Palabras del Embajador de Cuba Juan Antonio Fernández Palacios en la ceremonia de entrega del meteorito Viñales al Museo de Historia Natural de Viena

Dr. Christian Köberl, Director General del Museo de Historia Natural de Viena,

Dr. Ludovic Ferriere, Curador Principal de la Colección de Meteoritos del  Museo,

Distinguidos invitados,

Estimados señoras y señores:

Era una tarde soleada, con un cielo azul intenso, del 1ro de febrero del 2019. Un apacible equilibrio, urbano y rural, estaba a punto de quebrarse en Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba. Siendo las 13.20 hrs, aproximadamente, los vecinos de la localidad de Viñales, sintieron un ruido excepcional en medio del habitual silencio de la campiña cubana. Su sonoridad llegó hasta la capital provincial.

La curiosidad humana y esa innata inquietud de buscar las respuestas en el cielo, hizo que muchísimos interrumpieran su cotidianidad para alzar la vista hacia el horizonte. Era una bola de fuego, de intensa luminosidad, la que surcaba el azul cielo. Para algunos era un avión en caída, para otros el inédito Tornado que regresaba para concluir su maléfico destruir, como cuatro días antes había hecho en cuatro municipios de La Habana. No faltaron otras teorías y versiones, como tampoco los escépticos.

Lo que nadie imaginó es que se trataba de un Meteorito, que como invitado inesperado, cayó a pocos metros del lugar, donde se organizaba la actividad festiva para celebrar el 18 aniversario, ese mismo día 1 de febrero, de la declaratoria del Parque Nacional de Viñales, por acuerdo del Consejo de Ministros.   

El Valle de Viñales es un lugar único de la geografía insular de Cuba. Sus valores naturales y su paisaje cultural, lo hicieron merecedor de la condición de Patrimonio Mundial de la Humanidad, que le otorgó la UNESCO en 1999. Es un área protegida como Monumento Nacional de la Nación. Su belleza singular le viene dada por las elevaciones cársicas (Mogotes) de notable morfología y por atesorar uno de los sistemas cavernarios más grandes y exclusivos de las Américas.

En ese marco físico excepcional, se dibuja un paisaje cultural, conformado por pinturas rupestres y contemporáneas, y el singular aroma de sus vegas de tabaco de universal fama, en lo que constituye un ejemplo de armonía entre el ser humano y la naturaleza.

Fue entonces aquí, donde no se pudo hacer la fiesta prevista, pero a donde llegó un amplio y multidisciplinario equipo de investigadores y científicos cubanos, que con apoyo de las autoridades locales y nacionales, se dedicó a la tarea de explicar el misterio y estudiar aquellas rocas caídas del cielo.

Señoras y señores:

La inquietud científica y apasionada del Dr. Ludovic Ferriere, su dedicación y competencias probadas, su capacidad comunicacional y amables modales, nos han traído hasta aquí. Fue él quien inició el contacto, y fue la comunidad científica y las autoridades cubanas, quienes en reciprocidad, brindaron cooperación, dedicación y entrega para hacer posible este singular momento.

Cuba se enorgullece de que un fragmento del meteorito “Viñales” forme parte de la inigualable muestra que se conserva en este Museo de Historia Natural de Viena, la mayor y más diversa del mundo. Un lugar donde prima la excelencia, el interés por la verdad y el rigor científico. Un lugar donde el visitante tiene ante sus ojos a la naturaleza en todo su esplendor, pero no a la parte más cotidiana o habitual con la que contactamos diariamente sino a esa otra naturaleza, exótica y mística. Y he aquí uno de los valores supremos de este Museo: poner al alcance de los seres humanos lo que resulta inalcanzable, colocado en su estado original y más auténtico. Es sin dudas, un privilegio y una oportunidad única.

Señoras y señores:

Las naciones tienen muchas formas de cooperar entre sí. Frente a los desafíos del mundo de hoy, muchos de los cuales afectan a la naturaleza y a la propia supervivencia de la humanidad, a los países y sus Gobiernos   les corresponde actuar de manera coordinada y responsable en la búsqueda de soluciones urgentes a nuestros principales problemas, donde la ciencia tiene que ocupar un lugar de vanguardia.

Y cuando hay alguien que desde el poder, que considera para sí infinito, desconoce los efectos del cambio climático y se desentiende de los compromisos contraídos para salvar el planeta, dando un insolente portazo a la ciencia y al futuro de la humanidad; en Cuba y en Austria hay científicos que trabajan coordinadamente y de manera desinteresada para hacer posible un acontecimiento que rebasa su trascendencia técnica para convertirse en un hecho histórico que prestigia una relación amistosa y de cooperación entre nuestras dos naciones que se extiende por más de 70 años, de forma ininterrumpida.

Una vez más, nuestro agradecimiento a usted, Dr. Christian Köberl, Director General del Museo de Historia Natural de Viena.  A los eminentes científicos Ferriere e Iturralde, al Instituto de Geofísica y Astronomía y al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba. Desde hoy, el meteorito Viñales, estará en la hermosa vitrina, para ser contemplado junto a otros similares y disímiles que nos visitaron antes, por los miles de curiosos visitantes del mundo entero que hasta aquí lleguen.  Gracias además por permitirnos contribuir de manera modesta a materializar tan noble propósito, de lo cual nos sentimos orgullosos.   

Muchas gracias

(Embacuba Austria)

 

 

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