Noche de Homenaje al Comandante en Jefe: Discurso del Vicepresidente de CUBAVA, Ricardo Beltrán

Compañeras y compañeros:

Como tantas veces, estamos aquí convocados por el líder de la Revolución Cubana, pero en esta ocasión lamentablemente no será para escucharlo.

Somos nosotros ahora los que debemos hablar sobre él, aunque el dolor nos atragante y la voz tiemble.

Pero, qué decir de Fidel Castro, que no se haya dicho antes?

Todos lo conocemos muy bien y sabemos lo que ha significado para Cuba y para el mundo. Se ha hablado y se seguirá hablando mucho de su liderazgo, su papel como estadista, su carisma, la proyección de sus ideas y la profundidad y oportunidad de sus palabras. Pero un día como hoy es importante resaltar la dimensión humana de Fidel, de la que no se conoce lo suficiente, entre otras cosas por su pronunciada modestia y sencillez, como se ha demostrado ahora, una vez más, al hacerse pública su última voluntad.

Fidel fue un extraordinario estudiante. Sus profesores en el Convento de Belén en La Habana escribieron al pie de su foto de alumno: “Fidel Castro, madera de héroe, será líder, la historia de su patria tendrá que hablar de él". 

Un hombre con un alto concepto de la amistad y la lealtad. Puso dos veces en peligro su proyecto de hacer la revolución por no querer dejar abandonado a un compañero.  Cuando en México fueron capturados los que serían los futuros expedicionarios, el Che le planteó que si le aplicaban la deportación, el plan revolucionario debía continuar sin esperar por él, pues ya se las arreglaría para incorporarse más adelante. Fidel no vaciló un segundo en decirle: “Yo no te abandono. O salimos todos en libertad o que nos deporten a todos”. Y cuando aquel expedicionario cayó al mar en una noche tormentosa y lluviosa en la travesía del yate Granma hacia Cuba, Fidel ordenó detener la marcha y no continuarla hasta encontrarlo, lo que así ocurrió.  

Fidel era la personificación del optimismo y la confianza en la victoria. Cuando luego de la derrota de Alegría de Pío y la dispersión de los hombres, Fidel se encuentra con Raúl en Cinco Palmas, eran solo 12 hombres y pregunta cuantos fusiles tenían en total. Raúl responde que siete. Entonces, Fidel exclamó: “Ahora sí ganamos la guerra”.

Su preocupación por los niños, las mujeres, los enfermos y discapacitados, la tradujo en política de Estado, haciendo a Cuba como uno de los países ejemplos en el mundo en desarrollo social, educación y salud pública.

Se sabe que permaneció varios días junto a la cama de un hospital donde convalecía la destacada deportista Ana Fidelia Quirot por un grave accidente doméstico y no se fue de allí hasta que los médicos le dijeron que estaba fuera de peligro.

Dirigió personalmente toda la planificación del programa de atención en Cuba a los niños afectados por el accidente nuclear en Chernobyl y estuvo al pie del avión para recibirlos.

Movilizó a todo un país en la lucha por la devolución a su padre de un niño cubano secuestrado en Miami y no descansó hasta lograrlo.

Las imágenes son testimonios de que jugaba baloncesto con los estudiantes, vestido con su uniforme militar, en cuanta escuela en el campo visitaba, de que se servía en una bandeja metálica la misma comida de los trabajadores el día que visitaba alguna fabrica o las tantas veces que pintó paredes en alguna obra constructiva que el mismo revisaba.

Fidel Castro es uno solo y muchos en el exterior nos preguntan qué será ahora de Cuba sin Fidel? Un afamado escritor cubano ha dicho con razón que esta es una pregunta equivocada, pues para los cubanos Fidel no ha muerto.

De Fidel siempre se tendrá que hablar en tiempo presente y el mejor homenaje será ahora hacer de Cuba un país mejor. Y eso, compañeras y compañeros,

¡SI SE PUEDE!

¡Hasta la victoria siempre, Comandante!

(Embacuba Austria)

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