La Asociación de Cubanos Residentes en México José Martí AC, agradece su asistencia a este mitin que hemos convocado. Nos reunimos hoy frente a la Embajada de los Estados Unidos, no como un acto más, sino en un momento histórico. En pocas horas, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, se realizará la votación por 33 años consecutivos de la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Este año dicha votación tendrá una significación especial, porque como nunca antes, hay un reforzamiento de esta guerra económica, de una política agresiva y hostil hacia nuestro pueblo y gobierno, en la que su secretario de Estado Marco Rubio, ha desplegado una diplomacia intimidatoria, presiones y amenazas a distintos países de la región y de Europa, para que cambien su posición histórica de apoyar la aprobación de esta resolución.
Quieren acallar la voz de la conciencia mundial, que la inmensa mayoría de las naciones del planeta no vote de forma abrumadora y contundente, para exigir el fin de una política cruel, anacrónica e ilegal: el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.
Estamos aquí hoy para decir, con toda la fuerza de nuestra convicción, que Cuba no está sola, que somos parte de ese coro mundial que clama por la autodeterminación, soberanía e independencia de los pueblos, que exige el respeto al derecho internacional, a la carta de Naciones Unidas, y rechaza las medidas coercitivas unilaterales.
Han pasado más de seis décadas. Seis décadas de un castigo colectivo diseñado para asfixiar, para rendir por hambre y desesperación a un pueblo soberano. Llamarlo "embargo" es un eufemismo que esconde una realidad cruel y brutal contra todo un pueblo. Es un bloqueo, el más férreo y prolongado de la historia moderna, un acto de guerra en tiempo de paz.
Y sin embargo, ante esta maquinaria de presión, ¿cuál ha sido la respuesta del pueblo cubano?
No ha sido la rendición. No ha sido el odio. Ha sido una lección monumental de dignidad y resistencia. Ha sido la capacidad de construir, con ingenio y esfuerzo colectivo, un sistema de salud que es envidiado mundialmente, que ha enviado brigadas de médicos a los rincones más necesitados del planeta, incluso a aquellos cuyos gobiernos mantienen una política hostil. Ha sido la tenacidad de sostener una educación pública, gratuita y de calidad. Ha sido el ejemplo de que la solidaridad, para Cuba, no es una palabra, es una práctica que ofrece al mundo.
Compañeros, el bloqueo no es una abstracción política. Tiene rostro. Es la madre que no encuentra el medicamento vital para su hijo. Es el científico que ve impedida su investigación por no poder acceder a tecnología. Es el campesino que no puede modernizar su producción. Es la familia que sufre la escasez de lo más elemental. Es el artista o deportista al que le niegan la visa para actuar o competir. Es un dolor cotidiano impuesto desde el imperio, que con su carácter extraterritorial realiza una persecución a todo aquel que comercie con Cuba, es el impedimento a las transacciones financieras al incluir a nuestro país en la ilegal, politizada y cínica lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Desde aquí, les decimos al pueblo cubano: ¡No están solos!, la Solidaridad no la pueden bloquear!
Nuestra solidaridad es un muro que se levanta contra la injusticia. Es el voto que cada año se deposita en la ONU. Es la voz que se alza en las calles de nuestras ciudades. Es la carta que escribimos, el acto que organizamos, la verdad que contamos cuando los grandes medios silencian o distorsionan la realidad. Es romper las narrativas que quieren imponer para decir que el bloqueo no existe y que es el gobierno cubano el responsable de la severa situación económica.
La próxima votación en la Asamblea General no es un trámite. Es un termómetro de la humanidad. Es la demostración de que el mundo rechaza la ley del más fuerte, el unilateralismo y la coerción. Es un mensaje claro al gobierno de los Estados Unidos: su política es un fracaso moral y diplomático. El aislamiento no es de Cuba, es de quienes insisten en mantener esta medida genocida, como la han calificado repetidamente líderes y personalidades mundiales.
Por eso, hoy, en este mitin de solidaridad, los cubanos dignos y patriotas renovamos nuestro compromiso:
1. Compromiso de Denuncia: No cejaremos en denunciar los estragos humanos del bloqueo, en contar su verdadera cara.
2. Compromiso de Acción: Intensificaremos nuestras campañas informativas y materiales como es la “Campaña un barco de petróleo para Cuba”, trabajaremos con el gobierno y el poder legislativo para que se pronuncien contra esta injusticia.
3. Compromiso de Hermandad: Mantendremos viva la llama de la solidaridad, porque sabemos que la lucha del pueblo cubano es también la lucha de toda Nuestra América, para que siga siendo una zona de paz, por lo que rechazamos totalmente las agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela y la militarización del Caribe. Es la lucha por un mundo multipolar, soberano y con justicia social.
En vísperas de esa votación crucial, llevemos un mensaje a la misión cubana en la ONU, a su gobierno y, sobre todo, a su pueblo:
¡Cuba, estamos contigo!
¡Abajo el bloqueo!
No más agresiones contra el noble, valiente y resistente pueblo cubano
¡Viva Cuba soberana y socialista!
Patria o Muerte, Venceremos
