El Ministerio de Relaciones Exteriores alerta sobre la gravedad del mensaje de arrogancia y desprecio con que el Secretario de Estado de los Estados Unidos inició una gira por varios países de América Latina y el Caribe.
En vísperas de su viaje, el jueves 1ro. de febrero, el secretario de Estado Rex Tillerson, en una comparecencia en la Universidad de Texas en Austin, realizó declaraciones alarmantes e injerencistas que instigan abiertamente al derrocamiento, por cualquier vía, del Gobierno legítimo de Venezuela y están dirigidas también a socavar el repudio unánime de la región a las medidas de retroceso y endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que tienen como propósito dañar a la economía y al pueblo cubanos para tratar de doblegar al país.
Al decir del secretario Tillerson, «En la historia de Venezuela y de hecho en la historia de otros países latinoamericanos y sudamericanos, frecuentemente son los militares (los) que se ocupan de esto, cuando las cosas se ponen tan malas que los líderes militares se dan cuenta que ya no pueden responder más a los ciudadanos y ellos conducen una transición pacífica. Si este es el caso o no, yo no lo sé». Anteriormente, defendió los postulados de la tristemente célebre doctrina que estableció como política que América es el traspatio de Estados Unidos, al declarar que «algunas veces olvidamos la importancia de la Doctrina Monroe y lo que significa para nuestro hemisferio por lo que creo que es hoy tan relevante como cuando se escribió».
Sus palabras son claramente una instigación al «cambio de régimen». En sus instrucciones para la región, Tillerson llegó tan lejos como sugerir que el presidente Nicolás Maduro debería abandonar su puesto de Jefe de Estado democráticamente electo por una indiscutible mayoría de votos. En su discurso, también vuelve con los fracasados condicionamientos a Cuba y, sin autoridad moral alguna, se entromete en los asuntos internos cubanos, al reclamar de nuestro próximo proceso electoral, cambios que sean del agrado de Estados Unidos.
Con sus declaraciones, el alto funcionario del Gobierno de Estados Unidos, añade un nuevo acto a lo que ha sido un patrón de sucesivos atropellos en la historia de dominación de nuestra región y ratifica el sostenido desprecio con que el Gobierno del presidente Donald Trump se ha referido inequívocamente a las naciones de Latinoamérica y el Caribe, a cuyos pueblos descalifica cada vez que tiene oportunidad.
Antes de partir a su gira imperialista, el Secretario de Estado anuncia que el 2018 será el año de las Américas y deja claro que buscará incentivar la división y la sumisión entre los Gobiernos latinoamericanos. Al hacerlo, tropezará con el repudio que inspiran sus anuncios y con la dignidad de los pueblos de la región, quienes cargan con la memoria de los cientos de miles de muertos y desaparecidos por las dictaduras militares auspiciadas por Estados Unidos y que el secretario Tillerson hoy incita a reeditar.
Resulta indignante e inaceptable que el Secretario de Estado de Estados Unidos llame abiertamente a un golpe militar en Venezuela, alentando la inestabilidad, el derrocamiento de Gobiernos democráticamente electos y la violencia.
Es obvio y lamentable que ni el Presidente de Estados Unidos ni su Secretario de Estado conocen a América Latina y al Caribe. El nuestro ha sido un continente sometido al dominio humillante de EE. UU., interesado solo en extraer sus recursos en una relación desigual. Pero Nuestra América ha despertado y ya no será tan fácil doblegarla.
La Habana, 5 de febrero del 2018
Granma/Embacuba Bélgica