En víspera del aniversario 44 de un horrendo crimen que quedó impune, el derribo, en pleno vuelo, de una aeronave de Cubana de Aviación frente a las costas de la isla Barbados, el 6 de octubre de 1976, continúan repitiéndose contra nuestro pueblo esas acciones criminales por parte de grupos terroristas aupados, organizados y financiados por parte del imperialismo yankee, en su afán de destruir la Revolución Cubana y renovar su dominio sobre Cuba. Como parte de una lista interminable de esas acciones terroristas, se suma el atentado terrorista contra la Embajada de Cuba en Washington, ocurrido en la madrugada del 30 de abril de este año, cuando un ciudadano de origen cubano, Alexander Alazo, realizó 32 disparos contra la edificación con un fusil de asalto del tipo AK-47. Desde entonces, el gobierno de los Estados Unidos mantiene un silencio cómplice y se observa reticencia de calificar el acto como terrorista. Ninguno de los cargos imputados tipifica como terrorismo.
El terrorismo continúa siendo un grave desafío para la comunidad internacional. No puede erradicarse si prevalecen dobles raseros, manipulación, oportunismo político y selectividad para hacerle frente.
El ametrallamiento contra la Embajada de Cuba en Washington es resultado directo de la política agresiva del gobierno de EEUU contra Cuba y de la tolerancia e instigación a la violencia de políticos y grupos extremistas anticubanos. Cuba no olvida la larga historia de terrorismo contra sus diplomáticos.
El gobierno de EEUU debe reconocer y denunciar públicamente el carácter terrorista de ese ataque, y compartir con Cuba toda la información sobre el mismo. Lo contrario equivale al silencio cómplice sospechoso y a la tolerancia del terrorismo.
La actitud del gobierno de EE.UU. en este caso, contradice su propia retórica antiterrorista. Mientras incluyen a Cuba en la lista espuria de países que no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas de EEUU, no reconocen el carácter terrorista del ataque del 30 de abril contra la Embajada cubana en Washington.
En cambio, existen evidencias concretas de la colaboración bilateral de Cuba con EEUU en el combate contra el terrorismo y en esfuerzos conjuntos de aplicación y cumplimiento de la ley.
Cuba siempre ha manifestado su más profundo rechazo y condena a todos los actos, métodos y prácticas terroristas, en todas sus formas y manifestaciones, por quien quiera, contra quien quiera, y donde quiera que se cometan; sean cuales fueren sus motivaciones, incluidos aquellos en los que hay estados directa o indirectamente involucrados.
Cuba espera respuesta a sus denuncias sobre este ametrallamiento.