Estimadas y estimados:
Para José Martí en pintura no existe lo sencillo; el primer grado es lo bello; el grado inmediato es lo sublime.
Bella y sublime es la obra de la maestra Adela Suárez, que tenemos el honor de disfrutar en esta exposición titulada “por la cultura cubana”.
El conjunto de obras que disfrutamos hoy, profundamente martiana, nos permite viajar al mundo de la artista. Nos conduce a la esencia de su expresión de la cubanidad, como una relación de pertenencia a Cuba.
La obra refleja elegancia y creatividad; una mezcla de colores, paisajes e intensidad cargada de fantasía, pasión y resistencia, que no está ajena a la interpretación del momento histórico que vive el pueblo de Cuba, que defiende sus costumbres, su cultura, las conquistas de la Revolución, del ataque del poderoso imperio que pretende quitarnos nuestra soberanía para colonizarnos.
Desde el primer día en que Adela y yo conversamos, aprecié su honestidad y virtud como ser humano. Una sencilles desbordante, típica de la maestra ilustre, que nos muestra su gran obra, mediante su sabia y su experiencia.
La ocasión es propicia para agradecer al Archivo Nacional por ofrecernos la oportunidad de utilizar sus espacios en este edificio histórico, a Helena, a Carlos Guzmán, a Julieta, a Guillermo, al Ministerio de Cultura, a las instituciones panameñas, a la familia de Adela y a todos los que han hecho posible esta inauguración y hacer realidad este momento.
Estimada Adela:
Gracias una vez más por formar parte de este proyecto.
Estamos seguros que usted seguirá pintando a Cuba y pensando a Martí, desde la intimidad y el diálogo con los colores.
Muchas Gracias.