Ene
26
2018
Dos hombres, un mismo sueño
Y el barbudo hablaba frente a la multitud como si tuviera al Apóstol a su lado.
Acompañándolo. Guiando el camino. Porque más que la estatua perpetuada en mármol –esa que a los cubanos estremece cada fibra del alma–, lo que estaba detrás del predio, en la Plaza, era la continuidad de un mismo pensamiento, como si discípulo y maestro se hubieran puesto de acuerdo.