Santos: cesó la horrible noche

CARTAGENA DE INDIAS, Colom­bia.—«En surco de dolores, el bien germina ya», expresó el presidente de Co­lombia, Juan Manuel Santos, —ci­tando un fragmento del himno nacional del país— durante su in­tervención en la ceremonia de fir­ma del Acuerdo de Paz entre el go­bierno y las Fuerzas Armadas Re­volucionarias de Colombia-Ejér­cito del Pueblo (FARC-EP).

Santos refirió que esas palabras, escritas por el mandatario Rafael Nú­ñez en el siglo XX, cobran su ma­yor sentido en este contexto.

El presidente recordó que estos 52 años han enfrentado a hijos de una misma nación, pero este Acuerdo representa la mejor noticia en un mundo convulsionado por tragedias y terrorismo.

«Hoy, al firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las FARC-EP, decimos esperanzados que ha sido un surco de dolores, de víctimas y muertes pero hemos po­dido levantarnos sobre él para decir que el bien germina ya, la paz germina ya», proclamó.

Al referirse a Cartagena de Indias, lugar que acogió la firma oficial de la paz, Santos dijo que será recordada como «la ciudad de la paz».

Señaló que Colombia y la comunidad internacional saludan el acuerdo como la mejor noticia en un mun­do convulsionado por la guerra, la intolerancia, el terrorismo.

El gobernante expresó que lo firmado este martes, luego de años de negociación, es una declaración del pueblo colombiano, «de que nos can­samos de la guerra, de que decimos fuerte y claro: ¡no más guerra!». La guerra nos dejó cientos de miles de muertos, millones de víctimas y desplazados y muchas heridas que tenemos que comenzar a sanar, sostuvo y llamó a «no más la violencia que sembró atraso. Este es el clamor de Colombia y es su decisión», apuntó.

Rindió homenaje «a todos los héroes de las Fuerzas Armadas de nuestro país», así como a los millones de víctimas inocentes, a los defensores de derechos humanos, las comunidades indígenas y convocó a que no haya más jóvenes sacrificados, más muertos, «ni soldados, ni policías, ni campesinos ni guerrilleros».

Añadió que las nuevas generaciones serán las encargadas de promover el desarrollo y la seguridad del país, es lo que merecen, lo que será posible a partir de hoy.

Asimismo, durante su discurso, el presidente sudamericano recordó al escritor colombiano Gabriel Gar­cía Márquez, y afirmó que aunque no alcanzó a vivir ese momento, debe estar feliz viendo volar sus mariposas amarillas en la Colombia que él soñó, la Colombia que logró su se­gunda oportunidad sobre la tierra.

Santos reconoció que los guerrilleros de las FARC-EP, aquellos que fueron por años sus mayores adversarios, fueron dignos representantes en la mesa de negociaciones en La Habana.

Como jefe de Estado, les dio la bienvenida a las FARC-EP a la democracia en este momento que co­mienzan su camino de vuelta a la sociedad y se convierten en un movimiento político.

Cambiar las balas por los votos y las armas por las ideas es la decisión más valiente y más inteligente que pudieron tomar, afirmó Santos.

Agregó que el acuerdo firmado es más que el silenciamiento de los fusiles, «nos permitirá llevar más desarrollo, ayudará a fortalecer la democracia, hará más efectiva la lucha del estado contra el narcotráfico, tendrá dividendos muy positivos en la lucha por la defensa al medioambiente».

Asimismo, dijo que ese documento honra a las millones de víctimas protegiendo su derecho a la verdad, reparación, y no repetición, donde los crímenes de lesa humanidad serán juzgados y sentenciados.

Aseguró que todo pacto de paz es imperfecto porque se trata de un acuerdo en el que las partes tienen que hacer concesiones, sin embargo, afirmó que el alcanzado con las FARC-EP en La Habana es el mejor posible.

«Prefiero un acuerdo imperfecto que salve vidas, a una guerra perfecta que siga sumiendo en el dolor a nuestras familias».

El presidente hizo un llamado a los colombianos a que el próximo domingo, con el plebiscito, se deje atrás un pasado triste y se abra las puertas a un futuro mejor y más optimista. Los colombianos escogerán el próximo 2 de octubre entre el sufrimiento del pasado y la esperanza del futuro, apuntó.

Durante su alocución, reconoció y agradeció la labor del equipo negociador del Gobierno, que du­rante varios años trabajó junto a la insurgencia para lograr la victoria de la paz. «Colombia está en deuda con ustedes».

También  expresó su gratitud con los países garantes, Cuba y Noruega por su ayuda invaluable y a los acompañantes durante este difícil camino, Chile y Venezuela.

De igual manera agradeció a la comunidad internacional, a la Or­ga­nización de Naciones Unidas (ONU) y a su secretario general, Ban Ki-moon, al Consejo de Seguridad de la ONU, a todos los países que han estado listos para ayudar en lo que sea posible, y al Papa Francisco que con sus oraciones animó siempre el ca­mino hacia la paz.

Prosiguió su discurso reconociendo que el fin de la guerra no es el final de los problemas de Colombia porque aún quedan retos por vencer, pero aseguró que se trabaja mucho mejor sin los obstáculos de una guerra y que muchos recursos económicos antes utilizados para el conflicto ahora serán usados para el beneficio del pueblo.

El mundo celebra una guerra menos en el mundo: la de Colombia, acotó.

Colombianos, cesó la horrible noche, finalizó Santos, citando nuevamente una de las frases del Himno Nacional.

Démosle la bienvenida al nuevo día y el amanecer de la paz y de la vida, que se asoma en el cielo de Co­lombia. El acuerdo firmado este lu­nes en Cartagena de Indias será sometido, el próximo 2 de octubre, a un plebiscito para que los colombianos decidan si se le da curso o no.

Etiquetas
Categoría
Eventos