Intervención de Anayansi Rodríguez Camejo, Viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, en el Panel de Discusión 4: Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Nueva York, 23 de abril de 2024. 

Señora Presidenta,

Estimados colegas,

Existe un compromiso nacional con los ODS por parte de los países en desarrollo. Sin embargo, ha sido insuficiente el apoyo internacional para dar seguimiento a los compromisos asumidos en la Agenda de Acción de Addis Abeba y la Agenda 2030, incluso antes de la pandemia de Covid-19. Ha habido, además, un déficit de solidaridad internacional.

Los billones de dólares que los países desarrollados invierten en la carrera armamentista, rescate de sus bancos, inmobiliarias y empresas, demuestran que existen suficientes recursos públicos en el mundo para impulsar la cooperación internacional en materia de desarrollo.

Se requiere reafirmar, cumplir e incrementar los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Lamentablemente la mayoría de los donantes están muy por debajo del compromiso del 0,7 por ciento del PIB. La asistencia que se reciba deberá respetar, sin condicionamientos, las prioridades y estrategias nacionales de los países en desarrollo.

Los países del Sur necesitamos contar con recursos adicionales y predecibles, que deben ser respaldados con acciones concretas en materia de acceso a mercados, creación de capacidades y transferencia de tecnologías.

Las llamadas fuentes de financiamiento innovador no son sustitutas, sino complemento de los mecanismos financieros públicos e internacionales tradicionales.

La cooperación Sur-Sur y triangular son experiencias positivas, se ha ampliado en alcance, volumen y extensión geográfica; pero complementan, no sustituyen la cooperación Norte-Sur.

En el marco de la cooperación Sur-Sur Cuba ha puesto a disposición sus modestos recursos y experiencias, siendo la cooperación solidaria un componente intrínseco de la política exterior cubana. En la historia de la colaboración médica cubana más de 605 mil trabajadores de la salud han estado presentes en 165 países llegando a recónditos lugares, llevando alivio para el dolor, esperanza al desespero y la vida a millones de personas necesitadas, en particular durante la pandemia provocada por la COVID-19.

Por otra parte, si bien el financiamiento para el clima ha crecido con el tiempo, el compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares al año y hasta el 2020 que fue acordado por los países en la COP15 y confirmado en la COP21, aún no se ha cumplido. Si sumamos a ello la acumulación de los incumplimientos y el impacto de la inflación, esta meta es considerablemente mayor.

Existe, además, la necesidad de realizar una medición más integradora de los indicadores que definen el acceso a la financiación para el desarrollo, tomando en cuenta parámetros más allá de los ingresos per cápita.

Deben rechazase, asimismo, las medidas económicas coercitivas unilaterales, contrarias a la Carta de las Naciones Unidas, al Derecho Internacional y a las reglas multilaterales de comercio, que hoy pesan sobre varias naciones en desarrollo, incluida Cuba.

Instamos a los bancos multilaterales de desarrollo a que presenten medidas para movilizar y proporcionar financiación adicional con miras a satisfacer las necesidades financieras del Sur. Ello incluye el llamado de los países con Derechos Especiales de Giros no utilizados para que los reorienten hacia estos bancos y los países en desarrollo, teniendo en cuenta sus necesidades, circunstancias especiales y vulnerabilidades.

Apoyamos los esfuerzos de reforma de los bancos multilaterales de desarrollo con un enfoque en la escala, la calidad de los préstamos y el impacto en el desarrollo y pedimos que se realicen progresos tangibles a este respecto, garantizando el aumento de la financiación en condiciones favorables.

Deben incrementarse los préstamos oficiales para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestros países necesitan recursos adicionales que sean respaldados con acciones concretas en materia de acceso a mercados, creación de capacidades y transferencias de tecnología.

Urge, además, el establecimiento de medidas de progreso en materia de desarrollo sostenible que vayan más allá del producto interno bruto, para definir el acceso de los países en desarrollo a la financiación en condiciones favorables y a la cooperación técnica adecuada.

Todos los compromisos en materia de financiamiento al desarrollo pueden cumplirse con voluntad política real.

Muchas Gracias

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