En la jornada de ayer, la Federación Estudiantil Universitaria, estuvo celebrando su 95 cumpleaños, una vida llena de júbilos y victorias, de alegrías interminables y de convicciones firmes de futuro. Pero no podemos olvidar el sacrificio, la entrega y el dolor de aquellos que le dieron nombre. Esos Nicanores que entregados a la noble causa que los abrazaba por entonces, entregaron sus más fervientes deseos y anhelos de verla como lo hacemos hoy. No podemos dejar de mencionar a Julio Antonio Mella, uno de sus fundadores y primer presidente, hombre de convicciones y principios, paradigma de la juventud revolucionaria cubana de hoy.
Raúl Roa, descendiente de mambí y quien años más tarde deviniese en unos de los intelectuales, políticos y diplomáticos más prolifero de su época, bautizado como: "El Canciller de la Dignidad" y que a diferencia de su abuelo, no empuñaba un machete, empuñaba la causa de los pueblos dignos de América. José Antonio Echeverría, quien en algún momento fuese también presidente de la Federación y quien junto a Fructuoso Rodríguez fundara el Directorio Revolucionario en 1956 y un año más tarde atacara el Palacio Presidencial para ajusticiar a Fulgencio Batista, convirtiéndose así en la voz del pueblo cubano.
Varias fueron la figuras que enarbolaron la bandera estudiantil y llenaron de orgullo las filas universitarias, pero sin duda alguna, no podemos dejar de mencionar “Al caballo“ como lo nombrase -Corina Mestre- en uno de los tantos poemas dedicados al Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. Entonces, llegó el Comandante y mandó a parar, a la cabeza del movimiento 26 de julio, ya triunfante, comete en 1962 la reforma universitaria; la cual constituyó un hecho histórico de extraordinaria relevancia en el desarrollo posterior de la enseñanza superior en Cuba.
Ya en ese momento la universidad era nuestra, era del pueblo, era de los hombres y las mujeres cubanas. Miles hemos sido los que un día abrazamos a la impetuosa dama de bronce (Alma Mater) y que llenos de inmodestia podemos decir que pertenecimos a esa, a la Federación Estudiantil Universitaria, a la de los humildes y con los humildes.
Felicidades a todas y todos los que son, fueron o serán miembros de las gloriosas filas de la FEU; y a los que no también por ayudar a mantener uno de los más preciados baluartes del pueblo cubano.
(Embacuba Austria)