No se pueden bloquear la razón y la justicia
Cuando se trata del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por tantos años, pareciera que se ha dicho todo, aunque la realidad impone todo lo contrario. En la medida en que se ha reforzado, causa más daños –algunos más visibles que otros–, se ratifica como una política unilateral, producto de la sinrazón y el sinsentido, obra de quienes hacen de la injusticia más descarnada, su modo y estilo de hacer política.