Bruselas, 9 de noviembre de 2020
Estimada Presidenta de la DCAM:
Es un placer saludarle y trasladarle nuestros sinceros deseos de salud y bienestar para usted y sus familiares, así como para todos los eurodiputados, asistentes, miembros de la Secretaría, el personal en general del Parlamento Europeo (PE) y en particular de la DCAM, en esta difícil coyuntura internacional generada por la pandemia.
La COVID 19 constituye una amenaza global. Su prevención, contención y enfrentamiento demanda el esfuerzo de toda la comunidad internacional. Como hemos señalado en ocasiones anteriores, estos son tiempos de solidaridad, de entender la salud como un derecho humano y de reforzar la cooperación a todos los niveles, para enfrentar los desafíos comunes. Son tiempos en los que se impone la ternura, la ayuda al prójimo y la solidaridad personal. A través de esta misiva traslado la solidaridad de los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular de mi país y del personal de nuestra embajada, a todos los miembros de esa Delegación.
Le escribo en respuesta a su invitación a participar en la audiencia titulada “El estado de la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (ADPC) entre la Unión Europea y Cuba”, prevista para el próximo 19 de noviembre. Como seguramente conoce, sobre este tema he tenido el honor de intercambiar con los miembros de esa Delegación en diciembre de 2015 y en mayo de 2016. En ambas ocasiones, a pesar de las diferencias de puntos de vistas y posiciones políticas, primó el respeto y la voluntad mutua de profundizar las relaciones bilaterales y los contactos interparlamentarios.
Resulta curioso que en esta ocasión no se organice una reunión de la Delegación en su formato tradicional. Los invitados tampoco son las contrapartes oficiales del Parlamento, como tradicionalmente sucede en esa Delegación, en total correspondencia con el principal propósito de la DCAM de “cultivar las relaciones bilaterales con los parlamentarios de los países socios”, según refiere el sitio web del Parlamento Europeo. Sin lugar a dudas se aplica hacia nuestro país un trato discriminatorio y políticamente motivado que resulta totalmente inaceptable para la Asamblea Nacional del Poder Popular y para el pueblo cubano, al que con tanto orgullo represento junto a mis colegas de la Embajada.
Al analizar la propuesta de oradores de la “Audiencia” corroboramos que esta se corresponde totalmente con las iniciativas personales que, con cierta frecuencia, organizan eurodiputados cuya marcada agenda anticubana es de todos conocida. Estos son los mismos eurodiputados que, en diversas ocasiones y escenarios han solicitado abiertamente la suspensión del acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y la Unión Europea. Tales posiciones, sin lugar a dudas, contradicen la voluntad común de Cuba, la Unión Europea y sus Estados miembros de fomentar sus relaciones. Voluntad refrendada por el Parlamento Europeo en su resolución de consentimiento de junio del 2017.
La concepción de esta audiencia, por la composición de los oradores, además de constituir una provocación, atenta contra el normal desarrollo de nuestros vínculos con la Unión Europea, cuyos principios rectores están refrendados en el artículo 1 del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación firmado entre Cuba, la Unión Europea y sus Estados miembros.
Resulta cuando menos vergonzoso que se hayan invitado a la “Audiencia” como supuestos representantes de la sociedad civil cubana, como “activistas y defensores de derechos humanos”, a personas que no tienen reconocimiento alguno dentro de la gran mayoría de la población cubana y quienes por demás son financiados por potencias extranjeras. Su accionar y el apoyo financiero y logístico que reciben, intentan conculcar el derecho del pueblo cubano a la libre determinación, en franca violación de los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional. El desconocimiento de la realidad cubana de los promotores de su asistencia lastima la inteligencia colectiva y, en particular, lacera el espíritu noble, solidario y patriota de mi pueblo.
No es un secreto para nadie que desde los Estados Unidos se financian actividades que atentan contra el orden constitucional vigente en Cuba, al reclutar mercenarios para fabricar artificialmente la “oposición” que desean, ante la ausencia de apoyo legítimo para sus propósitos de dominación. Estas personas han hecho de la llamada “oposición” un medio de vida muy lucrativo. Tal es el caso de varios de los invitados a esta farsa, algunos de los cuales cuentan con una trayectoria delincuencial ampliamente documentada.
Quienes participan en este show no representan en absoluto al pueblo cubano ni a ninguno de los sectores de la vida económica, política y social de la isla. En Cuba carecen de liderazgo y son desconocidos por las amplias masas que construyen un proyecto social diferente. Al invitarlos, se afecta la credibilidad y la razón de ser de la DCAM.
Si existiera un interés real de interactuar con las organizaciones de la sociedad civil cubana, pudieran encontrarse representantes dentro del espectro asociativo cubano, que incluye a más de dos mil organizaciones con carácter heterogéneo y abarca disímiles sectores del país. Me permito llamar su atención hacia el hecho de que entre estas asociaciones existen varias que tienen carácter consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Los miembros del Buró de la DCAM saben perfectamente que como cubana orgullosa de mis raíces y de mi pueblo, como representante de Cuba, nunca compartiré espacio con quienes pretenden destruir el sistema político que la mayoría de los cubanos hemos escogido. Saben también que los invitados a la “Audiencia” como supuestos representantes de la sociedad civil cubana no tienen autoridad moral alguna ante el pueblo cubano que sufre día a día los efectos del criminal bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos. Me ofende profundamente esta invitación que, como señalé previamente, considero una provocación por las razones indicadas.
Estimada Presidenta:
Atendiendo a la composición de los invitados, resultan totalmente predecibles el desarrollo del debate y el matiz de las intervenciones de esos pseudo-representantes de organizaciones de sociedad civil. Propagarán que en Cuba se violan los derechos humanos y las libertades fundamentales mientras que omitirán que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos hace seis décadas constituye el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba y constituye una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo el pueblo cubano. Obviarán además que el bloqueo afecta directamente a personas naturales y jurídicas europeas debido a sus implicaciones extraterritoriales, lo cual debería recabar la máxima atención de los Miembros de la Eurocámara.
Incluso en medio de esta terrible pandemia global, tampoco denunciarán el recrudecimiento de dicha política genocida que ha generado enormes limitaciones para responder a las crisis sanitaria y económica generada por la COVID-19. Harán mutis ante las más de 130 medidas aplicadas por la actual administración estadounidense entre 2019 y 2020, afectando directamente a las familias cubanas. Desconocerán los obstáculos que enfrenta el país para enfrentar la pandemia y para obtener combustible. No denunciarán las restricciones unilaterales e injustificadas a la trasportación aérea entre los dos países; ni las recientes medidas que anulan en la práctica las posibilidades que tienen quienes viven en los Estados Unidos, de enviar remesas a sus familiares en Cuba por vías legítimas, seguras e institucionales.
Los miembros de la DCAM conocen que, desde sus inicios, esta política criminal, unilateral y genocida pretende asfixiar la economía, crear descontento y desesperanza en la población para provocar el derrocamiento de la Revolución Cubana. En este contexto, me complace anexarle el reciente informe de Cuba al Secretario General de las Naciones Unidas sobre el cumplimiento de la resolución 74/7 de la Asamblea General, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Puedo asegurarle que, en una audiencia con verdaderos representantes de la sociedad civil cubana, los miembros de la Delegación podrían constatar los resultados alcanzados por las autoridades cubanas en el control de la Covid 19, a pesar de todos los obstáculos anteriormente mencionados. Podrían escuchar, tal vez de primera mano, información sobre la labor altruista de nuestra cooperación médica internacional, a la vez que se desnudaría la campaña difamatoria contra nuestros profesionales de la salud desarrollada por el gobierno de los Estados Unidos y otras personas, incluidos miembros del Parlamento Europeo. Pese a tal despropósito, los miembros de nuestras brigadas médicas continúan defendiendo y preservando con su consagrada labor, el derecho humano fundamental a la vida de millones de personas.
Observo que, según su carta de invitación, el objetivo de la “Audiencia” es “tener una comprensión global de los progresos realizados en el marco de este primer acuerdo bilateral entre la UE y Cuba”. Si este fuera el caso, nos preguntamos las razones que justifican que la agenda propuesta sea totalmente sesgada. Como los miembros de la DCAM conocen, en el Acuerdo se establecieron 5 Diálogos Políticos, incluido uno sobre Derechos Humanos en virtud de su artículo 5. Estoy segura de que también conocen que incluso antes de que se firmara el Acuerdo, se efectuaron dos rondas del Diálogo sobre Derechos Humanos, hecho que demostró la voluntad política de Cuba y de la Unión Europea de discutir sobre la realización de estos derechos tanto en Cuba como en los países miembros del bloque comunitario.
Bajo el Acuerdo también se prevé un diálogo político sobre medidas coercitivas unilaterales, tema de extraordinaria relevancia, teniendo en cuenta el recrudecimiento del bloqueo económico comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba y la ampliación de su carácter extraterritorial, que afecta también de manera sensible a Europa. Me permito señalar que los daños acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 144 mil 413.4 millones de dólares. Su impacto es devastador y quebranta profundamente los derechos de la población cubana a la salud, a la educación, a la alimentación, a la cultura, al deporte, así como su decisión de vivir en una nación soberana y sostenible. Resulta curioso que, pese a ello, éste no sea un tema de preocupación para esta Delegación y no se incluya, por tanto, en la agenda de la “Audiencia”.
Tampoco se propone la DCAM analizar cómo la Unión Europea puede contribuir a los esfuerzos de mi país para alcanzar su desarrollo sostenible en las difíciles condiciones impuestas por el bloqueo, pese a que existe también un Diálogo Político sobre el tema. Obvia asimismo valorar la forma en que el Parlamento Europeo pudiera contribuir a los objetivos previstos en los Diálogos Políticos en materia de desarme convenidos bajo los artículos 6 y 7 del ADPC, pese a los extraordinarios retos que enfrenta la paz mundial.
Permítame además subrayar que la contribución de la sociedad civil a la implementación del Acuerdo está garantizada mediante los eventos que se realizan previos a las sesiones de los Diálogos Políticos, en correspondencia con el artículo 36 del ADPC y según las modalidades acordadas entre las partes y endosadas por el Consejo. En todos esos eventos han participado representantes de la sociedad civil de Cuba y de la Unión Europea.
Un análisis equilibrado de los elementos expuestos en mi misiva permite colegir que el objetivo preconcebido de la “Audiencia” es contribuir a las posiciones que pretenden interrumpir la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba, la Unión Europea y sus Estados Miembros, en correspondencia con posiciones públicamente expresadas por varios miembros de la Eurocámara.
Lamentamos sinceramente esta situación, que contraviene las Disposiciones relativas a las actividades de las Delegaciones del PE, del 29 de octubre de 2015; así como el artículo 1.2 de la Carta de las Naciones Unidas que consagra entre sus Propósitos y Principios, el de “fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de igualdad de derechos y a la libre determinación de los pueblos.”
Estimada Presidenta,
Le reitero que no participaré en esta farsa provocadora. A la vez, aprovecho la ocasión para reafirmar mi permanente disposición y la del personal de la Embajada a intercambiar con todos los miembros del Parlamento Europeo sobre cualquier tema de manera franca, desprejuiciada y abierta, siempre con pleno respeto por la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de mi país y en total apego a la letra y el espíritu del ADPC.
Al reiterar la firme voluntad política de nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular y de las autoridades cubanas de continuar desarrollando y fortaleciendo la cooperación respetuosa y el diálogo con los miembros del Parlamento Europeo, le solicito amablemente que haga extensiva esta misiva a los europarlamentarios miembros de la DCAM.
Sinceramente,
Norma Goicochea Estenoz Embajadora
Sra. Tilly Metz Presidenta
DCAM Parlamento Europeo