Fidel: La historia ya te ha absuelto
Pese a la irreparable pérdida física de quien es y será el líder histórico indiscutido de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe y gestor de la verdadera y definitiva independencia cubana, y también un verdadero y entrañable amigo de los pueblos oprimidos.
La mejor manera de recordarle es rindiendo tributo a su pensamiento y a su impronta en el quehacer teórico y práctico de la Revolución.
Fidel Castro fue, sin dudas, una de las grandes figuras de la Historia. Su impronta de revolucionario consecuente y verdadero ha quedado como un símbolo ante el mundo.
Siempre tuvo una confianza absoluta en el triunfo de las ideas, y con ello nos dejó el mejor de sus legados.
Resulta imposible no reconocer la talla histórica y mundial de la personalidad de Fidel Castro y esto es válido naturalmente para los que lo admiramos, pero también para personas de
cualquier postura política, incluyendo a aquellos que reniegan de sus ideas y hasta quienes lo combatieron infructuosamente en vida.
La Revolución no limitó su lucha a la defensa de sus propias causas. Manifestó su coherencia en la solidaridad irrestricta con los desfavorecidos por la injusticia del sistema mundial, pues para Fidel y para Cuba el internacionalismo constituye un deber sagrado.
Se desplegó una activa labor como miembro fundador del Movimiento de Países No Alineados, y se trabajó para lograr la incorporación de Estados latinoamericanos y caribeños
bajo el principio de no alineamiento.
Se forjaron estrechos vínculos con organizaciones, partidos y movimientos de liberación nacional, ideológica y políticamente afines a la lucha contra el colonialismo y el imperialismo.
Se concedió apoyo no solo moral, sino materializado en el envío de numerosos recursos humanos y materiales a diferentes latitudes del Tercer Mundo, de manera gratuita sin importar la difícil condición económica del país. Se asumió como bandera la idea de Fidel: solidaridad no es dar lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos.
Por ello también la inmensa significación que representó el aporte de Cuba a la derrota de las fuerzas sudafricanas, punta de lanza de las potencias occidentales en Angola y África septentrional, para el fin del oprobioso sistema de discriminación racial conocido por Apartheid en Sudáfrica. De ahí surgió como símbolo indiscutible la entrañable amistad que unió a Fidel Castro y Nelson Mandela.
No se podría dejar de mencionar la valiosa contribución de Cuba a la libertad de Angola, mediante el envío de personal militar alistado de manera voluntaria, de los cuales muchos ofrendaron sus vidas. Esta gesta no estuvo motivada por la búsqueda de ninguna concesión económica ni riqueza material, sino por la convicción de Fidel, compartida por el pueblo cubano, de pagar una deuda histórica con el continente africano.
En el caso cubano, logros como la universalidad y gratuidad de la salud y la educación, fueron concebidos no solo como derechos de nuestro pueblo, sino como una obligación para con el mundo.
Lo mismo se puede decir de la educación, donde Cuba ha contribuido a la formación de técnicos y profesionales de varios campos, ya sea mediante becas en la Isla o colaboración de sus maestros y educadores en otros países. Millones de personas en Latinoamérica y otras regiones se han alfabetizado a partir de un método cubano.
La relevancia del líder histórico de la Revolución no descansa solamente en el hecho de haber conducido una política interna y externa afincada en posiciones de principio, aunque esto, de por sí, constituya un gran mérito. Debe hablarse también de sus contribuciones teóricas y labor en el campo de las ideas, por alertar y crear conciencia sobre los problemas globales que aquejan a la humanidad.
Su denuncia al capitalismo mundial, no ya en calidad de sistema injusto, incapaz de sobrevivir sin la pobreza de una parte importante de la población mundial, sino como factor destructor de la propia raza humana.
No quisiera terminar sin antes expresar mi convicción de que el pensamiento de Fidel tiene una gran capacidad de unir pueblos, sin importar distancias geográficas ni culturales. Entonces habremos logrado la mejor manera de honrar la memoria del Comandante en Jefe.
Nunca olvidaremos el apoyo incondicional a la revolución palestina y el pueblo palestino y su justa causa por la emancipación del yugo colonial sionista israelí y por su independencia en un estado libre y soberano.
10/08/2020
ASOCIACIÓN DE AMISTAD PALESTINO - CUBANA