El pedido de independencia para Puerto Rico vuelve a sentirse este lunes en la ONU, hasta donde llegan numerosos peticionarios de esa isla para una audiencia ante un Comité Especial del organismo multilateral.
Entre esas boricuas se encuentra Jocelyn Velázquez, del movimiento de resistencia Se acabaron las promesas, que se opone a la imposición por parte de Estados Unidos de una Junta de Control Fiscal.
Según declaró a Prensa Latina esa activista, El problema de Puerto Rico tiene una solución y se llama independencia.
La cuestión de Puerto Rico no se resolvió en 1952 cuando se proclamó la vigencia del Estado Libre Asociado, y Naciones Unidas debe reconocer que continuamos siendo una colonia, recalcó.
Cada año vamos al Comité de Descolonización de la ONU a plantear este problema, pero no hay ningún avance, señaló la integrante del Frente Socialista de Puerto Rico.
En 2016, la administración estadounidense de Barack Obama impuso una Junta de Control Fiscal, cuyo poder está por encima de cualquier otra institución de la isla, recordó.
Velázquez ofreció detalles de cómo esa instancia saquea las riquezas de su país y deja en una situación de vulnerabilidad a la población, ante el cierre de hospitales, escuelas y otros servicios básicos.
En estos momentos, están negociando la deuda con los bonistas y los banqueros de Wall Street, a espaldas del pueblo, cuando es la Junta la principal responsable de la emisión de bonos que llevaron a Puerto Rico a la quiebra, denunció.
Por su parte, la activista Lourdes García, del colectivo Un llamado a la acción en Puerto Rico, ahondó en las penurias que enfrentan los que viven en esa isla caribeña.
Dos años después de los poderosos huracanes Irma y María aún hoy muchas personas en Puerto Rico viven en casas con techos improvisados hechos de toldos, ante la total indiferencia de las autoridades, contó.
Tras el huracán María la situación se volvió muy precaria y ante la falta de medios de vidas, muchos pobladores estuvieron obligados a irse del país, lo cual aprovecharon corporaciones privadas norteamericanas para invertir allí.
Pero esas empresas explotan de manera indiscriminada los recursos y acaban con el medio ambiente, reveló García.
Además, añadió, el cierre de centros de salud resulta cada vez más alarmante, mientras los servicios de electricidad y abastecimiento de agua se interrumpen continuamente y la vida en Puerto Rico resulta muy precaria.
Fuente Prensa Latina