Lunes, 11 de junio de 2018
Excelentísimo Señor, Stefano Palmieri II
Excelentísimo Señor, Matteo Ciacci I
Capitanes Regentes de la República de San Marino
Representa para mí un profundo honor el haber sido designado por el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, para representarlo a él, a las diversas instituciones y al pueblo cubano ante las distinguidas autoridades y el pueblo de San Marino.
Formalizar tal condición, presentándoles en este instante, Excelentísimos Capitanes Regentes, en este palacio sobrio y lleno de historia, la Carta Credencial que me acredita como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Cuba en la República de San Marino, además de una honra doble, genera en mí una sentida y comprometida satisfacción.
Permítaseme una confesión. Cuando en 1998, junto a otros Estados, se me confirió la responsabilidad de atender, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de mi país, los asuntos concernientes a las relaciones bilaterales entre Cuba y San Marino, tuve una estimulante revelación al conocer la historia de ésta, territorialmente pequeña, república plena de sentimiento soberano.
Cuando poco tiempo después pude visitar por primera vez el Monte Titán y de la mano del siempre gentilísimo y amigable Embajador Luca Brandi, conocer in situ del arte defensivo de ustedes, que con las ballestas enfiladas a través de estrechísimos boquetes desde las atalayas que hoy son el símbolo de este país y con sostenida disposición a resistir cualquier acoso externo, pude comprender mejor la vocación pacífica, pero igualmente férrea en su autodeterminación que tiene el pueblo sanmarinense. Desde entonces he preservado con afecto, gran respeto y consideración por esta nación.
Cuba, pequeño archipiélago caribeño, con una historia mucho más corta en el tiempo, pero no carente de intensidad, en lo que a ella misma concierne y también para la región de América Latina y el Caribe, sabe bien del valor de la reciedumbre en la defensa de su identidad, soberanía y autodeterminación.
Durante sesenta años, el pueblo cubano ha resistido el más largo y obcecado bloqueo económico, comercial y financiero impuesto en los tiempos modernos por una potencia extranjera a un pequeño país. Ese bloqueo es hoy el principal obstáculo a nuestro desarrollo. Aprovecho la ocasión para agradecer a la República de San Marino su permanente apoyo a Cuba en el requerimiento que desde la Asamblea General de las Naciones Unidas se hace anualmente par que esta política culmine.
Desde los Estados Unidos de América emanan actualmente nuevas y graves pretensiones contra mi país y también contra la estabilidad de la región latinoamericano-caribeña. Sin embargo, ninguna injerencia externa ajena a los intereses de la nación cubana, podrá quebrar nuestro empeño por desarrollar una sociedad cada vez más justa, próspera y sostenible. Seguiremos abogando y actuando a favor de un mundo de paz y respeto a la diversidad, sin importar la dimensión de un territorio o su poder económico o militar.
Muchos son los desafíos globales y a la finalidad de su solución deberían orientarse todos los empeños.
Cuba y San Marino son actores internacionales de paz. Ello da fundamento sustantivo para el reforzamiento de nuestros vínculos estatales, pero también para un acercamiento mayor entre nuestros pueblos y para el conocimiento recíproco y disfrute de nuestras respectivas culturas e identidades. Espero, como Embajador de la República de Cuba contribuir a ese propósito.
Muchas gracias.