Un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos condenó el centro carcelario de Guantánamo, afirmando que se trata de un lugar donde se cometen “violaciones implacables y continuas”.
A 20 años de la llegada de los primeros detenidos a la Base Naval de Guantánamo, territorio cubano ilegalmente ocupado por Estados Unidos, expertos de la ONU criticaron este lunes las detenciones arbitrarias sin juicio, la tortura perpetrada en ese enclave militar y la impunidad de los responsables de esos abusos.
Un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos condenó el centro carcelario de Guantánamo, afirmando que se trata de un lugar donde se cometen “violaciones implacables y continuas” de las garantías fundamentales de los detenidos y que constituye una mancha en el compromiso del Gobierno de Estados Unidos con el Estado de derecho.
Los relatores se refirieron a las detenciones arbitrarias sin juicio y a la tortura o malos tratos perpetrados en esa base militar durante estas dos décadas como prácticas “inaceptables” para cualquier Gobierno, pero particularmente para el estadounidense, que se dice protector de los derechos humanos.
Guantánamo –subrayaron– es un símbolo de la falta sistemática de rendición de cuentas y prohibición de la tortura patrocinada por el Estado, así como de la impunidad de la que gozan los responsables.
“Cuando un Estado no responsabiliza a quienes han autorizado y practicado la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, envía una señal de complacencia y aquiescencia al mundo”, declararon los expertos en un comunicado conjunto.
Una vez más, pidieron al Gobierno estadounidense cerrar el centro carcelario, regresar a los detenidos a sus hogares o a terceros países seguros respetando el principio de no devolución, brindar remedio y reparación a quienes hayan sido torturados y detenidos arbitrariamente por sus agentes, y asegurar que los responsables de los actos de tortura rindan cuentas en línea con las leyes internacionales de derechos humanos.
“Como miembro recién elegido del Consejo de Derechos Humanos, los expertos piden nuevamente a Estados Unidos cerrar esta instalación y terminar este feo capítulo de violaciones despiadadas de los derechos humanos”, apuntaron.
Los expertos señalaron que en 2003 esa prisión –abierta en 2002 por orden del presidente George W. Bush– albergaba a 700 reclusos, y que dos décadas después aún quedan 39 detenidos, de los cuales solo nueve han sido acusados o condenados por algún delito, mientras que 13 serán trasladados.
Refirieron que entre 2002 y 2021 murieron nueve detenidos bajo custodia, dos por causas naturales y, según los informes, siete por suicidio. Ninguno de ellos había sido acusado o condenado de delito alguno.
“Guantánamo es un sitio de notoriedad sin precedentes, definido por el uso sistemático de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes contra cientos de hombres llevados ahí y privados de sus derechos más fundamentales”, denunciaron.
Todo esto –agregaron–, pese a la repetida e inequívoca condena de la operación de esa prisión.
Los expertos de la ONU en derechos humanos expresaron especial preocupación por la población carcelaria enferma y envejecida que ha sufrido atropellos durante todo este tiempo y repudiaron la falta de asistencia médica adecuada, así como la inexistencia de rehabilitación por tortura a las que obliga el derecho internacional.
“El estrés y la vulnerabilidad de estas personas y la angustia que viven sus familias continúan sin fin a la vista”, señalaron.
Además, denunciaron los procedimientos previos al juicio que realizan las comisiones militares para eliminar las pruebas de tortura y remarcaron la necesidad de transparencia e imparcialidad en los procesos.
Acentuaron las fallas del sistema judicial de Estados Unidos para proteger los derechos humanos y defender el Estado de derecho, que dan lugar a un limbo legal en Guantánamo con su aprobación y apoyo.
Para concluir, los relatores encomiaron la valiente y ardua labor de los abogados defensores que han luchado para proteger el Estado de derecho y revelado las violaciones de los derechos humanos por parte de las comisiones militares del Ejército de EE.UU.
Entre los relatores firmantes del comunicado están los dedicados a la protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo; tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes; trata de personas, y ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.