Cubanos reviven los pasos de José Martí en República Dominicana

A propósito de conmemorarse hoy el 130 aniversario de la caída en combate del patriota cubano José Martí, funcionarios de la embajada de Cuba en la República Dominicana lo honraron con un recorrido por sitios que visitó en este país.

A horas de esta histórica fecha, los diplomáticos y sus familiares, junto a amigos de la mayor de las Antillas, se dieron los acostumbrados abrazos y saludos repetidos siempre que se encuentran.

Pero en esta ocasión parecía que el alma de Martí y del dominicano Máximo Gómez estaban presentes en la cita que reafirmó el cariño que unen a los dos pueblos, de la misma manera que hace más de un siglo se fundieron en una amistad sincera los dos próceres latinoamericanos.

Fue una jornada de encuentro con la historia, un día de aprendizaje para los niños y también para los adultos.

Si la propia obra escrita por José Martí deja ver la grandeza de este hombre clave de la gesta independentista de 1895, de igual forma conmueve recorrer los sitios que visitó en suelo dominicano con el propósito de, como delegado del Partido Revolucionario Cubano, unir de nuevo a Gómez a la causa libertadora, durante su primera visita en 1892.

Fue el historiador, ingeniero y presidente del Instituto Duartiano de la provincia La Vega, César Arturo Abreu, un excelente guía para los cubanos que se trasladaron hasta esa localidad situada casi en el centro del país tras las huellas del Héroe Nacional de Cuba.

Allí conocieron el lugar donde visitó a Federico García Godoy el 15 de septiembre de 1892, una figura de prestigio como intelectual, periodista y político, quien, dijo Abreu, no dudó un instante en adherirse a la causa cubana tras hablar varias horas con Martí.

En el ameno diálogo, Abreu precisó que, al escribir sobre la sorpresiva visita de Martí, Godoy lo describe como un hombre de mediana estatura, con un bigote muy tupido, y agrega que el cubano, antes de partir, le regala un ejemplar de sus “Versos Sencillos” y de la primera edición de “Ramona”.

El prócer de la independencia cubana visitó por segunda ocasión La Vega en 1895 junto a Gómez, ocasión en la que estuvo en la casa de Manuel Genao (El Hatico) para una reunión a la que se unió, entre otros, Serafín Sánchez.

En La Vega una Plaza que lleva el nombre del patriota cubano homenajea su vida y sobre todo su paso por esa localidad en dos oportunidades.

Por allí caminaron este domingo cubanos y dominicanos bajo la guía del historiador, y se entonaron frente a la estatua del Maestro las notas de los himnos nacionales de los dos países acompañados por la banda municipal.

A caballo también llegó Martí al Santuario y meditó en la iglesia, junto al Santo Hoyo. Hasta allí también llegaron este domingo los cubanos, deslumbrados ante la belleza del valle, el mismo en el que Martí encontró inspiración, narró Abreu.

Con posterioridad, los visitantes se trasladaron a la provincia Santiago de los Caballeros, donde los esperaba el profesor Edwin Espinal en el Parque Duarte.

De acuerdo con el estudioso, hay un testimonio de que se vio al Maestro cruzando el referido Parque y es muy probable, apuntó, porque entonces era el centro de la ciudad, ubicado muy cerca del Ayuntamiento y de la Iglesia del Carmen, agregó.

Los funcionarios cubanos y sus familias conocieron, además, el lugar donde fue recibido Martí a su llegada a Santiago, un área que hoy es un parqueo, pero que en aquel entonces era un centro de recreo.

También la casa donde escribió la carta a Máximo Gómez en 1892 para pedirle formalmente que ocupara el cargo principal de la organización militar de la guerra, el de general en jefe del Ejército Libertador cubano.

“Yo ofrezco a usted, sin temor de negativas, este nuevo trabajo, hoy que no tengo más remuneración que brindarle que el placer del sacrificio y la ingratitud probable de los hombres”, afirma Martí en la misiva, que Gómez responde afirmativamente.

Por último, en Santiago visitaron el lugar donde presuntamente se imprimió el Manifiesto de Montescristi, documento que expone las ideas para organizar la guerra de independencia cubana de 1895, y que fue suscrito por ambos el 25 de marzo de 1895.

La última parada fue en el municipio de Guayubín, provincia Montecristi, donde al igual que en los puntos anteriores el embajador de Cuba Ángel Arzuaga, funcionarios de la misión estatal y familiares, fueron recibidos por las autoridades de la localidad, y se habló de amistad, de solidaridad y de relaciones históricas.

Acompañados por el profesor Luis de León, presidente de la Cátedra Extracurricular José Martí de la Universidad Autonómica de Santo Domingo, estuvieron, tal y como lo hizo Martí durante su primer viaje a la República Dominicana en la llamada “piedra parida”, donde se sentó el Maestro.

Al relatar su paso por Guayubín José Martí escribió: “Descanso en la sombra de frondosos árboles, entre ellos un imponente cambrojo en el cual acampaba la piedra parida donde hay una roca y a su alrededor, como si fueran hijas de ella, muchas pequeñas similares a ella. Había una hermosa laguna”.

Este domingo 18 de mayo, a horas de conmemorarse la caída en combate de Martí en los campos de Dos Ríos, en el oriente de Cuba, los cubanos le recordaron con este histórico y hermoso recorrido, con la promesa de volver.

Tomado de Prensa Latina 
 

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