“En Cuba sólo ha habido una Revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868 y que nuestro pueblo lleva adelante en la actualidad” fueron palabras de Fidel en el centenario de esta fecha.
Con la presencia del Embajador de Cuba, el jefe de la Brigada Médica Cubana, la Primera Secretaria de la Misión Diplomática, la Decana de la facultad cubano guineense “Raúl Díaz Argüelles”, el secretario del partido y una representación de profesores y estudiantes de la facultad, se desarrolló en la Sede Universitaria Miguel Zerquera el acto político cultural donde se rindió homenaje al inicio de las guerras por la independencia de Cuba.
No faltaron manifestaciones del talento artístico de los estudiantes, que de manera simbólica representaron una obra teatral referida a los hechos ocurridos en el Ingenio de La Demajagua en la provincia Granma, así como la interpretación de la legendaria pieza musical “la Bayamesa”.
En las palabras centrales de la actividad, el secretario del núcleo del partido de la BMC, Dr. Odeite Dueñas, señaló que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, la dignidad y la rebeldía de un pueblo —heterogéneo todavía— que comenzaba a nacer en la historia, tuvo la clara idea de que aquel alzamiento no podía esperar demasiado ni podía arriesgarse a recorrer el largo trámite de una organización perfecta, de un ejército armado, de grandes cantidades de armas, para iniciar la lucha, porque en las condiciones de nuestro país en aquellos instantes resultaba sumamente difícil. Y Céspedes tuvo la decisión; porque “aplazar el inicio de la lucha era darles tal vez la oportunidad a las autoridades coloniales vigilantes para echárseles encima”.
Celebrar el 154 aniversario del inicio de nuestras luchas por la independencia en este hermano país tiene especial significado, recordar que en la composición del ejército libertador se encontraban muchos esclavos africanos que luego de alcanzar su libertad decidieron de manera voluntaria unirse a la causa libertaria, muchos de ellos derramaron su valerosa sangre por nuestra independencia, por eso nuestro compromiso y nuestra eterna deuda con este continente.
Es preciso recordar que aquella primera guerra duró 10 años, que aquella lucha heroica fue vencida, no por las armas españolas, sino vencida por uno de los peores enemigos que tuvo el proceso revolucionario cubano, vencida por las divisiones de los mismos cubanos, por las discordias, por el regionalismo, por el caudillismo; es decir, ese enemigo —que también fue un elemento constante en el proceso revolucionario— dio al traste con aquella lucha.
Sin embargo este comienzo tuvo especial significado en la historia, los principales líderes del momento comenzaron a ganar en conciencia política, se comenzó a engendrar la nacionalidad cubana y sobre todo se comprendió la importancia de la UNIDAD por los principales líderes, principalmente de Martí, que fue capaz de aglutinar las fuerzas en función de un objetivo común.
Ellos fueron los que prepararon el camino, ellos fueron los que crearon las condiciones y ellos fueron los que tuvieron que apurar los tragos más amargos: el trago amargo del Zanjón, el cese de la lucha en 1878; el trago amarguísimo de la intervención yanqui y de la conversión de nuestro país en una factoría y en un pontón estratégico —como temía Martí.
Hoy nuestro país continúa la lucha soportando las agresiones del enemigo del norte que no nos perdona haber alcanzado la independencia ni de ser un estado socialista a solo 90 millas de sus costas y continúa su cerco despiadado e inhumano con un Bloqueo económico, financiero y comercial que dura ya más de 6 décadas y que se ha incrementado en los últimos años con nuevas medidas adicionales para destruir la revolución, todo esto agravado por la crisis mundial que ya existía y que se acrecentó con la pandemia y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que pone en peligro la alimentación y la vida de millones de personas en el mundo.
La guerra en las redes sociales sin precedentes alentando a cometer actos vandálicos y la división dentro de la sociedad se ha incrementado a límites soberbios pero una vez más estamos seguros serán derrotados. Sepan los gobernantes del enemigo del norte que los cubanos no dejaremos de defender nuestro derecho a decidir nuestro propio destino, ni dejaremos de reclamar el levantamiento del bloqueo, que es a todas luces, un acto vil e injusto.
Nosotros debemos saber, como revolucionarios, que cuando decimos de nuestro deber de defender la patria, de defender esta Revolución, hemos de pensar que no estamos solo defendiendo la obra de aquellos primeros 10 años de lucha, ¡Hemos de pensar que estamos defendiendo la obra de más de cien años! ¡Hemos de pensar que no solo estamos defendiendo aquello por lo cual cayeron miles de nuestros compañeros, sino aquello por lo cual cayeron cientos de miles de cubanos a lo largo de nuestras luchas por la total independencia y en defensa de nuestras conquistas.
EmbaCuba Guinea Bissau


