El Embajador de Cuba en Guinea Bissau, Dr C. Raúl de la Peña Silva recibió a la Directiva del Consejo Nacional de los Hijos de los Combatientes de la Libertad de la Patria, presidida por el Lic. Domingo Tamba, quienes reiteraron el agradecimiento de sus padres y de ellos por el apoyo de la Isla para lograr la definitiva independencia del yugo colonial portugués el 24 de septiembre de 1973, cuyo 50 aniversario se celebrará en el presente año.
El presidente del Consejo Nacional agradeció también el papel que ha jugado Cuba a través de estos años en la formación y capacitación de los cuadros y profesionales para las diferentes ramas de la economía y la vida social del país, muy especial en la formación de médicos para el sistema de salud guineense a través de la Facultad de Medicina “Raúl Diaz Argüelles”.
En la ocasión el diplomático cubano explicó la situación económica por la que atraviesa Cuba, causada en primer lugar por la crisis económica mundial, dados los efectos de la guerra en Ucrania y el impacto del cúmulo de sanciones impuestas a la Federación Rusa para asfixiar su economía, los efectos producidos por la postpandemia de la Covid-19 y le impacto cruel de las medidas y agresiones que acompañan al bloqueo estadounidense a Cuba.
Explicó además las medidas aplicadas oportunistamente por el gobierno de los EE.UU para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero, que alcanza los niveles del genocidio de Estado y que en la reunión de balance del año 2022 del Minrex, el Presidente Diaz Canel afirmó que, si algún pasaje evidencia bien «la brutalidad y la crueldad» de ese castigo, es justamente el de la COVID-19, cuando la Isla sufrió negación de medicamentos, de vacunas y de oxígeno, así como la persecución a «las compañías que podían vendernos los ventiladores pulmonares»; todo lo cual dificulta nuestro desarrollo y hace sufrir a la familia cubana.
El Embajador de Cuba por último le explicó al Presidente del Consejo Nacional de los Hijos de los Combatientes de la Libertad de la Patria y a sus acompañantes, que a finales de febrero el Departamento de Estado publicó el informe sobre el terrorismo, y mantuvo a Cuba en la espuria lista de naciones que lo patrocinan. Ni el gobierno de Reagan, ni los que vinieron después, y tampoco el de ahora, mostraron evidencias sobre esos «actos». Cuba no tiene un ápice de política terrorista, ha tenido una posición frontal contra ese flagelo. Lo que sí le ha sobrado son los efectos del terrorismo, auspiciado, justamente, por el Gobierno que se atribuye el derecho de acusarla. Los integrantes de la Directiva rechazaron y condenaron la inclusión de Cuba en esa lista ilegal, siendo uno de los países del mundo más solidarios y ejemplo de resistencia.
Ambos interlocutores expresaron la voluntad política de las partes de continuar trabajando con vistas a lograr un mayor fortalecimiento de las relaciones bilaterales, incluyendo evaluar la posible ampliación de la cooperación en la formación y capacitación de los hijos de los combatientes de la libertad a través de la elaboración de proyectos que aseguren el financiamiento requerido para desarrollar las diferentes acciones que se acuerden.
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