Patria agradecida
Autor: Yeilén Delgado Calvo
Hay dolores que no caducan, aun cuando ya no caminen sobre la faz de la Tierra quienes los hayan sentido en lo más hondo; porque si el sufrimiento irreparable de una madre o de un padre es siempre fuego quemante sobre la piel de toda alma buena, si conmueven la novia viuda, o las familias huérfanas de sus mejores hijos, la injusticia que arrebata vidas en flor es una mancha para todos los tiempos.