El presidente estadounidense Trump vuelve a poner a Cuba en la «lista del terrorismo»

Comunicado editorial del Partido del Trabajo en Austria

El presidente estadounidense Donald Trump ha cancelado la reciente eliminación de Cuba de la lista de países terroristas de Estados Unidos, intensificando así la ya masiva represión contra el Estado socialista insular. Hace tan solo unos días, Joe Biden había cancelado la clasificación de Cuba como «partidario del terrorismo» como «gesto de buena voluntad». Pero nada más jurar su cargo, Trump anuló esta medida en una serie de decretos.

La clasificación de Cuba en una lista junto con Siria, Irán y Corea del Norte se percibe a menudo en los medios de comunicación occidentales como una mera política simbólica. De hecho, este paso tiene consecuencias económicas masivas, ya que las inversiones en Cuba se hacen mucho más difíciles. Hace cuatro años -durante su primer mandato- Trump ya había declarado al país «Estado patrocinador del terrorismo», impulsando así una vez más décadas de medidas de bloqueo y sanciones.

En un principio, la administración Biden había anunciado que Cuba sólo saldría definitivamente de la lista a cambio de la liberación de 553 presos detenidos en el transcurso de las protestas contra Cuba en 2021. Cuba, a su vez, anunció la liberación de estos presos. Varios presos ya han sido liberados en los últimos días, entre ellos el disidente Daniel Ferrer. Sin embargo, este gesto fue claramente insuficiente para Trump, que reafirmó su oposición al socialismo cubano y volvió a endurecer la espiral de sanciones.

Mientras Trump se remite a su puesta en escena política y su nuevo secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, reitera que «se cumplen todas las condiciones para ser un Estado patrocinador del terrorismo», esta decisión está provocando la indignación internacional. Rubio, hijo de exiliados cubanos que rechazaron la revolución de Fidel Castro en 1959, está impulsando una postura dura contra La Habana, en línea con el influyente lobby anticubano en Estados Unidos.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, condenó la medida de Trump como «arrogancia y desprecio a la verdad», al tiempo que considera que su objetivo es «acelerar aún más la cruel guerra económica contra Cuba [...]». Esto demuestra una vez más que cualquier política de acercamiento entre Washington y La Habana puede dar un vuelco en favor de una línea agresiva en cuestión de segundos.

China también ha aprovechado el último decreto de Trump para criticar duramente la medida. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, habló de «demostración de tiranía» y subrayó que la lista terrorista estadounidense contradice los hechos y revela el «rostro hegemónico, autocrático y tiránico de Estados Unidos»

Las nuevas sanciones y la renovada categorización de Cuba como partidaria del terrorismo forman parte de una larga tradición de agresión estadounidense contra la isla socialista. Desde el embargo económico hasta el discurso del «cambio de régimen» y las campañas políticas selectivas, la política de bloqueo representa un ataque permanente contra la soberanía, la economía y la sociedad cubanas.

Los recientes acontecimientos demuestran una vez más que los intereses cubanos no tienen cabida en la agenda imperial de Washington. Por el contrario, la isla está siendo utilizada como peón en las luchas de poder internas y en la propaganda mediática. El cálculo político es obvio: hay que impedir el progreso económico y social en Cuba, obligar a la población a pasar penurias y poner al país de rodillas.

En Europa en particular -y especialmente en Austria- es importante ahora reforzar nuestra solidaridad con el pueblo cubano. Las sanciones cada vez mayores no son un problema aislado de Cuba, sino un ataque al derecho de autodeterminación de todos los pueblos que no quieren someterse incondicionalmente a la doctrina estadounidense. Sólo mediante la protesta internacional y la resistencia decidida contra esta nueva escalada se podrá poner fin a la descarada presión sobre el Estado insular.

La «reinclusión» de Cuba en la lista de países terroristas de EEUU es una clara provocación y un paso más en la estrategia imperialista contra un Estado socialista. La hipocresía, el cálculo político y una guerra económica abrumadora se están utilizando en un intento de destruir los logros de la revolución cubana. En este sentido, el mensaje es una vez más: ¡Solidaridad con la Cuba socialista - fin al bloqueo y a la política chantajista de EEUU!

 

Categoría
Bloqueo
Situaciones Excepcionales
Solidaridad
RSS Minrex