POR EL CESE DEL BLOQUEO A CUBA

Nueva vez, la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, se pronuncia con energía contra el odioso y criminal bloqueo que por cerca de seis décadas mantiene Estados Unidos contra Cuba.
Contraviniendo todas las normas, principios y acuerdos que rigen el ordenamiento internacional y la relación entre estados, así como el respeto a la autodeterminación e independencia de las naciones, el imperialismo norteamericano se empecina y ensaña en mantener un bloqueo económico, comercial y financiero que ahoga a Cuba y le impide encausar su destino por la senda del progreso y el alcance de nuevos logros en la construcción del socialismo.
Con el marcado interés de destruir la revolución cubana, surgida con la victoria rebelde de 1959 encabezada por el Comandante Fidel Castro, acontecimiento histórico que puso fin a la tiranía batistiana y devolvió a Cuba su soberanía e independencia plenas, rescatando  sus riquezas materiales y espirituales, el imperialismo norteamericano desató contra la patria martiana una guerra económica sin precedentes en la historia del mundo contemporáneo que dura desde 1962 hasta nuestros días, guerra sin cuartel que no cesa y que los Estados Unidos mantienen a pesar del clamor universal por su culminación, especialmente de su principal manifestación que es el bloqueo.
Esta acción criminal y antihumana contra una pequeña nación, se inició apenas aflorando la década del sesenta, con la reducción a su mínima expresión de la cuota azucarera que Cuba mantenía en el mercado preferencial estadounidense y que produjo una considerable disminución de sus entradas  de divisas, dado que el azúcar constituía el principal producto de exportación de la isla; continuó con la suspensión de la  ayuda económica a Cuba por el asunto de las confiscaciones de propiedades y empresas norteamericanas realizados en términos justos y de acuerdo con los cánones internacionales por el gobierno revolucionario cubano, y se consumó posteriormente con un embargo total sobre el comercio con Cuba que promulgó medidas de prohibición de importaciones de cualquier producto de origen cubano hacia los Estados Unidos, la supresión de créditos a los bancos cubanos por parte de instituciones bancarias norteamericanas, la negación de facilidades portuarias a buques de cualquier nacionalidad que transportaran mercancías  a Cuba y prohibición  de la entrada de dichas embarcaciones a puertos estadounidenses, a lo que se agregaban otras medidas como las multas y restricciones a terceros países por tener intercambio con Cuba o realizar transferencias de fondos hacia la isla.
No conformes con tan drásticas decisiones violatorias  de los principios del libre comercio internacional, los Estados Unidos profundizarían más tarde el  bloqueo unilateral  impuesto a Cuba, con nuevas disposiciones y leyes a todo lo largo de las últimas décadas  como la Ley Torricelli  (1992) que prohíbe el comercio con Cuba a filiales de empresas de Estados Unidos radicadas en terceros países y que no se rigen por las leyes norteamericanas así como  sanciones a naciones que concedan asistencia económica a Cuba; la Ley Helms-Burton (1996) que impide el acceso a corrientes de inversión de capital extranjero hacia Cuba utilizando la intimidación y el chantaje a posibles inversionistas, la prohibición de cualquier financiamiento directo o indirecto que implique o pueda considerarse una ayuda económica a Cuba y la decisión de no autorizar marcas y/o nombres comerciales que coincidan o sean similares a los procedentes de propiedades norteamericanas nacionalizadas en Cuba.
Los efectos negativos  del bloqueo a lo largo de casi 6 décadas, han sido considerables para Cuba: centenas de miles de millones de dólares en pérdidas económicas estimadas o beneficios dejados de percibir; afectación a las actividades productivas y de servicios; freno a las inversiones y a las exportaciones; restricciones del acceso de Cuba a nuevas tecnologías  y en fin, limitaciones al crecimiento y el desarrollo social y cultural.
Con la administración de Obama en la postrimería de su mandato y en  reconocimiento por éste de que el bloqueo no había logrado doblegar y poner de rodillas a Cuba, se albergaron esperanzas de que al menos, con el inicio de nuevas conversaciones y acuerdos y sin imponerle condiciones a Cuba, se lograrían avances para normalizar las relaciones entre ambas naciones y convencer a la potencia imperialista de poner fin al bloqueo.
Sin embargo, nada de eso ha tenido lugar y por el contrario, con la nueva administración del Presidente Donald Trump no solamente se han dado marcha atrás a medidas de regulación de las relaciones que se habían iniciado, sino que el bloque continúa inalterable, con sus mismos efectos dañinos, pese al clamor universal por su cesación.
Para Cuba, la lucha contra el bloqueo sigue siendo de primera prioridad y no cesará en sus intentos por derrotarlo, hasta alcanzar la victoria.
La Solidaridad dominicana estará siempre del lado de Cuba y de su lucha incansable  contra esta acción criminal del imperialismo norteamericano, y  permanecerá  de pies, siempre dispuesta a defender los logros obtenidos con la construcción socialista en la patria de Martí y del Fidel.

Santo Domingo, Distrito Nacional, Rep. Dominicana
22 de octubre, 2017.
 

Categoría
Bloqueo
Solidaridad