"Estamos en un momento decisivo de nuestra historia. La tiranía (Batista) ha sido derrotada. La Alegría es inmensa y aún queda mucho por hacer. No nos engañemos creyendo que de aquí en adelante todo será fácil. Quizás a partir de aquí todo sea más difícil".
Fueron las incisivas palabras del líder histórico de la revolución cubana, Fidel, al dirigirse al I Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en 1975, 16 años después del triunfo de la revolución popular sobre el despreciable y brutal régimen títere de Fulgencio Batista, apoyado por Estados Unidos.
Una sobria reflexión que reconocía que la sola idea y ejemplo liberador de una revolución cubana victoriosa, representaría para las masas en lucha de la región latinoamericana y caribeña, (el llamado patio trasero del imperio) aterrorizaba absolutamente a los círculos gobernantes yanquis y explica por qué el imperio norteamericano ha desatado contra nuestro hermano país una guerra económica y asfixiante, sin precedentes en su barbarie y crueldad para destruir la revolución cubana.
Por otra parte ningún país del mundo ha resistido al imperio más poderoso conocido por la humanidad, situado a escasas 90 millas de su frontera más cercana durante más de 6 décadas, logrando al mismo tiempo índices de desarrollo humano y una conducta de internacionalismo proletario que sirve de faro de esperanza a los pueblos de que otro mundo es posible lejos del capitalismo del desastre.
El Presidente Díaz Canel en la Marcha del Pueblo Combatiente en La Habana, recientemente, recordó a los dirigentes del imperio «lo poco que conocen al pueblo cubano, lo mucho que subestiman aún nuestras convicciones patrióticas y revolucionarias».
Declaraciones que tienen como telón de fondo la continuación de un bloqueo ilegal y criminal de más de 6 décadas, condenado por la inmensa mayoría de los pueblos del mundo, la inclusión de Cuba en una lista espuria de patrocinadores del terrorismo de Estado, que tiene como efecto general el endurecimiento del bloqueo, y una campaña mediática que haría que la obra de Goebbels, del Tercer Reich de Hilter, pareciera un juego de niños.
Nuestra hermana Cuba, no está sola y al extenderles nuestras más sinceras felicitaciones en el 66 aniversario del triunfo de la revolución, pueden seguir contando con el apoyo incondicional del movimiento de solidaridad del pueblo jamaiquino, que junto a la humanidad progresista confía en su victoria ya que su causa es justa.
(Kingston, 1 de enero de 2025)