Participó Embajador de Cuba, invitado por el Ministerio de Cultura de Panamá, a los desfiles de danzarines y fuegos artificiales del 13 Festival de Diablos y Congos de la ciudad caribeña de Portobelo.
Pero los festejos este año allí en la tierra del Cristo Negro sobrepasaron las fronteras de la provincia de Colón para juntar en el juego -ritual de los Diablos (el mal o amo blanco) , ironizados con sus disfraces y máscaras; y los Congos, pueblo esclavo que se subleva, a otros territorios como Panamá, Bocas del Toro o Veraguas.
Según la tradición, estas festividades son una oda a la resiliencia del negro esclavizado en los tiempos de la colonización y su lucha por la libertad, según el afrodescendiente y gestor cultural Jorge Montenegro.
Durante el baile, el congo, vestido con tiras – simulando las prendas originarias hechas de retazos de telas de los amos- y la cara pintada de negro, se enfrenta con burla al diablo, disfrazado con una gigantesca máscara rojinegra.