos intereses de los complejos militares industriales y la maquinaria de la guerra” afirmó Lilianne Sánchez Rodríguez, Segunda Secretaria de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas durante el Debate temático “Otras medidas de desarme y seguridad internacional”, correspondiente a la Primera Comisión del organismo internacional.
En dicho escenario, recalcó que el desarme general y completo, en particular el desarme nuclear, es la máxima prioridad en esta esfera. Asimismo, denunció el incremento de los gastos militares mundiales, los cuales alcanzan la cifra récord de 1,82 billones de dólares, los cuales podrían reorientarse junto con los progresos científicos y tecnológicos empleados en las armas, a actividades generadoras de desarrollo económico y social.
La representante de la isla, hizo referencia a la Estrategia Cibernética del Departamento de Defensa de Estados Unidos, en 2018, donde se autoriza el uso de armas cibernéticas ofensivas y operaciones ciberofensivas, incluso la posibilidad de realizar ataques cibernéticos preventivos para disuadir a sus adversarios.
Reiteró que el uso hostil de las telecomunicaciones, con el propósito declarado o encubierto de subvertir el ordenamiento jurídico y político de los Estados, como el establecimiento de la Fuerza de Tarea de Internet para Cuba, es una violación de las normas internacionalmente acordadas en esta materia.
La joven diplomática cubana explicó que, durante el 2019, se transmitieron de manera ilegal contra Cuba 1865 horas semanales, a través de 21 frecuencias, desde el territorio de los Estados Unidos, en contravención de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y las disposiciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Sánchez Rodríguez exigió durante el debate el levantamiento inmediato de las medidas coercitivas unilaterales que limitan el acceso, uso y disfrute de las tecnologías de la información y las comunicaciones; así como de los materiales y equipos que requieren los países para su desarrollo, como lo constituye el bloqueo económico, comercial y financiero y la Ley Helms Burton impuesto por EE.UU. contra Cuba.
Fuente: Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas