El 26 de julio de 1953 un grupo de jóvenes del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), asaltaron el Cuartel Guillermón Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba, capital de la provincia de Oriente, que era la segunda fortaleza militar del país; y el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, situado en la ciudad de Bayamo en el centro de la provincia de Oriente, para dificultar la llegada de refuerzos a Santiago de Cuba.
La selección de Santiago de Cuba se hizo teniendo en cuenta entre otros factores, que la misma se encuentra en la costa sur de Cuba, a más de 1.200 km de la ciudad de La Habana que está en la costa norte, y era el centro político y militar del gobierno. Santiago de Cuba también está en la proximidad de las montañas de la Sierra Maestra y su población tiene una gran tradición de patriotismo y rebeldía, contra la injusticia y la opresión, las tres guerras de independencia de Cuba en el siglo XIX se iniciaron en Oriente.
El plan de los líderes del movimiento era, aprovechando la sorpresa, ya que era domingo de carnavales, a tempranas horas de la madrugada, lo cual compensaría el pobre y escaso armamento del que disponían, principalmente escopetas de caza y armas cortas.
Una vez tomado el cuartel planeaban convocar por la radio al pueblo a unírseles y entregarles las armas, e iniciar un levantamiento popular en la ciudad; no tenían dudas del apoyo de la mayoría de los santiagueros, ni del resto del pueblo de Cuba; y si la lucha se dificultaba refugiarse en las cercanas montañas y apelar a la guerra de guerrillas.
El grupo de 122 combatientes incluyendo dos mujeres, que atacaron el Moncada, estuvieron encabezados por el Dr. Fidel Castro Ruz, un joven abogado de 27 años.
Lamentablemente en los mismos comienzos de la acción, fueron descubiertos por una patrulla y con el tiroteo que se originó, se perdió la ventaja de la sorpresa. A pesar de su valentía y arrojo, la desproporción en hombres y armas le dió la victoria a los militares y el intento fracasó.
El dictador declaró el estado de emergencia en Oriente, y dió la orden de eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen muerto en combate. La masacre se generalizó y fueron asesinados 32 de los asaltantes capturados en Santiago de Cuba, y los 10 capturados en el Bayamo. Los sobrevivientes fueron detenidos tras feroz cacería, enjuiciados y condenados a prisión.
Las protestas y descontento popular con esos crímenes fue tan grande, que el dictador trató de tomar distancia de las ejecuciones, y estas fueron suspendidas, lo que explica entre otras razones, porque un grupo de los asaltantes entre ellos Fidel y Raúl Castro no fueron asesinados.
El juicio por la Causa 37 de 1953 por los sucesos del Moncada Fidel Castro, rodeado de las bayonetas de sus enemigos hizo su propia defensa, en la que denuncio las torturas y asesinatos, sufridas por los asaltantes y las terribles condiciones en que vivía el pueblo bajo el régimen dictatorial en su inolvidable alegato en su defensa que hoy conocemos como La Historia me Absolverá.
Este suceso que culminó en una derrota militar, sin embargo tuvo una transcendencia histórica para el pueblo cubano y el movimiento revolucionario que se iniciaba, mostrándonos el camino y sus líderes, y como transformar las derrotas tácticas en victorias estratégicas.
¡Viva la Revolución Cubana! ¡Viva Fidel! ¡Hasta la Victoria, Siempre!
24 de julio de 2025