Contrarréplica a la altura del valiente pueblo de Cuba

La Habana, 3 de noviembre de 2022.- La comunidad internacional mostró, por trigésima ocasión, su apoyo irrestricto a Cuba y a la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.

Aun así, Washington llega hasta Naciones Unidas con un discurso inadmisible, que intenta justificar su política genocida. Pero no hay maquillaje lingüístico que justifique una política que agrava la situación de un país entero.

Se empeña en decir que mantiene el bloqueo para «apoyar al pueblo cubano» y que lo hace en «nombre de la democracia». Sin embargo, cómo se le explica eso a las familias de los niños que no pueden recibir una prótesis, un medicamento, una operación a tiempo… ¿De qué apoyo y democracia está hablando? 

¿Cómo puede decir el representante de EE. UU. que se siente preocupado por el pueblo cubano cuando su Gobierno, en el peor momento de la pandemia de la COVID-19, impidió a nuestro país el acceso a tratamientos, oxígeno medicinal y la compra de materias primas para producir vacunas y ventiladores pulmonares? Eso ni es apoyo ni democracia, es un acto de genocidio.

«Si al Gobierno de Estados Unidos realmente le interesara el bienestar, los derechos humanos y la libre determinación de los cubanos, levantaría el bloqueo», alertó el encargado de Negocios a.i. de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, Yuri Gala López.

El representante de la nación norteña –en una intervención, con tan pocos argumentos, que apenas duró cuatro minutos– dijo que su país aboga por la libertad individual en Cuba; sin embargo, no ha revertido las restricciones que perjudican directamente a los emprendedores cubanos.

Entre sus argumentos para sostener el bloqueo, esgrimió la existencia de detenciones durante los disturbios del 11 de julio de 2021 en la Isla. En respuesta, Gala López explicó que es falso decir que se retuvo, juzgó o reprimió a las personas que se manifestaron pacíficamente el 11 de julio.

«A quienes cometieron delitos, como parte de estos disturbios, se les procesó con todas las garantías legales. Es inadmisible que pretendan señalarnos por hacer valer nuestro orden constitucional, cuando, precisamente, en EE. UU.  han sido detenidas más de 800 personas por los hechos del 6 de enero de 2021 en la Casa Blanca», puntualizó.

El diplomático también cuestionó si EE. UU. es el único país del mundo con el derecho a defender su institucionalidad.

Recalcó que en la Mayor de las Antillas «no vamos a permitir que se quebrante la legalidad o se intente subvertir –al servicio de una agenda externa de cambio de régimen– el orden constitucional y el sistema político que los cubanos hemos escogido libremente».

«Continuaremos fortaleciendo nuestro marco jurídico e institucional para la promoción y protección de los derechos humanos, incluyendo el derecho de asociación, al tiempo que se continuará velando por la aplicación estricta y el respeto a nuestras leyes», añadió.

El representante estadounidense se enfocó en las supuestas detenciones a menores de edad, cuando las autoridades cubanas han brindado suficiente información que corrobora el respeto al debido proceso, dejando claro que en Cuba no se aplica, bajo ninguna circunstancia, responsabilidad penal a menores de 16 años de edad.

«Las únicas detenciones arbitrarias y confinamiento penitenciario por largos periodos que se producen en territorio cubano son las que ejecuta el Gobierno de Estados Unidos en la ilegal base naval en Guantánamo», acotó el diplomático cubano.

Frente a la Asamblea General de la ONU, como parte de su derecho a réplica ante la contundente derrota
sufrida –y evidenciada con 185 votos a favor de la resolución cubana–, Estados Unidos usó como bandera justificativa del bloqueo su supuesta defensa de la democracia.

Pero, «no puede hablar de elecciones y democracia el representante de un país en cuyas campañas electorales no hay límites éticos, se promueven el odio, la división, el egoísmo, la calumnia, el racismo, la xenofobia y la mentira; en la que el dinero y los intereses corporativos son los que definen quién es electo o no», planteó Gala López.

Recalcó que «Cuba no necesita lecciones de democracia ni de derechos humanos, mucho menos provenientes de EE. UU.  No aceptaremos cuestionamientos de esta índole, más aún cuando se esgrimen para justificar el sistema de medidas coercitivas y unilaterales más prolongado y abarcador aplicado jamás contra Estado alguno».

En este sentido, llamó al Gobierno de EE. UU. a preocuparse por su población bajo el nivel de la pobreza, la política represiva contra los inmigrantes y las minorías, la falta de igualdad de género, el racismo y la discriminación contra los afrodescendientes, la brutalidad policial, las más de mil muertes al año por disparos de la policía, las cárceles secretas, las ejecuciones extrajudiciales y el uso de la tortura.

Detalló que ee. uu.  es el único país del mundo que no es miembro de la Convención de los Derechos del Niño y es, además, el único donde se condena a niños menores de 18 años de edad a cadena perpetua, sin libertad condicional. Solo en 2021 se produjeron entre 600 000 y 700 000 detenciones de menores en Estados Unidos, según el Fondo de Defensa para los Niños.

Hipócritamente, la delegación de EE. UU.  planteó que desde 1992 han autorizado millones de dólares por concepto de exportaciones para Cuba, incluyendo medicamentos, insumos médicos y alimentos.

Y en eso también miente, pues de acuerdo con el representante de Cuba ante Naciones Unidas, EE. UU.  usó, cínicamente, los montos multimillonarios de fondos que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) destina a la subversión en Cuba, así como los paquetes que, con grandes esfuerzos envían los emigrados cubanos o las modestas donaciones que, sorteando disímiles dificultades, hacen llegar las organizaciones solidarias con la Mayor de las Antillas.

Detalló, asimismo, que el Gobierno del presidente Joe Biden solicitó al Congreso, en 2022, la cifra de 20 millones de dólares para los denominados programas dirigidos a la supuesta democracia en Cuba, y casi 13 millones para las transmisiones ilegales de las mal llamadas Radio y TV Martí.

«Se trata de una conducta contraria a la alta sensibilidad que muestra ese país ante cualquier intento o sospecha de injerencia en sus asuntos domésticos, y mediante la cual se pretende plantar una oposición política en Cuba y fracturar el orden constitucional», denunció Gala López, en su derecho a réplica.

Se necesita mucho cinismo para llegar hasta Naciones Unidas, donde 185 naciones dijeron No al bloqueo, y, sin ningún argumento sólido, intentar justificar una política que cuesta no solo miles de millones de dólares, sino los desvelos y angustias de todos los cubanos que sufrimos, en carne propia, los efectos de esta política, y aun así nos levantamos cada día para continuar elevando el nombre de Cuba.

Hay que ser hipócritas para llegar a la ONU e instar al Gobierno de Cuba a escuchar al pueblo y liberar a los presos políticos cuando, en 30 ocasiones, todo el mundo ha instado, solicitado, pedido, reclamado al Gobierno de Estados Unidos que elimine su política de bloqueo contra Cuba, y no ha hecho más que recrudecer sus medidas restrictivas.

Lo dijo el representante de Cuba, y la comunidad internacional también se sumó al reclamo, que es tan urgente como la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero: Estados Unidos debe tener moral.

De igual modo, como también lo planteó Gala López, «no debería desviarse el debate con acusaciones falaces por parte de la delegación de EE. UU.,  cuando, de manera abrumadora, esta Asamblea ha enviado un mensaje inequívoco sobre la urgencia de poner fin al bloqueo».

Concluyó su intervención con una frase del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que en la clausura del XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros resumió el espíritu de lucha del pueblo cubano:

«Hemos enfrentado con firmeza y creatividad la aplicación del criminal bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, recrudecido de manera oportunista durante los momentos que enfrentamos la pandemia.

«El pueblo cubano no cedió tampoco ante las campañas mediáticas y subversivas dirigidas a distorsionar la realidad y dividir a la nación, ni a los efectos económicos de la injusta inclusión de Cuba en la fraudulenta lista de países patrocinadores del terrorismo, lo cual genera dificultades adicionales al desarrollo y a la atención de las necesidades de nuestro pueblo. ¡Ningún obstáculo será suficiente para mellar nuestra determinación de resistir, luchar y vencer!».

(Cubaminrex-Granma)

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