Intervención del Embajador de Cuba en Italia, José Carlos Rodríguez Ruiz, en la velada cultural por la Fiesta Nacional de Cuba y el 60 aniversario de la Revolución Cubana.

Roma, 15 de enero de 2019

Saludo a todos los presentes.

Saludo a las autoridades de Italia, la Santa Sede y los organismos internacionales con sede en Roma, que hoy nos acompañan.

Saludo a los embajadores y otros representantes del Cuerpo Diplomático acreditado ante la República Italiana, la Santa Sede, así como ante la FAO, el PMA y el FIDA.

Saludo a todos los cubanos residentes en Italia, amantes respetuosos de su tierra, que han tenido a bien compartir con nosotros esta celebración.

Saludo a cada uno de los representantes de distintos sectores de la sociedad italiana, empresarios, artistas, intelectuales, científicos, académicos.

Saludo a los miembros y directivos de partidos y fuerzas políticas, así como del amplio movimiento de solidaridad con Cuba que desde 1961 y de manera sostenida, ha dado muestras fehacientes de su apoyo y simpatía por el pueblo cubano y por el batallar revolucionario que emprendimos en 1959 y hemos defendido sin tregua.

Asimismo, permítaseme expresar un especial saludo al presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, a quien hago llegar nuestros respetos, la más alta consideración, y el saludo de las autoridades y el pueblo cubano, con el deseo de bienestar para el querido pueblo de Italia, en este 2019 y en los años próximos.

Estimados todos,

El 1ro. de enero de 1959 es una fecha de significación trascendente en Cuba. Tras una lucha clandestina en las ciudades y la guerra de guerrillas desde la Sierra Maestra, se abría con la Revolución Cubana, organizada y liderada por Fidel Castro Ruz, una nueva y trascendental etapa en la historia nacional, y también continental. Además de librarnos de una dictadura sanguinaria, a la par nos desembarazábamos de la influencia impositiva de Washington. David, decidido, enfrentaba a Goliat.

Estos sesenta años, los primeros 60 de la Revolución, son la etapa presente, joven aún y en desarrollo, de un período mayor, de 150 años de batallas por la independencia y de forja sin cesar de la soberanía nacional.

Estimados,

no puede ser esta conmoración en ocasión de la Fiesta Nacional de la República de Cuba, con la especial connotación de coincidir con el 60 aniversario de la Revolución Cubana, un momento meramente protocolar.

Durante estas últimas seis décadas, hemos sorteado destinos azarosos y los más aviesos adversarios.

Hace sesenta años atrás emprendimos y desde entonces hemos hecho camino y obra con un fardo de dificultades enormes a cuestas, que nos han hecho más difícil el sendero. Pero, ninguna ha podido hacernos claudicar nuestro empeño de construir cada día una sociedad más justa y sostenible, una sociedad de equidad para todos y de honra nacional; una sociedad con profunda vocación fraterna para con otras naciones, que ha sabido compartir en todo momento lo que tiene, no lo que le sobra; una sociedad que sabe respetar a otras y que siempre reivindicará respeto para sí.

En los tiempos que corren, debemos recordar que contra la rebeldía y la resistencia cubana se ha probado todo: un férreo bloqueo económico, comercial y financiero por parte de los Estados Unidos de América, que aún persiste y se refuerza. Se ha fomentado la subversión interna y externa contra el orden constitucional, legitima y soberanamente asumido por el pueblo cubano; los atentados terroristas organizados y financiados desde el exterior; la invasión militar por Playa Girón; los sabotajes económicos. Se organizaron cientos de planes para asesinar a los dirigentes cubanos; se lanzaron epidemias contra los seres humanos, las plantas y los animales. Se han desatado campañas de difamación y persisten pautas editoriales políticamente dirigidas al no reconocimiento de los logros y méritos de Cuba. #TenemosMemoria

Además, otros muchos factores también nos afectan, como los embates climáticos, que nos afectan cíclicamente de manera devastadora y que han creado dificultades inconmensurables.  Y no faltan nuestras propias carencias o los cambios sistémicos ocurridos en el mundo tras los años ’90 del siglo pasado, que excitaron a algunos agoreros del supuesto fin de la historia y del socialismo cubano. Aún hay algunos con espíritu revanchista o fundamentalista que parecieran tener tales alucinaciones.

Nada ha podido quebrantar a la Cuba que aquí representamos con orgullo. Cuba resistió y, cambiando todo aquello que debe ser cambiado, como alegó su propio líder histórico, Fidel Castro, ha continuado bregando en medio de una globalización rampante, desequilibrada y a veces arrolladora.

¿Y saben por qué no han podido con Cuba? Porque el mayor potencial de la resistencia cubana está en la conciencia extendida en un pueblo democráticamente participativo de su propia experiencia fundacional.

Somos un pueblo que vibra y labora con escasos recursos. Un pueblo hacedor de obra y que se beneficia de derechos no muy extendidos en el mundo:

·      Acceso gratuito y de alto estándar a la educación, hasta el nivel universitario y posuniversitario, para todos y cada uno de sus ciudadanos. La educación llega hasta los más recónditos sitios del país.

·      Alto nivel de cultura general. Cada uno de los ciudadanos puede cultivar sus talentos artísticos y disfrutar el arte y la cultura propia y universal.

·      Salud pública gratuita y de calidad en todos los confines del territorio. Altos índices de asistencia sanitaria y salud humana, al nivel de los países más desarrollados del mundo.

·       Asistencia social amplia, sobre todo para los sectores más vulnerables, como la Tercera Edad.

·     Seguridad alimentaria para toda la población, a expensas de amplias políticas públicas del Estado. El hambre cero, que aún sigue siendo quimera en muchos países y meta de organismos como la FAO, el PMA y el FIDA, es realidad en Cuba desde hace muchos años.

·        La emancipación y el empoderamiento de la mujer cubana desde el inicio mismo de la Revolución ha sido uno de los más avanzados y sólidos cambios sociales de Cuba. No hay sector de la economía, la cultura, la política, las ciencias, la defensa… donde no sea sustancial su contribución al desarrollo de la sociedad, en paridad de oportunidades, consideración y remuneración salarial respecto al hombre. Las mujeres representan casi el 49% de los diputados de la Asamblea Nacional y el 51% de la membresía de los gobiernos provinciales.

La relación podría ser larga y no pretendo abusar del respeto de ustedes.

Pero, debo decir que Cuba no solo ha alcanzado para sí éxitos considerables en muchos campos. Ha brindado también y seguirá ofreciendo a otros pueblos cooperación y solidaridad humana efectiva. Lo saben bien muchos de los Embajadores que aquí nos acompañan. Tal vez sea ese el destino probo de Cuba, servir al bien del suyo y modestamente al de otros pueblos, con altruismo y desinterés.

No todo puede ser regido por las leyes crudas de la ganancia y de la competitividad. El mundo debe coexistir en medio de su diversidad y afrontar civilizadamente grandes problemáticas universales. El mundo está urgido de cordialidad y de cooperación, no de guerras o avasallamientos. “El respeto al derecho ajeno, es la paz”, decía Benito Juárez. Y eso es lo que Cuba, aún desde su pequeña dimensión, propone al mundo. Eso es por lo que abogamos, desde nuestra propia tierra.

Seguiremos cultivando una política exterior de principios y de entendimiento con otros Estados, sobre bases respetuosas.

Especial mención hago a nuestros vínculos con Italia, país al que nos unen fuertes lazos históricos y culturales. Son abundantes las huellas de ese andar entrelazado. En este país Cuba ha contado, desde la epopeya mambisa, y hoy sigue contando con gran solidaridad y amistad. Italia es uno de los principales socios económicos de Cuba y nuevas oportunidades surgen para continuar ampliando y profundizando los nexos, en diversos órdenes, entre ambos Estados, siempre sobre bases de mutua y estricta consideración del uno por el otro. Agradecemos la cooperación que Italia brinda a Cuba en diferentes campos. Esperamos que 2019 marque nuevos avances en beneficio mutuo, se refuerce la complementariedad y que se haga notable en nuestra economía las inversiones italianas. Una simpatía profunda entrelaza a nuestros pueblos, y esa es nuestro principal valor común.

El 2018 ha sido un año de resultados tangibles para Cuba. No todo lo que nos propusimos pudo ser logrado, pero avanzamos en varios frentes, tanto en lo económico, lo social, como en lo político. Fue el año en que una nueva generación, de manera gradual y paulatina, comenzó a asumir tareas principales de dirección del país a todos los niveles, en clara expresión de continuidad del liderazgo histórico de la Revolución.

Las autoridades cubanas, conducidas por el actual presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz Canel, y con el aún vital aporte de Raúl Castro, despliegan una gestión de gobierno cercano y en interacción cotidiana con la ciudadanía y con las más jóvenes generaciones. Construir un país es tarea de todos.

Estamos reforzando la creación de condiciones para una gestión económica más dinámica y eficiente, también más abierta al mundo, que haga posible sostener y ampliar nuestras realizaciones sociales y desarrollarnos integralmente.

El 24 de febrero se conmemora el Grito de Baire, aquel levantamiento simultáneo en 35 localidades, organizado en 1895 por el líder independentista José Martí, con el cual se inició la última de las guerras por la independencia del colonialismo español.

Consciente de las significaciones históricas. Cuba se apresta, el 24 de febrero del presente año, a otra jornada decisiva: la realización del referendo popular que debe completar el proceso de reforma constitucional.

Batalla de conciencia y de ideas seguimos dando, esa es nuestra divisa. En 1993, Fidel Castro decía: “No tenemos derecho a descansar mientras falte un voto por conquistar, mientras falte una inteligencia por persuadir, mientras falta un punto por aclarar. ¡Al pie del cañón hasta el último minuto, hasta el último segundo! Este tiene que ser nuestro método.”

La nueva Constitución, que esperamos sea aprobada mayoritariamente por la ciudadanía, mediante voto libre y secreto, es un texto avanzado en muchos aspectos, también en derechos humanos y sociales o en protección del medio ambiente. Responde no solo a los requerimientos del presente de Cuba, sino que es asimismo afín a la vocación de futuro que ocupa todos nuestros esfuerzos.

Tras su ratificación ciudadana, como confiamos, se deberá iniciar de inmediato y durante los próximos años, un intenso programa de renovación del cuerpo legal y normativo del país.

Emprendemos empeños cardinales. La estrategia de desarrollo económico y social de Cuba para las próximas décadas va adelante, con estabilidad, cordura y gran responsabilidad con el destino de la nación.

Cuba enfrenta su futuro con convicción y seguridad en sí misma. Nuevos bríos afloran en las fuerzas consustanciales a la Revolución Cubana. Somos idealistas, sí. ¡Qué bueno que en estos tiempos convulsos el pueblo cubano, con altísimo nivel escolástico, pueda cultivar los ideales, la poesía y la cultura! Somos idealistas, que es mérito cuando se emprende el camino con los pies en la tierra. Pero, no somos románticos vanos.

Conocemos nuestras propias dificultades y cuánto nos falta por hacer. Sabemos de los riesgos que entraña nuestro compromiso de nación. No somos ciegos ante el desvío de los buenos causes, ni ante furibundas pretensiones ajenas, ni ante los dardos que se lanzan o se aprestan a ser lanzados contra el progreso social en la región de América Latina y el Caribe, y que pueden hacer quebrantar la condición de Zona de Paz, con la que se comprometieron todos sus países durante la Segunda Cumbre de la CELAC, en La Habana.

Ni cerbatanas ni armas masivamente devastadoras podrán hacer desistir a Cuba del camino emprendido. "Un principio justo desde el fondo de una cueva es más poderoso que un ejército." decía José Martí.

Durante la llamada “Crisis de Octubre” de 1962, a escaso trecho de un masivo ataque nuclear sobre nuestro país, demostramos que estábamos dispuestos a defender a cualquier costo el derecho a la vida digna, a la sonrisa soberana.  Y a lo largo de estos sesenta años hemos seguido demostrando igual postura. Con el amanecer esforzado de cada cubano, cada día, conformamos nuestra Oda a la Alegría.

Estimados:

La historia cubana ha sido intensa en estos últimos sesenta años. No ha habido tregua en el afrontar, con o sin apoyos, desafíos tan profusos y colosales, como tal vez ninguna otra nación pequeña y modesta en sus recursos haya tenido ante sí durante un tiempo similar.

No habrá, por muy vastas que sean, campañas denigradoras que puedan hacer sonrojar el orgullo que sentimos por lo que el pueblo cubano ha sido capaz de alcanzar. 

Nos hemos forjado en la resistencia y el batallar cotidiano. Seguiremos adelante, para el bien de los cubanos y para el bien del mundo. Cuba ofrece paz y entendimiento, ofrece respeto y exige respeto. Sepan todos que podrán seguir contando con el pueblo cubano.

Por #Cuba

, por la #RevoluciónCubana

, porque vamos por #60yMás

; por el futuro de ese pueblo digno, valiente y alegre, por el cual sentimos gozo de pertenecer; por la Patria que es soberana y se siente parte inalienable de la Humanidad, como nos enseñaron José Martí y Fidel Castro; con orgullo, serenidad y sin menguas, por el socialismo auténtico, propio, sin calcos, renovador, democrático y sostenible; seguiremos trabajando con ahínco por un futuro mejor para nuestro país, para nuestro pueblo y para el mundo.

#SomosContinuidad

 de los mejores legados de quienes nos precedieron en nuestras luchas patrias y de quienes nos mostraron la fuerza de las ideas y el mérito de la digna soberanía.

#SomosCuba

#VivaCubaLibre

¡Larga vida y buena obra a la Revolución Cubana!

Muchas gracias.

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