Transmisisón disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=IJNweMFsWvM
A. Rodríguez
Muy buenas tardes, estimados televidentes y radioyentes. Hemos venido hasta el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba para conversar con el viceministro Carlos Fernández de Cossío. Buenas tardes, bienvenido y gracias por recibirnos.
Viceministro Carlos Fernández de Cossío
Buenas tardes, es un placer estar aquí.
A. Rodríguez
Hemos venido porque, en este momento, la política de los Estados Unidos hacia la población migrante, y en particular hacia Cuba, que tiene una alta tasa de emigración hacia Estados Unidos, parece estar marcando la agenda de la actual administración como un tema prioritario. Mucha gente se pregunta cuál es la situación de un país como Cuba, que siempre ha sido visto con recelo por su vecino imperial, en esta prioridad de política antinmigrante.
Carlos Fernández de Cossío
El hecho de que Estados Unidos vea el tema migratorio como prioritario es lógico. Es es un país formado por inmigrantes. Las oleadas migratorias, originalmente de Europa y después de otras partes del mundo, conformaron la historia de ese país. La expansión territorial, incluso la usurpación de territorios de otros, junto con las oleadas migratorias que poblaron Estados Unidos, han tenido y aún tienen un papel fundamental en la industria, la agricultura y los servicios de ese país. Se calcula que alrededor del 20% de la mano de obra en las industrias fundamentales, la agricultura y los servicios básicos son personas que no nacieron en Estados Unidos. Por lo tanto, es natural que para Estados Unidos éste sea un tema prioritario.
Además, a nivel global, hay un escenario migratorio que ha evolucionado mucho en las últimas décadas. A medida que la brecha entre los países desarrollados y los países en desarrollo se ensancha, es lógico que desde los países en desarrollo, del llamado Sur Global, emigren más personas hacia el norte. Esto se ve en Europa y en Norteamérica, específicamente en Estados Unidos y Canadá.
Para nosotros, el hecho de que Estados Unidos preste una atención prioritaria a este tema es importante. En primer lugar, se conoce que Estados Unidos, en las últimas décadas, ha utilizado la política migratoria como una herramienta de desestabilización contra Cuba. Originalmente, para drenarnos de profesionales y robarnos los talentos del país, y después con fines de desestabilización, mediante la negación de visas o el no procesamiento de visas para cubanos, pero a la vez estimulándolos a usar vías irregulares e inseguras para emigrar, lo que ha llevado a varias crisis. A esto se suma que entre Cuba y Estados Unidos existen acuerdos migratorios mutuamente acordados, varios de ellos desde la década de los 80, que responden al compromiso mutuo de garantizar que la migración sea regular, segura y ordenada.
En nuestro caso, se agrega el hecho de que hay un segmento grande de la población cubana que ha emigrado específicamente hacia Estados Unidos, y por tanto hay una presencia grande de cubanos en ese país. Todo lo que tenga que ver con la emigración, que incluye a cubanos, tiene impacto en nuestro país porque esos emigrantes tienen familia en Cuba, nacieron aquí, muchos viajan a Cuba, y para nosotros es algo importante, algo a lo que prestamos mucha atención.
A. Rodríguez
Si uno revisa las páginas web, los sitios y sobre todo las transmisiones en streaming que se refieren a abogados consultando a cubanos, aparece el término "ilegales". Esto parece una gran contradicción porque, en el caso de Cuba, parecía que la migración cubana era distinta a las otras migraciones. El trato siempre fue diferente, pero ahora se habla de cubanos ilegales, del I-220A, de una cantidad de CP1, parole, entre otros términos. Para mí es intraducible la variedad de todas estas cosas, pero lo que me resulta desafiante es tratar de entender, y se lo pregunto a usted, ¿son ilegales los cubanos que están en Estados Unidos?
Fernández de Cossío
La presencia de cubanos en Estados Unidos, que como dije es bastante numerosa, incluye a personas que nacieron allí y se identifican como cubanos, lo cual nos parece correcto. Incluye a personas que han adquirido la nacionalidad estadounidense, la ciudadanía estadounidense, y a personas que son residentes en Estados Unidos, que no tienen la ciudadanía, pero se han hecho residentes. En estos momentos, hay una cifra grande que no tiene un estatus legal aceptado como residente. Algunos están en un limbo porque no han definido su aceptación o asimilación en Estados Unidos y corren el peligro de ser expulsados. A muchos de ellos, Estados Unidos los llama ilegales.
Pero a diferencia de la gran emigración irregular que hubo con motivo de las políticas de Estados Unidos en los últimos años, las cifras grandes de cubanos que no son ciudadanos y que no son residentes son personas que han salido de Cuba de manera regular, con un pasaporte y un pasaje, y han viajado a otro país de manera regular. A los efectos de Cuba, esos son migrantes o viajeros regulares. Se convierten en migrantes irregulares cuando intentan viajar hacia Estados Unidos de manera irregular en el territorio de terceros países, como Centroamérica o México, por ejemplo. Y cuando entran en Estados Unidos y no se les da un estatus legal aceptado, es que Estados Unidos comienza a llamarlos ilegales. Pero eso es una realidad que corresponde a Estados Unidos, conforme ellos quieren llamar a estas personas, como llaman a muchos, pero desde Cuba no son considerados ilegales porque de aquí salieron legalmente, reitero, con un pasaporte y un pasaje.
Aquí es importante tomar en cuenta que muchas de estas personas, después de salir de Cuba, participan o logran llegar a Estados Unidos como parte de operaciones de tráfico, o son víctimas de operaciones de tráfico, operaciones que se financian y se organizan en su inmensa mayoría desde territorio de Estados Unidos. Hay cálculos de que, para un cubano que emigra y sale del país de manera regular por el aeropuerto, la operación para llegar a Estados Unidos puede costarle entre 7,000 y 15,000 dólares, o incluso más. Multipliquen eso por 200,000 o 250,000 personas. Quiere decir que hay operaciones multimillonarias que operan desde territorio de Estados Unidos, donde está la organización y el financiamiento, y eso Estados Unidos no lo toca.
Se trata de operaciones de tráfico de personas. Esto lo hemos planteado en conversaciones migratorias y a nivel diplomático. Se ha planteado en ejercicios prácticos entre las agencias de aplicación y cumplimiento de la ley de Cuba y de Estados Unidos. De modo que es un tema que hemos tratado durante años en varias ocasiones, pero evidentemente no hay voluntad del gobierno de Estados Unidos para atacar la fuente de ese tráfico, que pasa por Centroamérica y México, entre otras cosas porque el cubano, a diferencia de otros latinoamericanos, cuando llega a la frontera, normalmente se acoge a la fórmula de que es un perseguido, y otros términos parecidos que después se han convertido en una gran contradicción.
Ha sido práctica histórica acoger a los cubanos, darles un trato privilegiado y que puedan entrar en Estados Unidos con facilidad, al punto de que el cubano cree que, como norma, tiene un privilegio que no tiene el nacional de ningún otro país: llegar a la frontera de Estados Unidos, ser admitido y ajustar su estatus con relativa rapidez.
A. Rodríguez
Claro, ahora se habla de deportaciones masivas, ese es el término que más miedo ha causado, el que genera pánico, que se ve en todas partes. Incluso se habló en determinado momento de que 30,000 podían ir para la base naval, y ayer estaba yo leyendo noticias de que el ejército dijo que no era posible, que no era un lugar para migrantes ilegales. ¿Cuál es la realidad en la difícil relación, que a veces ha sido no relación, entre Cuba y Estados Unidos, en el tratamiento de las deportaciones masivas? ¿Ese término también está siendo utilizado para Cuba?.
Fernández de Cossío
Con Estados Unidos, nosotros tenemos acuerdos migratorios, como dije anteriormente, que son acuerdos a los que hemos llegado con gobiernos tanto republicanos como demócratas, en aras de resolver los problemas de la irregularidad, el desorden y la inseguridad de la migración, mucha de ella por mar, que ocurrió durante diversos periodos de esta historia difícil entre Cuba y Estados Unidos. Son acuerdos con los que ambos países, ambos gobiernos, nos hemos comprometido, con que la emigración sea, reitero, regular, segura y ordenada. Y esos acuerdos incluyen un conjunto de compromisos, por ejemplo, entre ellos el compromiso de procesar y otorgar en Cuba un mínimo de 20,000 visas o documentos de viaje para que 20,000 cubanos emigren a Estados Unidos cada año. Estados Unidos, por periodos, lo ha incumplido, pero mayormente lo ha cumplido en los años desde que se firmó este acuerdo, que fue en 1994.
También incluye la devolución a Cuba de personas que son interceptadas en altamar intentando emigrar por mar, e incluye vuelos de deportación, vuelos de devolución de cubanos que Estados Unidos califica como ilegales porque tienen una estancia en Estados Unidos que no es regular, que no tienen visa ni residencia. Ese acuerdo ha funcionado durante años. Por ejemplo, en los últimos años, nosotros hemos estado recibiendo mensualmente vuelos de devolución de cubanos que Estados Unidos sencillamente no ha aceptado en su país, que ellos llaman inadmisibles, y los devuelven a Cuba. Es algo regular, algo que tiene procedimientos, normas, y han sido, en la mayor parte de las veces, operaciones exitosas y sin incidentes. Ese compromiso de Cuba de aceptar y de Estados Unidos de devolver fue lo que supuestamente le iba a poner fin a la política de "pies secos, pies mojados". El gobierno de Trump, anteriormente, abandonó durante un periodo este acuerdo, y en cierta medida explica una alta presencia de cubanos en Estados Unidos.
Ahora, cuando se habla de deportaciones masivas, y al menos en el caso de los cubanos, que es lo que nos interesa a nosotros, uno tiene que tomar en cuenta que es un propósito muy injusto con esos cubanos porque esos cubanos que emigraron hacia Estados Unidos no tuvieron que tumbar una pared, ni en la mayor parte de los casos escalar una cerca, ni derribar a una persona para entrar en Estados Unidos. En primer lugar, se van empujados por la política de bloqueo económico.
Es un hecho, es un axioma de la vida, que si uno deprime las condiciones de vida de una comunidad, sea una aldea, un pueblo, un estado, una provincia o un país, es lógico que haya una proporción de la población que quiera trasladarse hacia otro sitio. De modo que la política de bloqueo económico, concebida para deprimir el nivel de vida de los cubanos en su país de origen, es lógico que provoque que una proporción de esos cubanos encuentre la motivación de emigrar hacia otro sitio. Y si eso se combina con el hecho de que Estados Unidos ha tenido históricamente una política de darle bienvenida a los cubanos, de acogerlos con un trato absolutamente privilegiado, sin igual frente a los ciudadanos de cualquier otro país, es muy duro que ahora sea ese gobierno que los empuja a emigrar y que después los acoge, no solo los acoge, sino que dice que les da protección, protección que incluye protección financiera, protección material para su estancia en Estados Unidos, y ahora les diga que los va a expulsar.
Ahí hay personas que han hecho familia en Estados Unidos, que tienen empleo, puede haber los que tienen propiedades, que han abandonado sus propiedades y los bienes que tenían en Cuba. Entonces, ahora decirles que tienen que abandonar todo eso porque su estatus no es absolutamente legal y expulsarlos es un trato bastante cruel cuando ellos han sido empujados por Estados Unidos a emigrar e invitados para que esa emigración sea a Estados Unidos. Por eso es que a nosotros nos parece absurdo y nos parece irreal que Estados Unidos pretenda o amenace a esta gran masa de cubanos de deportarlos masivamente. Y reitero, nosotros tenemos acuerdos migratorios que tienen normas, que tienen condiciones, y que han funcionado bien. Para que se tenga una idea, sobre la base de esos acuerdos migratorios, Estados Unidos ha devuelto, desde mediados de los 90 para acá, decenas de miles de cubanos, por una vía u otra, por mar o por tierra. Estamos hablando de decenas de miles. Lo que quiere decir que nuestro país está abierto a recibir devoluciones, pero dentro y sobre la base de los acuerdos y tomando en cuenta la historia y las circunstancias, incluso bajo el hecho de que Estados Unidos continúa teniendo contra Cuba una política de agresión económica y de agresión de muchas maneras.
A. Rodríguez
Yo lo he escuchado varias veces, pero creo que no sobra escucharlo de nuevo. Hay argumentos serios que explican que, en periodos de acercamiento y entendimiento, esa migración bajó significativamente. Incluso hubo momentos de regreso, de retorno de migrantes hacia Cuba.
Fernández de Cossío
Estados Unidos puede revisar las cifras. El año 2017 y el año 2018 fueron los dos años de menor entrada de migrantes irregulares cubanos en Estados Unidos, cuando se estuvo aplicando inicialmente el acuerdo que debía poner fin a la política de "pies secos, pies mojados", que se adoptó en un acuerdo mutuo en enero de 2017, pero que después se descarriló con el gobierno de Estados Unidos, que decidió dejar de cumplir los acuerdos migratorios y dejó, en ese periodo, incluso de procesar visas aquí en Cuba, porque el acuerdo es integral. Para que tenga efectividad, como se demostró en ese periodo, tienen que cumplirse varios compromisos: el que haya una vía legal para que el cubano pueda emigrar, que se devuelva a los que son interceptados intentando utilizar la vía marítima, y que Estados Unidos devuelva en vuelos, con cierta regularidad, como venía sucediendo, a aquellos que encuentren inadmisibles, no 30 años después, sino en el momento que los detectan.
Además, está la visa de no inmigrante, que se estuvo dando durante un periodo de tiempo. Muchas personas iban, pasaban un periodo de tiempo y volvían, y eso ayuda mucho a que no haya inmigración. Hay muchos cubanos, estamos hablando de miles y miles de cubanos, que han emigrado para obtener la residencia y poder vivir entre los dos países, pasar una parte del tiempo en Estados Unidos y una parte del tiempo en Cuba, o sencillamente poder estar en Cuba y visitar a su hijo, a su hermano, a su familiar, a sus amigos cuando lo deseen. Por tanto, hay un incentivo artificial para emigrar con motivo de que Estados Unidos aquí ha mantenido cerrado, desde 2017, el procesamiento y otorgamiento de visas para visitas temporales.
A. Rodríguez
Ahora, uno advierte en los medios de la Florida, del sur de la Florida, medios tradicionales y medios también de redes, etcétera, a políticos estadounidenses. No les voy a decir cubanos porque, aunque presumen de serlo, ejercen una política siempre contraria hacia su país.
Son políticos anticubanos.
Exacto. Yo les llamaría, si estamos de acuerdo, esos políticos anticubanos, amenazando constantemente. Esos mismos que hablan de la migración como que Cuba expulsa a sus ciudadanos porque es un fracaso el socialismo, etcétera. Hoy se les ve amenazar a los cubanos. Se siente una amenaza constante. Yo estoy viendo, incluso, un estado no voy a decir de histeria colectiva, pero sí la gente desesperada, llamando a los abogados, haciendo consultas a través de redes para saber qué les va a pasar. De hecho, se habla de que ahora, en esta primavera, el "spring break", que le llaman, que acostumbraban muchos cubanos, muchas familias cubanas, a traer a los hijos de vacaciones al país, donde pueden jugar en los parques y correr libremente, y que ahora sería un riesgo porque posiblemente no los dejarían regresar, ni siquiera a Europa. Eso lo vi hace unas horas solamente en las redes.
Fernández de Cossío
Hay acoso contra los cubanos y es verdad que estos políticos, que son los que dicen que el socialismo es un fracaso, pero tienen una manera de demostrarlo: levanten el bloqueo, denle un tiempo a Cuba para ver si son capaces de demostrar que el socialismo realmente es un fracaso. No por gusto han tenido que dedicar casi 70 años tratando de destruirlo, desde la potencia más grande del mundo.
Pero estos políticos están amenazando a las personas. Incluso el actual secretario de Estado tiene clips que se repiten en la prensa, amenazando a los cubanos que hoy son residentes con perder la residencia porque los acusa de haber mentido en la frontera para entrar. Cuando se sabe que el cubano no va con la intención de mentir, han sido los propios funcionarios del gobierno de Estados Unidos los que le dicen: "Si usted declara que usted tiene un miedo creíble de regresar a Cuba, usted tiene entrada." Y la persona dice: "Por supuesto, déjeme entrar." La persona no va con la intención ni con un cartel de declarar: "Tengo miedo y por eso quiero entrar en Estados Unidos." Eso se lo dicen. Ha sido política establecida del gobierno de Estados Unidos. Lo hemos discutido un sinnúmero de veces con los funcionarios de Estados Unidos porque han tenido una política formal de, cuando vienen varios nacionales, agarrar al cubano y decirle: "Si tú dices que tienes un miedo creíble de regresar a tu país de origen, serás aceptado." Por tanto, venir ahora a culpar a esas personas de haber mentido es un acto, por lo menos, de hipocresía y de alta crueldad, para amenazarlos y para que la persona viva con desvelo y por tanto tome la decisión de rehusar visitar a su familiar. Puede tener hijos en Cuba, puede tener a la madre en Cuba, puede tener hermanos en Cuba, y correr el peligro de no volver a verlos porque Estados Unidos no le da visa al familiar, y porque ahora tiene a un político que es secretario de Estado incluso amenazándolos con perder su modo de vida que ya está establecido en Estados Unidos, por el hecho de querer visitar a su familiar en su país de origen.
Bueno, hay historias de vida de personas que han contado que están en la frontera y no saben decir eso, y les dicen: "Pero acaba de escribir que tienes un miedo creíble o no vas a poder entrar." Pero estamos hablando de miles de personas, miles y miles de personas, efectivamente. Y en el caso de este hombre que se supone que fue elevado al rango de lo que es hoy secretario de Estado de Estados Unidos, con todas las loas que le han dedicado los que son de su misma especie, sin embargo, ha, como se habla ya, traicionado a esa migración que votó o que simpatizaba con pensar que había un cubano llegando a ese cargo. Se habla de eso, se habla de traiciones.
Yo dudo que haya traición real porque yo no creo que él haya tenido nunca un sentimiento genuino de preocupación por los cubanos. Él tiene parientes cubanos, los padres creo, y ha agarrado el tema cubano para hacer carrera política al punto de que ha mentido en determinados momentos sobre una trayectoria de haber escapado de la revolución, todo lo cual es falso y es público. Además, no es nada nuevo. Pero no es solo él, hay varios políticos que han estado prometiendo a la población de origen cubano en Estados Unidos, engañando a esa población cuando han tenido una lealtad total al actual gobierno, y se van a sumar también a las deportaciones si consideran que les conviene para su carrera política en la coyuntura actual que vive Estados Unidos.
Es decir, se puede hoy decir, lo veo yo, lo digo a través de lo que veo en los medios tradicionales y no tradicionales, en las redes, etcétera, que esa migración cubana que ha sido políticamente usada para los peores fines o con los peores intereses, está siendo no solo abandonada, sino también utilizada para reforzar una política porque es la que se lleva hoy.
Fernández de Cossío
Siempre se ha usado con ese fin. O sea, los políticos anticubanos en Estados Unidos que pretenden hablar a nombre de los cubanos que ahí viven, lo que han hecho es manipular a esa comunidad y a esos cubanos que ahí residen, pero con fines de hacer carrera política dentro de Estados Unidos, no con un interés realmente en el bienestar de estas personas.
Bueno, hablemos de un capítulo que ofende muchísimo a la sociedad cubana. Porque uno de los, digamos, de las profesiones sagradas de este país es la medicina, y es la colaboración médica que tiene una historia desde el año 63, cuando otros mandaban bombas, como decía Fidel, Cuba mandaba médicos. Y las últimas medidas, digamos que promovidas, impulsadas y desarrolladas ahora, es como el cierre total y también ir contra la colaboración médica cubana en el exterior. ¿Cuál es la posición del Minrex? La conozco, pero sería bueno reiterarla respecto a esta política que se está llevando a cabo y que llevaría también a afectar no solo ingresos de Cuba, sino la situación de salud en varios países del mundo.
Primero hay que recordar que, como dijo el presidente Díaz-Canel, a nosotros no nos sorprende que este gobierno haya llegado al poder con la intención de tomar medidas agresivas contra Cuba, y conocíamos la influencia que tienen los sectores anticubanos en el actual equipo de gobierno. Ya han comenzado a aplicar un conjunto de medidas agresivas contra Cuba, con la curiosidad de que no las publican, no las declaran como lo hacían en el pasado. Parece que prefieren actuar en la opacidad, en la sombra, que no se les vea, pero ya han venido aplicando un conjunto de medidas, todas dirigidas a frenar las fuentes de ingreso económico en nuestro país, todas dirigidas a tratar de cortar los vínculos de Cuba con otros países, las relaciones, la cooperación, los diversos programas que pueda tener Cuba con otro país, y al propio tiempo buscan también cortar los vínculos de Cuba con sus connacionales, los cubanos que viven en otros países, particularmente en Estados Unidos.
Dentro de ese conjunto de medidas que vienen aplicando, una que no es nueva y que se viene aplicando desde hace años es el ataque contra los servicios médicos cubanos que se prestan en muchos países. Se sabe que durante décadas los hemos prestado sin recibir un centavo a cambio. Ha sido pura solidaridad de Cuba con un conjunto grande de países. Llegamos en determinado momento a tener más de 30,000 médicos en alrededor de 70 países a la vez. Hoy se calcula que están en cerca de 60 países más de 12,000 profesionales de la salud de Cuba en diversos países. Desde hace un conjunto de años, en aquellos países cuyo desempeño económico es más favorable que el de Cuba, o sea, tienen un mejor desempeño que el nuestro, Cuba recibe una compensación por el servicio prestado.
Los servicios médicos cubanos reciben una compensación, como lo reciben los servicios médicos de cualquier país del mundo que lo preste. Si a una institución hospitalaria, si a una organización de servicios de salud de Estados Unidos, si a una universidad de Estados Unidos se le pide en un tercer país que preste una colaboración de un conjunto que incluya un conjunto de profesionales, esos profesionales van a recibir retribución. Pero es falso suponer que esos profesionales reciben una remuneración total por el servicio prestado. La institución que lo organizó, esté ubicada en Washington, en Nueva York, en Miami o en California, va a recibir un porcentaje del ingreso, como lo reciben las agencias de Naciones Unidas que prestan servicios contratando profesionales para una actividad dada. Es una práctica universal. Ahora están atacando esa práctica de Cuba, acusando a los profesionales cubanos de estar practicando la esclavitud, de ser ellos esclavos por estar prestando servicios, y de que se trata de tráfico de personas.
Estos profesionales cubanos, se sabe porque es pública esa información, reciben íntegramente su salario en Cuba mientras prestan servicio en cualquier país. Por tanto, no se puede decir que están haciendo un trabajo sin remuneración. Además de eso, en el país de destino, reciben una remuneración que puede llamarse estipendio, no sé el nombre que pueda recibir, que es muy superior al ingreso que tienen en Cuba y al ingreso que tienen sus compañeros, sus colegas, cuando prestan servicio en Cuba. De modo que una persona que, por prestar servicio en otro país, recibe una remuneración superior a la que normalmente recibe, es muy difícil que se le llame que está practicando esclavitud. En segundo lugar, acuden a esos países y prestan esos servicios de manera absolutamente voluntaria. No hay ningún cubano al que se lo obligue: "Móntate en un avión o móntate en un barco y ve a tal país a prestar servicios médicos." Eso es falso. Falsedad que la repiten estos políticos anticubanos y el secretario de Estado como si estuvieran encadenados. En tercer lugar, no están restringidos como si estuvieran enjaulados donde prestan servicio. Todo el que conoce un poco sobre esto sabe que trabajan en comunidades remotas. En muchas de ellas son el único profesional de la salud que existe en comunidades que solo han recibido o están recibiendo servicios médicos porque hay un cubano, o dos, o tres cubanos en esa comunidad. Si se retiran, como ha sucedido, dejan de recibir ese servicio. Y por tanto es muy duro y muy cruel que el gobierno de Estados Unidos, para agredir a Cuba, se trace como propósito privar a comunidades de estos casi 60 países de servicios de salud de calidad que les presta Cuba, y que posiblemente no recibirían si los cubanos no van.
Es muy claro y está reconocido internacionalmente que el acceso a la salud es un derecho humano, y por tanto es muy claro que Estados Unidos comete un crimen al pretender privar a esas comunidades de servicio de salud con tal de agredir a Cuba. Se puede sumar como argumento, porque ellos hablan de que se trata de trata de personas. Naciones Unidas tiene muy bien definido qué es trata de personas: una persona que es trasladado en contra de su voluntad, una persona que no puede moverse, que lo tienen reprimido. Nada de eso califica para el caso de los cubanos.
Entonces, ellos repiten esto y amenazan a países. Ya vino esta amenaza de que le van a negar la visa a los funcionarios gubernamentales vinculados con este proceso, pero con anterioridad había amenaza incluso con terceros países, con lo cual la internacionalización del bloqueo sigue, pero eso existía incluso con el gobierno anterior, el gobierno de Joe Biden, en países centroamericanos, en países africanos. Había una delegación, digamos, había una visita bilateral, y en la declaración final, en el comunicado de prensa del gobierno de Estados Unidos, incluían una oración al final que decía: "Observamos que este país tiene cooperación médica o tiene servicios médicos cubanos, y llamamos la atención que el país corre el peligro de estar incurriendo en la práctica de trata de personas o de tráfico de personas o de esclavitud por tener la presencia de cubanos", lo cual es una amenaza velada que espanta al país. De modo que no es algo nuevo, pero a lo que le está poniendo más énfasis con esta medida de las visas es el actual gobierno.
La migración cubana, producto de esas mismas presiones económicas que se incrementó después de los años 90, producto también del recrudecimiento del bloqueo, los que hemos vivido un poco más de tiempo, de años, recordamos el doble bloqueo que vino detrás del desmerengamiento del socialismo en Europa. Todo eso incrementó significativamente la emigración, aunque realmente a veces se habla ligeramente como si Cuba fuera el único país que tiene emigración importante, cuando se compara mínimamente con otros países de América Latina, quedamos bien distantes. Pero no obstante, sí hay una emigración fuerte, sí hay una población que ha emigrado joven, como siempre emigran las poblaciones jóvenes. Y uno se pregunta, en estos momentos que está la migración cubana en el caso de Estados Unidos sometida a ese amedrentamiento, ese acoso, en el caso de otros países a donde viajan, ¿cómo se ha planteado el Ministerio de Relaciones Exteriores, que en definitiva es la representación del gobierno, su relación con la inmigración, con toda la inmigración cubana?
Mira, en línea con lo que venías planteando, en el siglo antepasado, en 1845-46, hubo una crisis de hambruna en Irlanda. Hubo crisis en la cosecha de la papa, una crisis de hambruna inmensa. Irlanda tenía en ese momento una población de 6 millones de habitantes, y eso provocó una emigración inmensa, fundamentalmente hacia Estados Unidos, aunque no solo Estados Unidos. Más nunca se ha recuperado. Hoy Irlanda tiene una población de 3 millones de habitantes. ¿Y por qué yo pongo este ejemplo? Porque, como decía con anterioridad, es lógico que si a un país se le somete a una agresión económica tan prolongada y tan absoluta como la que Estados Unidos le provoca a Cuba, es lógico que haya emigración. Entonces, siempre hemos tenido emigración en los años de la revolución, pero ha crecido bastante en los últimos años, y hoy es una cifra bastante considerable. Y en términos prácticos, es un hecho ya, es un hecho descriptivo de la realidad nacional. Ese es un segmento de nuestra población, y aquí podemos incluir incluso algunos que son hijos de cubanos o nietos que no nacieron aquí, pero que se estiman cubanos, que se consideran cubanos, que tienen vínculos con el país y que incluso defienden al país.
La gran presencia está en Estados Unidos, pero no es solo en Estados Unidos. Y nuestro gobierno ha venido progresivamente, durante los años, afianzando, fortaleciendo y expandiendo una política de acercamiento a esa migración, con el creciente reconocimiento de que son parte de nuestra población y que son parte de nuestra responsabilidad como Estado, de nuestra responsabilidad como gobierno. Y lo que buscamos es que tengan el mayor vínculo posible, el mayor acercamiento posible, que participen de la realidad nacional, que participen del desarrollo nacional. Muchas veces se habla de que muchos tienen gran capital que pudieran invertir en Cuba. Es difícil decir cuántos pueden tener ese gran capital, pero lo que sí no cabe duda es que, sobre todo los emigrados en los últimos años, tienen un gran capital intelectual, un gran talento formado en la Cuba de los últimos años, y que tienen la capacidad de contribuir con el país. Y ya muchos que no viven aquí, viven fuera de Cuba, en América Latina, en Europa, y algunos en Estados Unidos, participan y contribuyen en procesos importantes de nuestro desarrollo, de nuestra realidad, y nuestra aspiración es que eso se expanda lo más posible.
Es un esfuerzo en dirección exactamente contraria al gobierno donde está la mayor masa de cubanos, que es en Estados Unidos, donde hay una política, como venimos hablando, de asustar a estos cubanos, de reprimirles sus posibilidades de viajar, de reprimirles sus posibilidades de contactar y de conectarse con su país. Ya se habla, y lo propagan estos políticos anticubanos, de la intención de disminuir los vuelos entre los dos países, los vuelos comerciales en los que quienes viajan son fundamentalmente cubanos, de disminuirlos, de restringirlos, o incluso de restringir el derecho de una persona a poder viajar a su país de origen. Por eso es que digo que el proceso nuestro, que tiene que expandirse más, va en dirección exactamente contraria a la que tiene el gobierno de Estados Unidos con esto. Y no es raro. Nuestro propósito, nuestro empeño como nación, también es, en el caso de Estados Unidos, extender los lazos más amplios posibles con la población de Estados Unidos, con esa sociedad en su conjunto, para poder relacionarnos como nos relacionamos con el resto del mundo. Aquí lo anormal, aquí lo aislado, es la conducta del gobierno de Estados Unidos, y puede considerarse eso incluso como algo a lo que le pondrá obstáculos este gobierno, a lo que incluso le puso obstáculos también el gobierno anterior, pero que es una realidad indetenible: el sentimiento dentro de la sociedad estadounidense favorable a un mayor acercamiento a Cuba, a tener vínculos con Cuba en el arte, en la educación, en la ciencia, en la música, en conocernos, es creciente.
Y nuestra experiencia con la inmensa mayoría de los ciudadanos es que tienen interés en acercarse a Cuba y no le temen a Cuba, no interpretan a Cuba como una amenaza, como un adversario. Por eso uno tiene derecho a preguntarse: ¿a qué le teme el gobierno actual de Estados Unidos? ¿A qué le temen los políticos anticubanos y el gobierno de Estados Unidos cuando obstaculizan el vínculo del cubano con su país de origen, con sus familiares? ¿A qué le temen cuando se proponen romper el vínculo de la familia cubana? ¿A qué le temen con cooperar con Cuba? Y no son capaces de explicarlo.
A. Rodriguez
Usted lo explicó. No recuerdo exactamente la frase, pero en una reciente conferencia sobre la relación Estados Unidos-Cuba, donde usted hizo una intervención interesantísima que circuló mucho en las redes, decía que todo eso se explica porque son 66 años de fracaso, ¿no? Como es más o menos, han perdido esta pelea contra una nación tan pequeña.
Pero el ciudadano estadounidense no comparte ese temor, ni comparte que ha fracasado, porque fracasar en hacer la vida imposible a una población no es nada de lo que van vanagloriarse.
A. Rodriguez
Claro, no, ni de que arrepentirse. Han fracasado. Ha sido un fracaso a la política de Estados Unidos. ¿Usted no ve perspectiva de que en lo inmediato esto pueda evolucionar hacia una mejor situación?
De nuestro lado existen todas las perspectivas. Lo hemos dicho y hemos sido consistentes durante la historia de la revolución en tener una disposición a sentarnos, a discutir, en una posición de respeto con el gobierno de los Estados Unidos, para hablar de todo, incluyendo nuestras diferencias, y las continuaremos teniendo, pero se puede dialogar sobre la base del respeto. Lo que nosotros no vamos a hacer y no podemos hacer es renunciar al derecho que tenemos en Cuba de construir nuestro futuro, hacer uso del derecho a la autodeterminación. Eso es un derecho que tiene todo país, y nosotros pensamos que lo merecemos.
Sí, viceministro. Hay algo que siempre genera como un absurdo. Uno, en determinado momento, ellos decían que el socialismo tiene mal a Cuba y que promovían la propiedad privada. Cuando Cuba se abrió a la inversión en el sector privado, ahora la guerra es hasta contra las MIPYMES, dicen que las MIPYMES son del gobierno, etcétera. ¿Qué es realmente lo que quiere este grupo de políticos? Si yo me dan a mí la oportunidad de decir "Dibújamelo", yo lo que veo es la cara de Marco Rubio. Con él se sintetiza, aunque aparece un personaje femenino que es lo más que destila el mayor odio hacia Cuba, pero ni voy a mencionar, solo digo eso. ¿Qué es exactamente lo que quieren? ¿Qué buscan? ¿Qué pretenden que pase en Cuba? ¿Qué es?
Fernández de Cossío
Es muy difícil meterse en la cabeza de ellos y saber lo que piensan, pero hay dos cosas que son lógicas y que uno puede entender. Una es que no se puede reducir a estos políticos anticubanos el propósito de estas políticas. Es algo que es mucho más amplio y que está asociado a una incapacidad tradicional de los gobernantes de Estados Unidos de aceptar que Cuba es y tiene derecho a ser un estado independiente, algo que los ha frustrado históricamente, y una incapacidad de aceptar esa realidad.
Pero estas personas, es evidente, o sea, no hay que preguntarle a ellos, es evidente que tienen como fin inmediato deprimir el nivel de vida de la población cubana, hacer la vida lo más difícil posible al cubano, deprimir sus ingresos, deprimir su alimentación, que fracasen los servicios básicos, de los que dependen la vida: el agua, la electricidad, los servicios médicos, el transporte, y por eso cortan y pretenden cortar las vías de financiamiento, las vías de acceso a tecnología, las vías de acceso a mercado, las vías de acceso a instituciones financieras con las cuales operar una economía, que hace muy difícil el manejo de la economía cubana. Y esto es un propósito que no es nuevo, existe desde el triunfo de la revolución. Desde la carta o el memorando que escribió el diplomático Mallory, el propósito es deprimir el nivel de vida de la población para usar a esa población como rehén, para que sea capaz de derrocar el gobierno, la guerra civil.
Buscan además provocar un escenario de confrontación con Estados Unidos, puesto que si se sabe que una consecuencia inevitable de la depresión de los niveles de vida es un incremento del flujo migratorio, lo que están buscando es incitar al conjunto del poder político de Estados Unidos a que exprese que hay una preocupación o que hay una amenaza con Cuba porque hay un flujo descontrolado migratorio provocado por un incremento de la presión económica sobre el país, y no es la única manera. Buscan mecanismos de confrontación diversos.
Porque estos políticos de intereses muy estrechos, que no reflejan los intereses de Estados Unidos como unión y de la población estadounidense en su conjunto, han descansado históricamente en tener la capacidad de manipular el inmenso poderío de esa nación contra un país pequeño. Ellos no son capaces de hacerlo, por tanto pretenden manipular el inmenso poder de los Estados Unidos. Hay encuestas recientes que reiteran datos de años anteriores. La mayoría de la población de Estados Unidos no considera a Cuba como un adversario, no quiere una relación de enemistad con Cuba. No quiero decir que esté de acuerdo con el socialismo, pero sí preferiría una relación mejor con Cuba. No está a favor, por supuesto, del bloqueo económico. La mayoría ni conoce ni comprende la existencia del bloqueo económico.
Pero esto sí es el propósito de estos políticos. Y esto que estoy diciendo no es porque ellos se lo han declarado a nadie. Es la lógica, cuando uno ve el comportamiento, cuando uno ve las intenciones con las que ellos se mueven. Pero en los últimos tiempos, incluso Marco Rubio ha escalado en el lenguaje, diciendo que somos una amenaza para la humanidad. En los sitios que manejan regularmente las políticas anticubanas, se habla de riesgo para la seguridad de Estados Unidos.
A. Rodriguez
Somos, bueno, aquella amenaza inusual que le pusieron el cartel a Venezuela, que tanto le costó en tiempos de Obama, ni siquiera en estos tiempos, manejar ese tipo de lenguaje.
Ha habido más, por ejemplo, la leyenda de las bases militares chinas. En Cuba hay una embajada de Estados Unidos que hoy está muy erosionada, porque parece que la misión que le han dado es andar haciendo algo que no tiene nada que ver con la diplomacia. Parece que la anularon profesionalmente y por eso no tienen respeto en este país. Pero hay una embajada que pudiera darse la tarea de averiguar si realmente existen bases militares chinas. Aquí hay un cuerpo diplomático grande en este país. Aquí hay periodistas extranjeros acreditados en Cuba. Ninguno ha podido mostrar la más mínima evidencia de que existen bases militares chinas. Para que haya bases militares chinas tendría que haber efectivos militares chinos. Nadie ha encontrado ninguno, y nosotros no nos parecemos tanto a los chinos. Sin embargo, es una leyenda que repiten, y este secretario de Estado la repite, como inventaron la leyenda de que había 20,000, 30,000, llegaron a decir hasta 40,000 soldados cubanos en Venezuela, que nunca nadie vio. Y uno no puede esconder a un batallón. Nadie lo vio nunca, pero lo repetían y lo repetían, y así.
O Bolton, cuando inventó lo de las armas de destrucción masiva, que fue descalificado hasta por el secretario de Estado en ese momento, por todo el mundo. Pero ellos lucran con estas leyendas y con el monopolio que tienen de los medios de difusión y los cientos de millones de dólares que dedican a engañar, a mentir, a confundir, a distorsionar la verdad.
A. Rodriguez
Bueno, una de las cosas que vi recientemente en esos programas que se hacen a través de las redes es alguien que decía que ahora que están gritando porque les quitaron el financiamiento de la USAID, sitios como Cubanet estaban demandando que los ayudaran, y decía: "La puñalada en el corazón se la dio Marco Rubio." Pero aclaraba este presentador que esos sitios que se crearon para la política contra Cuba realmente habían sido porque ellos sentían que era una gran tradición, porque los habían usado para promoverlos a ellos al interno de la comunidad cubana en los Estados Unidos, de las comunidades latinas. Es decir, nosotros les hicimos a ustedes la carroña, el propósito contra Cuba y promovieron la politiquería interna en Estados Unidos.
Fernández de Cossío
Lo más simpático es que hay periodistas en Estados Unidos y estos políticos que siguen usando el adjetivo de independiente, o sea, plantean espanto y lástima con entidades que se llaman independientes, pero que dependen del financiamiento del gobierno más poderoso del mundo. Y siguen usando sin recato, periodistas en antes lo escondían, ya no, pero sin recato. En el mismo párrafo donde dicen que han perdido el dinero, el financiamiento gubernamental, le siguen llamando independientes.
A. Rodriguez
Gracias, Cossío, por esta oportunidad. Ha sido el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, a propósito de la noticia que está moviéndose casi siempre en el entorno de la nueva administración norteamericana, que tiene que ver con deportaciones masivas, con acoso a los inmigrantes, y que en los últimos tiempos ha incluido también, a partir del odio feroz de los políticos anticubanos radicados en el sur de la Florida, de amedrentar a la población cubana sentada allí, con todos los riesgos que podría tener si se atreve a visitar a su familia en Cuba y a mantener una relación normal con ella. Le agradezco, viceministro, la posibilidad de nuestra conversación, y a ustedes la atención desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. Volveremos a tener otro contacto. Muy buenas tardes.