El Movimiento de Solidaridad de Jamaica con Cuba, se une al resto de la humanidad progresista, con la más enérgica condena a la última decisión del Secretario de Estado de los Estados Unidos y archienemigo del pueblo cubano, Marco Rubio, de imponer sanciones a los países beneficiarios del programa cubano de Colaboración Médica Internacional. Un programa que ha salvado millones de vidas en todo el mundo y ha proporcionado el necesario apuntalamiento de los sistemas de salud, especialmente en el Sur global, desde su inicio en 1960, cuando nuestro hermano país envió un equipo de médicos a Chile tras un terremoto.
Y saludo de todo corazón los comentarios editoriales del Gleaner del lunes 3 de marzo titulados «Dejen a los médicos cubanos», que dice en parte: «Si el Sr. Rubio posee una pizca de decencia, debe rescindir inmediatamente la política cuyo daño se hará sentir no sólo por Cuba, sino por los pobres de África, Asia y las Américas, incluidos varios países del Caribe, Jamaica entre ellos. Costará vidas»...
Es este total desdén por la santidad de la vida lo que ha sustentado la conducta del imperio, ya sean los demócratas o los republicanos que ocupan la Casa Blanca, lo que explica su total complicidad en la guerra genocida que está llevando a cabo el apartheid israelí dirigido por el criminal de guerra Benjamín Netanyahu. Donde la financiación, el suministro de las bombas de 2000 libras y otros instrumentos de muerte, ha dado lugar a 48, 450 muertos y 111.852 palestinos heridos desde octubre de 2023, el 70% de los cuales son mujeres y niños menores de 5 años de edad están estampados, made in USA.
No es casualidad que el primer jefe de Estado que ha visitado Trump en su segundo mandato, iniciado en enero de 2025, haya sido el prófugo de la Corte Penal Internacional (CPI), lo que equivale a un delito de «acoger a un criminal».
Es esta misma actitud arrogante hacia la vida humana, que el país más rico del mundo, EE.UU., con todos los recursos científicos y técnicos para arrancar, acumuló el récord poco envidiable como el país con más muertes por COVID-19 en el mundo, que suman más de 1 millón a mediados de 2023, con un número considerable de personas que aún sufren de discapacidades a largo plazo, como resultado de un sistema que prioriza las ganancias sobre las personas.
En contraste con nuestro país hermano, Cuba, que a pesar de 6 décadas de intento de «estrangulamiento» provocado por un bloqueo ilegal, cruel y genocida, especialmente 243 sanciones que condujeron a y durante la pandemia de COVID 19, no sólo fueron capaces de «capear el temporal» y crear sus propias vacunas en defensa del derecho humano a la vida de sus ciudadanos, sino que extendieron su experiencia médica a través del trabajo de la Brigada Henry Reeves (HRB), en 56 países, entre ellos Jamaica, para combatir la pandemia y salvar vidas.
Se escribió un capítulo ejemplar en la envidiable historia de nuestro país hermano de ser el «guardián de su hermano», que vio a la HRB estar entre los nominados para el premio Nobel de la Paz en 2021.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel, fue muy enfático al exponer no solo la filosofía sino la práctica, que guió la revolución del país, «Médicos no bombas“ nuestros médicos irán a los lugares más recónditos e inhóspitos donde se les necesite en los rincones más oscuros del mundo”.
Mientras seguimos defendiendo el derecho inalienable de Cuba a seguir su propio camino de desarrollo, su soberanía e independencia, extendamos nuestra solidaridad a nuestros hermanos y hermanas de la región del Caribe, América del Norte y del Sur, África, Asia, Europa y especialmente a los de Estados Unidos, ya que juntos somos más fuertes para resistir el ataque de los imitadores del Tercer Reich de Hitler en el siglo XXI.
Venceremos.
6 de marzo de 2025
