Declaración de la Asociación de Cubanos Residentes en Jamaica “Antonio Maceo”, con motivo de la Celebración del 60 Aniversario del Triunfo de la Revolución
El 1ro. de enero de 1959 el pueblo cubano despertó con la feliz noticia del triunfo de la Revolución, la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista se había derrumbado, Fidel y Raúl entraban en Santiago al frente del heroico Ejército Rebelde, las columnas de Camilo y el Che avanzaban sobre La Habana y en muy pocos lugares las desmoralizadas fuerzas de la dictadura ofrecían resistencia, era un día luminoso, libres al fin, por primera vez los revolucionarios entraban en Santiago y se mezclaban los jóvenes barbudos vestidos de verde olivo, con los combatientes de la clandestinidad y el llano; y su pueblo que los recibía como héroes y los brazaletes rojinegros del M26-7 eran una marea incontenible que marcaba el rumbo de los tiempos nuevos.
Todo ocurrió con suma rapidez, bajo la dirección de Fidel, las maniobras del imperialismo y los militares que trataban inútilmente de articular una respuesta se vieron frustradas, todo el pueblo respaldó el llamado a la huelga general y, en pocos días, el 8 de enero entraba de manera triunfal e inolvidable Fidel en La Habana, rodeado por un mar de pueblo, y la victoria había sido consumada.
Desde aquellos días tempranos Fidel nos alertó que tal vez ahora todo sería más difícil, pero que lucharíamos y venceríamos al lado de nuestro heroico pueblo, y así fue. Se sucederían años difíciles, numerosas agresiones, Playa Girón, el sabotaje del vapor La Coubre, la lucha contra bandidos en el Escambray, los numerosos ataques terroristas e intentos de asesinatos de los líderes revolucionarios, en especial Fidel, la Crisis de Octubre, el bloqueo más brutal, despiadado y prolongado que haya sufrido país alguno. Siguieron la ruptura de todos los países de la América Latina salvo México con Cuba y los intentos de aislarnos y la amenaza perenne de una agresión directa del ejército de los Estados Unidos, tema más de una vez discutido por diferentes administraciones en la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA.
En medio de la guerra fría, ninguna de las llamadas democracias occidentales se atrevió a desafiar los designios de los Estados Unidos contra Cuba, que eran flagrantes violaciones del derecho internacional; aunque es cierto que algunas hicieron tímidos amagos de desaprobación y no rompieron con sus relaciones con la pequeña nación antillana, como era exigido por Washington, lo que también apreciamos en su justo valor.
En medio de ese tenso y complejo proceso Cuba restableció las relaciones con la URSS y surgió una alianza, que sería fundamental para la supervivencia de la Revolución, los soviéticos compraron nuestro azúcar, nos vendieron petróleo y nos dieron gratuitamente las armas para defendernos y su ayuda a lo largo de más de tres décadas es un ejemplo singular del internacionalismo que los revolucionarios cubanos agradecemos y nunca olvidaremos.
Pero la Revolución Cubana no solo sobrevivió, en un año alfabetizó a todos los que no sabían leer y escribir y desarrolló un proyecto educacional y cultural no superado por ningún otro país en este hemisferio, educó decenas de miles de doctores y creo el sistema de salud pública más exitoso y eficiente del Tercer Mundo, brindando más ayuda médica a África y América Latina que todos los países occidentales juntos. Dio las tierras a los campesinos con la Ley de Reforma Agraria, brindo empleo pleno a todos los trabajadores y por primera vez en la América Latina un gobierno íntimamente ligado a las masas populares había llegado al poder, cambiando el panorama económico y social de Cuba.
Antes de 1959 eran pocos los regímenes preocupados por la educación, la salud y los problemas sociales en este hemisferio. Fue la Revolución Cubana la que puso esos temas en la agenda de los gobernantes de nuestros países por primera vez y contribuyó de manera esencial a cambiar la historia de la América Latina y el Caribe. Las luchas sociales, y en especial la lucha armada contra regímenes despóticos en numerosos países de la América Latina, hicieron sumamente difícil para el imperialismo y los sectores derechistas continuar empleando golpes de estado y militares y regímenes represivos. No fueron los norteamericanos los que impulsaron la democratización del hemisferio, sino el movimiento popular y revolucionario y el temor a nuevas Cubas. Los héroes y mártires de esa lucha son, entre otros muchos, el Che, Salvador Allende, Hugo Chávez, Carlos Fonseca Amador, Michael Manley, Rodney Arismendi, Luiz Inácio Lula da Silva, Juan Bosch, Camilo Torres, Cheddi Jagan, Forbes Burnham, Francisco Caamaño, Fabricio Ojeda, Luis de la Puente Uceda, Maurice Bishop, Jacques Stephen Alexis, Turcios Lima y Miguel Enríquez.
Cuba también ayudó a impulsar profundas transformaciones progresistas en la historia de África y el Medio Oriente, jugando un destacado papel en la lucha de los pueblos afroasiáticos contra el colonialismo y la dominación extranjera, contribuyendo de manera importante al derrumbe del sistema colonial y la consolidación de regímenes progresistas en Argelia, Siria, Irak, Zimbabue, Yemen, Etiopia, República Árabe Saharaui Democrática, Palestina, Ghana, Guinea Bissau, Mozambique, Tanzania, Uganda, Libia, República de Guinea y Congo Brazzaville. La ayuda de Cuba al pueblo angolano no solo ayudo a preservar su independencia y soberanía, sino que contribuyo a la independencia de Namibia y el derrumbe del régimen del apartheid en África del Sur, cambiando de manera decisiva la correlación de fuerzas en esa región en favor de las grandes masas populares y los países recién independizados en el Sur y Centro de África.
El papel de Cuba en el seno del Movimiento de Países No Alineados, del que fue fundador, en el Grupo de los 77, en la Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y la América Latina y en la Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de la América Latina, celebradas en La Habana, en las luchas por un Nuevo Orden Económico Internacional más Justo y Equitativo en las décadas de los setenta y ochenta, contra el pago de la deuda externa de los países en vías de desarrollo y contra la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y sus políticas neoliberales, auspiciadas por los Estados Unidos y derrotadas con el surgimiento de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), verdaderos ejemplos de proyectos de integración regionales en función de los intereses de los pueblos de la región.
Cuba realizó hazañas extraordinarias y transformaciones sociales y políticas que hubiesen parecido imposibles, jamás traicionó sus principios y se convirtió en un modelo de solidaridad internacionalista.
Años después vendría otro momento dramático, con la desintegración de la URSS y la comunidad socialista en Europa y los duros años del Periodo Especial, del que nunca nos hemos recuperado totalmente.
Nunca país alguno debió enfrentar los desafíos del virtual colapso de sus relaciones económicas internacionales, jamás un pequeño país ha sido sujeto de agresiones y amenazas por parte de una superpotencia situada a 90 millas de su territorio a lo largo de más de medio siglo, sin claudicar ni ser derrotada.
Todo ello no hubiese sido posible sin la brillante dirección de Fidel, sin dudas uno de los líderes políticos y militares más extraordinarios, audaces y valientes de nuestro tiempo, sin los aguerridos combatientes que dirigió y llevó a la victoria del 1ro de enero, sin la vanguardia revolucionaria que se fundió en el Partido Comunista de Cuba, en las organizaciones de masas y en el Gobierno Revolucionario, y sobre todo sin el abnegado y heroico pueblo cubano, que enfrentó las amenazas, las agresiones de la potencia imperialista más poderosa en la historia de la humanidad y las dificultades y obstáculos, con valentía y abnegación sin igual, manteniendo su lealtad a la Revolución y a su líder.
Hoy, bajo la dirección del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista, y Miguel Diaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros de Cuba, el pueblo cubano transita hacia una nueva fase de la Revolución y, tras celebrar el 60 Aniversario del triunfo revolucionario, se dispone a continuar su esfuerzo y su obra de construir una sociedad socialista igualitaria, próspera y sustentable, derrotando las nuevas agresiones y campañas de los imperialistas y los adversarios de la Revolución.
¡Viva la Revolución Cubana!
¡Hasta la Victoria Siempre!
Asociación de Cubanos Residentes en Jamaica “Antonio Maceo”
10 de enero de 2019