Con un acto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y ofrendas florales del Ministerio de Educación y la Campaña de Solidaridad con Cuba, dominicanos y cubanos rindieron homenaje al Héroe Nacional cubano José Martí, al conmemorarse el 122 Aniversario de su caída en combate en Dos Ríos.
A la actividad asistieron autoridades, profesores y alumnos del alto centro docente y de escuelas de la enseñanza básica, funcionarios del gobierno, los Embajadores del ALBA, miembros de la Campaña Dominicana de Solidaridad y y los miembros de la Misión Diplomática encabezados por el Embajador Carlos de la Nuez.
En el acto, el Vicerrector de Extensión, Rafael Nino Féliz, destacó la figura del político, periodista y poeta que organizó la última gesta independentista de Cuba contra el imperio colonial español y remarcó la trascendencia de su ideario.
En tanto, el Viceministro de Educación, Luis de León, Presidente de la Cátedra Honorífica José Martí de esta Universidad, se refirió a la influencia y vigencia del pensamiento martiano, destacó su humanismo y remarcó el legado de su vida y obra a los pueblos de América y en especial al dominicano.
En las palabras centrales por la parte cubana, el historiador Carlos Rodríguez Almaguer explicó los antecedentes que llevaron a la caída en combate de Martí un día como hoy, hace 122 años, después de fundar el Partido Revolucionario Cubano, organizar con los viejos y nuevos combatientes ¨la Guerra Necesaria¨ y dotarla de un programa: el Manifiesto de Montecristi, firmado junto a Máximo Gómez en esa localidad el 25 de marzo de 1895, previo a su partida a la Isla.
Rodríguez Almaguer abundó que entre ambos patriotas reúnen fondos para trasladar al General Antonio Maceo de Costa Rica a Cuba y en ese proceso una noticia aparecida en el Listín Diario, periódico dominicano que se mantiene hasta nuestros días, dice que Martí y Gómez eran los líderes de la revolución y que están en combate.
Narró que ante esa situación ambos partieron hacia Cuba, y habló de las peripecias del desembarco, el asombro de los viejos soldados por la resistencia física de Martí, y su arenga a las tropas antes de combatir, con un fervor que lo lleva a no esperar en el lugar acordado por Gómez.
El historiador relató cómo acompañado solamente por un soldado llamado Ángel de la Guardia y de su caballo blanco se lanzó a la carga hasta resultar abatido por los españoles en un lugar llamado Dos Ríos al mediodía del 19 de mayo de 1895.