Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba ES-EN-FR

Cumbre de las Américas: dominación imperialista y exclusión.

Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba

La Habana, 6 de junio de 2022.- El Gobierno de los Estados Unidos, abusando del privilegio que le otorga su condición de país anfitrión, decidió tempranamente excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la IX Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Los Ángeles este mes de junio.  Se negó a atender los justos reclamos de numerosos gobiernos para que cambiara esa posición discriminatoria e inaceptable. 

No existe una sola razón que justifique la antidemocrática y arbitraria exclusión de país alguno del hemisferio de esa cita continental. Es algo que las naciones de América Latina y el Caribe advirtieron desde la VI Cumbre celebrada en Cartagena de Indias, en 2012. 

El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez adelantó el pasado 25 de mayo que no asistiría. Era una decisión firme de Cuba si no se invitaba a todos los países del hemisferio en pie de igualdad. 

Entre la soberbia, el temor a que se escuchen verdades incómodas, el empeño en evitar que la reunión delibere sobre los temas más urgentes y complejos del hemisferio, y las propias contradicciones de su endeble y polarizado sistema político, el gobierno estadounidense optó nuevamente por la exclusión como recurso para tratar de lograr un evento sin aportes concretos, pero provechoso para la imagen del imperialismo.

Se conocen las intensas gestiones de alto nivel llevadas a cabo por los Estados Unidos con gobiernos de la región, para contener la intención de muchos de ausentarse del evento si no se invitara a todos. Estas incluyeron presiones inmorales, chantajes, amenazas y sucias maniobras de engaño. Son prácticas habituales del imperialismo que reflejan su desprecio tradicional hacia nuestros países. Merecen el más enérgico rechazo.

Cuba agradece y respeta la digna, valiente y legítima posición de numerosos gobiernos en defensa de la participación de todos, en igualdad de condiciones. 

El liderazgo del presidente de México Andrés Manuel López Obrador merece especial reconocimiento. Destacamos la clara y temprana actitud de los países miembros de CARICOM en contra de las exclusiones, así como la firme postura del presidente de Bolivia Luis Arce Catacora y de la presidenta de Honduras Xiomara Castro. La posición de Argentina como presidente de la CELAC expresa la opinión mayoritaria de la región en contra de una cumbre selectiva, como han expresado en público y en privado numerosos gobiernos de Sur y Centro América. 

Esa genuina y espontánea solidaridad, ante la acción discriminatoria de los Estados Unidos contra países de la región, refleja el sentir de los pueblos de Nuestra América. Estados Unidos subestimó el apoyo a Cuba en la región, mientras trató de imponer su política de hostilidad hacia Cuba, unilateral y universalmente rechazada, como si fuese una posición consensuada en el hemisferio, pero el debate sobre el proceso de invitación demostró lo contrario.

La XXI Cumbre del ALBA celebrada en La Habana el pasado 27 de mayo, marcó sin ambages el repudio a las exclusiones y al trato discriminatorio y selectivo. 

Exclusiones de esta naturaleza confirman que los Estados Unidos concibieron y utilizan este mecanismo de diálogo de alto nivel como instrumento de su sistema hegemónico en el hemisferio, al estilo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y otros entes concebidos en el siglo XX para coartar la independencia, limitar la soberanía de las naciones de la región e impedir las aspiraciones de unidad e integración latinoamericana y caribeña.

Forman parte del esfuerzo por aplicar la Doctrina Monroe y promover la exclusión como arma de división, en función de claros intereses políticos, electorales y de dominación.

No se puede hablar de “Las Américas” sin abarcar a todos los países que integran el hemisferio. Lo que nuestra región reclama es cooperación, no exclusión; solidaridad, no mezquindad; respeto, no arrogancia; soberanía y libre determinación, no subordinación.

Se sabe de antemano que los documentos que se pretende adoptar en Los Ángeles están divorciados de los verdaderos problemas de la región y son en realidad inútiles y omisos, más allá del esfuerzo por otorgar a la OEA una prerrogativa supranacional para decidir sobre la legitimidad o no de los procesos electorales y por la imposición a los gobiernos latinoamericanos y caribeños de conductas represivas, discriminatorias y excluyentes contra los migrantes. 

Sabemos que la voz de América Latina y el Caribe, como en el pasado, resonará en esos días en Los Ángeles, con la admirable y vertical ausencia de líderes fundamentales que tienen enorme autoridad política, moral y reconocimiento de sus pueblos y del mundo.

Tenemos plena confianza también en que los líderes de la región que decidan ir, sabrán fundamentar dignamente que los Estados Unidos no pueden tratar a nuestros pueblos de la manera en que lo hizo en el siglo XX.

Cuba respalda los esfuerzos genuinos por fomentar la integración basada en la convivencia civilizada, la paz, el respeto a la diversidad y la solidaridad en todo el hemisferio. Tiene un aval ampliamente reconocido de apoyar y contribuir sin reservas con toda propuesta legítima de soluciones reales y concretas a los problemas más apremiantes que sufren nuestros pueblos. La realidad que hoy se nos presenta dista mucho de esos anhelos.

(Cubaminrex)

EN

 

“Summit of the Americas: Imperialist domination and exclusion”.

Statement by the Revolutionary Government

Havana, June 6th, 2022.- The US Government, abusing its privilege of being the host country, decided at a very early stage to exclude Cuba, Venezuela and Nicaragua from the 9th Summit of the Americas to be held in the city of Los Angeles this month of June.  It has refused to attend to the just claims of many governments to change that discriminatory and unacceptable stand.  

There is no single reason that justifies the anti-democratic and arbitrary exclusion of any country of the hemisphere from this continental meeting, as warned by the Latin American and Caribbean nations at the 6th Summit held in Cartagena de Indias in 2012.   

President Miguel Díaz-Canel Bermúdez announced last May 25 that he would not attend the meeting.  This was Cuba’s final decision if all countries of the hemisphere were not convened on an equal footing.

Arrogance, fear of inconvenient truths being voiced, determination to prevent the meeting from discussing the most pressing and complex issues in the hemisphere, and the contradictions of its own feeble and polarized political system are behind the US government’s decision to once again resort to exclusion in order to hold a meeting with no concrete contributions yet beneficial for imperialism’s image.  

It is a well-known fact that the US Government has engaged in intensive high-level efforts with governments of the region seeking to reverse the intention of many of not attending the meeting unless all countries are invited. Such efforts included immoral pressure, blackmail, threats and dirty deceptive maneuvers.  These are all common practices that reflect imperialism’s traditional disdain for our countries and deserve the strongest rejection.     

Cuba appreciates and respects the honorable, brave and legitimate stand of many governments in defense of the full and equal participation of all countries.

The leadership of Mexican president Andres Manuel Lopez Obrador deserves special recognition. We highlight the clear stand of CARICOM member countries from the outset against such exclusions, as well as the firm stance of Bolivian president Luis Arce Catacora and of the president of Honduras Xiomara Castro. The position of Argentine as chairman of CELAC expresses the majority view of the region against a selective Summit, as expressed, both publicly and in private, by many governments of South and Central America.  

Such genuine and spontaneous solidarity in reaction to this US discriminatory action against countries of the region reflects the sentiment of the peoples of Our America. The United States underestimated the support Cuba enjoys in the region, when it attempted to impose its unilateral and universally rejected hostile policy towards Cuba as a consensus regional position, however, the debate on the invitation process proved them wrong.

The 21st ALBA Summit held in Havana last May 27, showed the unequivocal repudiation of exclusions and discriminatory and selective treatment.     

Such exclusions confirm that the United States conceived and uses this high-level dialogue mechanism as an instrument to further its hegemonic system in the hemisphere, just like the Organization of American States (OAS), the Inter-American Treaty of Reciprocal Assistance (TIAR) and other bodies established in the 20th century to curb independence, limit the sovereignty of nations in the region and thwart Latin American and Caribbean unity and integration aspirations. 

They are part of the efforts to implement the Monroe Doctrine and promote exclusion as a dividing strategy for clear political, electoral and domination purposes.

One cannot speak of “The Americas” without including all the countries of the hemisphere.  Our region demands cooperation, not exclusion; solidarity, not meanness; respect, not arrogance; sovereignty and self-determination, not subordination.

It is known that the documents to be adopted at Los Angeles are completely divorced from the real problems facing the region and that beyond the effort to grant the OAS supranational prerogatives to decide upon the legitimacy of electoral processes and to compel Latin American and Caribbean governments to impose repressive, discriminatory and excluding actions against migrants, these documents are useless and vague.   

We know that, like in the past, the voice of Latin America and the Caribbean will resound during those days in Los Angeles with the admirable and principled absence of relevant leaders who enjoy political and moral authority and the recognition of their people and the world. 

We are also fully confident that the leaders of the region, who choose to attend, will argue with dignity that the United States cannot treat our peoples as they used to in the 20th century.  

Cuba supports the genuine efforts to promote integration throughout the hemisphere based on civilized coexistence, peace, respect for diversity and solidarity. Cuba has a widely acknowledged record of unreserved support and contribution to all legitimate proposals for actual and concrete solutions to the most pressing problems faced by our peoples. The reality we are presented with today is far from such aspirations.

(Cubaminrex)

FR

LE SOMMET DES AMÉRIQUES : DOMINATION IMPÉRIALISTE ET EXCLUSIONS.

Déclaration du Gouvernement révolutionnaire de Cuba

La Havane, le 6 juin 2022.- L’administration étasunienne, abusant du privilège que lui concède sa condition de pays hôte, a décidé d’entrée d’exclure Cuba, le Venezuela et le Nicaragua du Neuvième Sommet des Amériques, prévu en juin à Los Angeles, refusant ensuite de prêter l’oreille aux justes réclamations de nombreux gouvernements qui lui ont demandé de renoncer à cette attitude discriminatoire et inacceptable.

Aucune raison ne justifie l’exclusion antidémocratique et arbitraire d’un pays, quelque qu’il soit, de ce rendez-vous continental. Cette mise en garde, les nations latino-américaines et caribéennes l’avaient lancée dès le sixième Sommet tenu à Cartagena de Indias en 2012.

Le président Miguel Díaz-Canel Bermúdez a, le 25 mai dernier, fait savoir qu’il n’assisterait en aucun cas à ce Sommet si tous les pays du continent n’étaient pas invités sur un pied d’égalité.

Tiraillée entre l’arrogance, la crainte de devoir écouter des vérités inconfortables, l’acharnement à empêcher que la réunion ne délibère des thèmes les plus urgents et les plus complexes du continent, et les propres contradictions de son système politique chancelant et polarisé, l’administration étasunienne a fait de nouveau choix de l’exclusion comme ultime recours pour mettre en place une réunion sans contributions concrètes, mais bénéfique à l’image de marque de l’impérialisme.

On sait qu’elle a réalisé des démarches intenses de haut niveau après de gouvernements de la région pour freiner l’intention de beaucoup d’entre eux de s’absenter de la réunion si celle-ci ne rassemblait pas tout le monde, y compris des pressions immorales, des chantages, des menaces et de sales manigances marquées au sceau du mensonge. Pourquoi s’en étonner ? Ce sont là des pratiques habituelles qui reflètent bien le mépris traditionnel de l’impérialisme envers nos pays et qui méritent notre rejet le plus énergique.

Cuba sait gré aux nombreux gouvernements qui ont défendu la participation de tous sur un pied d’égalité, et respecte leur position digne, courageuse et légitime.

Le leadership du président mexicain, Andrés Manuel López Obrador, mérite une reconnaissance spéciale. Nous tenons aussi à souligner la position claire des pays membres de la Communauté des Caraïbes (CARICOM) qui se sont prononcés très tôt contre toute exclusion, ainsi que l’attitude résolue du président bolivien, Luis Arce Catacora, et de la présidente hondurienne, Xiomara Castro. La position de l’Argentine, en sa qualité de présidente en exercice de la Communauté des États latino-américains et caribéens (CELAC), exprime l’opinion majoritaire de notre sous-région, opposée à un sommet sélectif, comme le prouvent les affirmations publiques et privées de nombreux gouvernements d’Amérique centrale et d’Amérique du Sud.

Cette solidarité authentique et spontanée face à la volonté de l’administration étasunienne de discriminer des pays de la région reflète aussi les sentiments des peuples de Notre Amérique. Les Etats-Unis ont sous-estimé l’appui de celle-ci à Cuba : ils se sont efforcés de lui imposer leur propre politique d’hostilité envers nous, comme s’il s’agissait d’une position consensuelle dans le continent. Les débats qu’a soulevés l’invitation ont prouvé exactement le contraire.

Le Vingt-et-unième Sommet de l’Alliance bolivarienne des peuples de Notre Amérique (ALBA), qui vient de se tenir le 27 mai à La Havane a précisément rejeté les exclusions, le traitement discriminatoire et sélectif.

Des exclusions de ce genre confirment que les Etats-Unis ont conçu et continuent d’utiliser ce mécanisme de dialogue de haut niveau comme un instrument de leurs visées hégémonique sur le continent, dans le style de l’Organisation des États américains (OEA), du Traité interaméricain d’assistance réciproque (TIAR) et d’autres entités similaires mis au point au XXe siècle pour châtrer l’indépendance de la région, limiter la souveraineté de ses nations et empêcher les aspirations de l’Amérique latine et des Caraïbes à l’unité et à l’intégration.

Elles font aussi partie de leurs efforts pour appliquer de nos jours la Doctrine Monroe et fomenter la division en fonction de leurs intérêts politiques et électoraux et de leurs visées de domination.

On ne saurait parler « des Amériques » quand on ne tient pas compte de tous les pays du continent. Ce que réclame notre région, c’est la coopération, non l’exclusion ; la solidarité, non la petitesse ; le respect, non l’arrogance ; la souveraineté et la libre-détermination, non la subordination.

On sait déjà que les documents soumis à adoption à Los Angeles ignorent les vrais problèmes de la région, n’en font aucun cas et sont donc inutiles, à plus forte raison quand on prétend octroyer à l’OEA une prérogative supranationale en vertu de laquelle elle déciderait de la légitimité ou de l’illégitimité des élections, et imposer aux gouvernements latino-américains et caribéens la mise en place de politiques répressives, discriminatoires et exclusives contre les migrants.

Nous savons que la voix de l’Amérique latine et des Caraïbes se fera entendre, comme par le passé, à Los Angeles, malgré l’absence de dirigeants fondamentaux, admirables et tout d’une pièce, qui possèdent une énorme autorité politique et morale, et bénéficient de la reconnaissance de leurs peuples et du reste du monde.

Nous sommes aussi convaincus que les dirigeants de la région qui décideraient d’y assister sauront expliquer dignement aux Etats-Unis qu’ils ne peuvent continuer de traiter nos peuples comme ils l’ont fait au XXe siècle.

Cuba appuie tous les efforts authentiques visant à promouvoir une intégration fondée sur la coexistence civilisée, sur la paix, sur le respect de la diversité et sur la solidarité dans tout le continent. Elle est disposée – comme elle l’a prouvé abondamment – à contribuer sans réserve à toute proposition légitime qui cherche à apporter des solutions réelles et concrètes aux problèmes les plus brûlants qu’affrontent nos peuples. Or, ce qu’on nous propose aujourd’hui en la matière est fort loin de ces aspirations !

(Cubaminrex)

 

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