Exhibirán clásicos restaurados de Tomás Gutiérrez Alea en Festival Il Cinema Ritrovato de Bologna

Roma, 10 de agosto. El Festival Il Cinema Ritrovato de Bologna 2020, exhibirá tres títulos de la filmografía del director cubano Tomás Gutiérrez Alea (Titón), restaurados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles, EE.UU. en colaboración con la Cinemateca de Cuba.

El próximo 25 de agosto, la sección Cinemalibero del Festival, presentará en el cine Arlecchino a las 15: 00 hrs, el largometraje de ficción La muerte de un burócrata (1966), aclamado el año pasado en la muestra veneciana, y el documental El arte del tabaco (1974). El público tendrá otra posibilidad de disfrutar de estos filmes cubanos, el miércoles 26 de agosto a las 21: 30 hrs en el propio cine.  

En tanto, la premier mundial de la copia restaurada de La última cena (1976) de Titón, seleccionada dentro de la sección inédita del Festival «Clásicos de Venecia 2020», será el lunes 31 de agosto, también a las 15: 00 hrs en el cine Arlecchino.

En colaboración con la Cineteca de Bologna,  el festival “Il Cinema Ritrovato”, tendrá lugar este año del 25 al 31 de agosto (Festival Cinema Ritrovato-@CulturaCubaRoma).

https://festival.ilcinemaritrovato.it/proiezione/la-muerte-de-un-burocra...

https://festival.ilcinemaritrovato.it/proiezione/la-ultima-cena/ 

 

La muerte de un burócrata (1966), una película bastante actual además de cómica, satírica y, por supuesto, antiburocrática. La idea viene sugerida por un hecho real, luego deformado y desarrollado en distintas direcciones por el director: es el caso de una viuda que, tras la muerte de su marido -un trabajador ejemplar e inventor de una máquina para la producción de bustos en serie- es imposibilitada de cobrar la pensión ya que el familiar fue enterrado con el carnet sindical en el bolsillo. Innumerables son las figuras a las que guiña Gutiérrez Alea: desde Luis Buñuel, a Jean Vigo a Laurel y Hardy, por nombrar algunas. La muerte de un burócrata, más allá del excelente logro cinematográfico que la caracteriza, es uno de los mejores servicios que el cine puede ofrecer a la Revolución.

El arte del tabaco (1974) es ciertamente una rareza en el cine documental cubano, dentro del cual Gutiérrez Alea realizó breves incursiones. El director rinde homenaje a la elaboración del tabaco al encantarnos con imágenes de singular belleza: desde las litografías que adornan los paquetes de marcas conocidas en todo el mundo, hasta la sinfonía de manos que se mueven, expertas, surcadas por las arrugas de los años.

La última cena (1976) Homenaje al director cubano, esta vez en una sección inédita del Festival: Clásicos de Venecia. Partiendo de una idea extraída de un párrafo del ensayo económico El Ingenio (Manuel Moreno Fraginals, 1964), la película es una alegoría irónica sobre la hipocresía religiosa de la sociedad colonial del siglo XVIII, aunque con ecos muy cercanos a la contemporánea. De la secuencia que se erige como el núcleo estructural de la película y que retrata al Conde, como un Cristo, rodeado de los apóstoles / esclavos, surge plenamente la naturaleza metafórica de una historia cinematográfica que responde a la forma de la parábola. Si bien es cierto que La última cena es una de las obras fílmicas que más ha abordado el tema de la esclavitud, convirtiéndose en un referente imprescindible, es capaz de sumergirse sabia y consistentemente en el mundo contemporáneo, sugiriendo una reflexión dramática "sobre la intolerancia, 'hipocresía y lucha obstinada del hombre por obtener la libertad plena', escribe Ambrosio Fornet.

(Fotos y textos cortesía del Festival Il Cinema Ritrovato)

 

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