Discurso pronunciado por el vicepresidente del Consejo de Estado y ministro de Salud Pública, Dr. Roberto Morales Ojeda, en la 71 Asamblea Mundial de la Salud.
Señor Presidente,
Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General Organización Mundial de la Salud,
Delegadas y delegados,
Señoras y Señores.
El tema que debatimos hoy, “Salud para Todos: el compromiso con la cobertura sanitaria universal”, es un asunto pendiente para muchos países en el mundo.
En septiembre, conmemoramos 40 años de la Conferencia de Alma-Ata, que subrayó la importancia de la atención primaria como una estrategia para alcanzar mejores niveles de salud. A pesar de la voluntad política de muchos gobiernos, esta meta no fue cumplida.
Actualmente nos enfocamos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, constituye un reto y una oportunidad para alcanzar mejores sistemas de salud y proporcionar bienestar a la población; en un mundo en el que prevalece la desigualdad, la amenaza a la paz mundial, y están presentes los efectos negativos del cambio climático con serias repercusiones para la especie humana.
Es responsabilidad de los sistemas de salud, no solo curar sino alertar y proteger, por lo que es indispensable su inclusión en las políticas de gobierno junto a la activa participación de otros sectores.
El acceso y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y comunidades tengan derecho, sin discriminación alguna a servicios integrales adecuados, oportunos y determinados a nivel nacional de acuerdo con sus necesidades, así como a medicamentos de calidad, eficaces y asequibles, a la vez que se asegure que el uso de esos servicios no exponga a los usuarios a dificultades financieras, en particular a los grupos más vulnerables, de forma que al necesitar los servicios, no caigan en la pobreza ni les impida salir de ella a quienes ya son pobres.
Cuba desde 1959, inició la implementación de políticas que modificaron el panorama existente. Trazó las bases estratégicas para el desarrollo del Sistema Nacional de Salud, al situar al individuo en su centro, bajo los principios de ser gratuito, accesible, regionalizado, integral, sin discriminación, con participación comunitaria e intersectorial, basada en la Atención Primaria de Salud, con el médico y la enfermera de la familia como su principal fortaleza y una concepción internacionalista.
Lo anterior ha permitido que al cierre del 2017, la esperanza de vida al nacer sea de 78,45 años, la mortalidad en el menor de 1 año de 4,0 por cada mil nacidos vivos y la supervivencia a los 5 años de edad de 99,5%. La tasa de mortalidad materna de 38,3 por 100 mil nacidos vivos y el 99,9 % de los partos sean institucionales. Se mantienen cumplidos, los indicadores de impacto que certifican a Cuba como el primer país en eliminar la transmisión madre-hijo del VIH y la Sífilis.
Erradicadas 14 enfermedades infecciosas, con la aplicación de 11 vacunas, de las cuales 8 son de producción nacional. La industria médico farmacéutica y biotecnológica asegura además 488 medicamentos, que representan el 64,1% del total.
La planificación y formación de los recursos humanos se realiza por el Ministerio de Salud Pública, lo que ha posibilitado tener un médico por cada 122 habitantes, un estomatólogo por cada 602 y una enfermera por cada 128. La densidad de médicos es de 8,2 por cada mil habitantes.
Estos logros han sido posibles a pesar del injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América hace casi 60 años.
Por la solidaridad y el humanismo que caracterizan a nuestro sistema social, desde 1963 hasta la actualidad 407 mil profesionales de la salud han estado presentes en 164 países de todos los continentes. Actualmente se encuentran más de 50 mil colaboradores en 65 naciones.
También como parte de la colaboración, en nuestro país se han graduado 35 mil 142 profesionales de 136 países y hoy estudian 11 mil 527 jóvenes de 126 naciones.
Sr. Presidente:
Cuba ofrece a la Organización Mundial de la Salud y Estados Miembros sus experiencias, recursos humanos especializados y pone a su disposición nuestras universidades médicas para la formación de profesionales y técnicos en el campo de la Salud, así como los productos de la industria médico farmacéutica y biotecnológica, para incidir en el alcance de la Cobertura Sanitaria Universal. Esto patentiza el principio solidario y de cooperación de la Revolución cubana, donde seguimos haciendo realidad, los sueños e ideas de nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz, de compartir lo que tenemos y no dar lo que nos sobra.
Muchas gracias
GInebra, 21 de mayo de 2018