Por Nubia Piqueras Grosso
Panamá, 29 (PL) Cada enero, cubanos residentes en Panamá y amigos de la isla rinden homenaje aquí a José Martí (1853-1895), cuya presencia irradia luz hoy en niños, jóvenes y adultos de esta tierra, que lo acogió en dos ocasiones. La jornada martiana, que concluye este martes a propósito del aniversario 166 de su natalicio, fue la ocasión perfecta para que los niños se acercaran a sus versos sencillos, llenos de amor y mensajes, y los que más canas peinan recordaran su vida y obra, caracterizada por un profundo patriotismo y antiimperialismo.
Tal vez por eso no resultó ajeno que Ana Belisa Pérez regresara a sus orígenes para, pese al tiempo que lleva en estas tierras, recitara Cultivo una rosa blanca, esa que reposa junto a la tumba del Maestro como siempre lo soñó, o el pequeñito Darian Canto Jiménez declamara 'una poesía fácil': 'Tiene el leopardo un abrigo/En su monte seco y pardo:/Yo tengo más que el leopardo,/Porque tengo un buen amigo'.
Y hablando de tributos, también llegó el mensaje del veterano Ángel Baños, presidente honorario de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá, quien evocó al autor intelectual del asalto al cuartel Moncada, en el oriente de Cuba, y al eminente escritor que en su obra Abdala reflejó lo que significa ser un patriota y amar la tierra que lo vio nacer. Son muchas las cosas que podemos mencionar de nuestro Apóstol, todo lo que podemos aprender de él como es el caso de su obra Los dos príncipes, donde nos muestra que el dolor y el luto no tienen frontera, ni clases sociales, dijo ante el busto que inmortaliza su imagen en el emblemático parque Porrás, de esta capital. 'Martí está presente y su pensamiento y obra aún no finalizan', añadió, al tiempo que recordó que desde muy temprana edad supo distinguir las dos américas: la avasalladora, a la cual se refiere en su universal frase: 'viví en el monstruo y le conozco las entrañas', y la América de nosotros, 'la india, la humilde, la noble'.
Pero, la ofrenda de rosas blancas y las palabras de homenaje no solo estuvieron presentes en el busto que se erige frente a la embajada cubana en la capital panameña, sino en la caribeña ciudad de Colón, a donde el Héroe Nacional de Cuba fue a rencontrarse a finales del siglo XIX con el general mambí Antonio Maceo, durante su estancia en el Istmo a causa de un forzoso exilio. En la antigua 'Tacita de Oro', los amigos de la nación antillana le rindieron tributo en el busto ubicado en la Plaza Cuba del Parque Sucre, mientras que la escuela sindical Félix Dixon Kennedy, antiguo Club Cyros, acogió un cine debate tras la proyección del filme José Martí, el ojo del canario (2010), del realizador cubano Fernando Pérez. La jornada de homenaje contó con la presencia de la embajadora cubana en Panamá, Lydia Margarita González, funcionarios de la sede diplomática, miembros de la misión oficial y del cuerpo diplomático acreditado en la nación istmeña, cubanos residentes y miembros del Movimiento de Solidaridad con la isla caribeña.