Con una maravillosa velada ayer a bordo del buque Crucero por la Paz, presidida por el Embajador cubano Carlos Miguel Pereira Hernández y directivos del Proyecto Peace Boat, quedó inaugurado el Stand cubano en el Global Festival 2017, dedicado a promover a los países elegidos como destinos del Crucero por la Paz.
Como cada año, el crucero le da la vuelta al mundo tres veces, y desde el 2003, siempre en una de ellas, toca puertos cubanos con su mensaje fraternal de Paz y Solidaridad. El pasado año, su llegada a La Habana coincidió con la aprobación en la ONU de la Resolución demandando la eliminación del Bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla.
Recorriendo sus instalaciones, es posible descubrir que la mayor de las Antillas está presente de diversas formas y maneras. La más imponente de todas, la galería histórica en la que se muestran los momentos más importantes desde la fundación del proyecto en 1983. Allí la foto del encuentro de Fidel, en septiembre del 2010, entre los que se encontraban 10 Hibakushas, sobrevivientes del holocausto nuclear en Hiroshima y Nagasaki.
Allí se conoció que el buque zarpará en unos días en su viaje número 94 que tendrá como siempre múltiples atracciones a lo largo de tres meses y medio, entre las que se encuentra una visita a la hermana República Bolivariana de Venezuela, a donde llevarán también su mensaje de paz y solidaridad. Por esa razón, se encuentra a bordo del buque, la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, encabezados por su director artístico Rodolfo Saglimbeni y su presidente, el talentoso pianista y tecladista Sadao Muraki, que deleitaron a los asistentes con un programa de excelencia y un virtuosismo para disfrutar.
La jornada resultó más atractiva porque el pequeño pabellón cubano se colmó de vida, irradiando su cubanía, su música, su ron, su cultura y los atractivos turísticos de nuestra Auténtica Cuba, gracias a sus protagonistas, los representantes del colectivo de la misión diplomática cubana y también de la Asociación de Cubanos Residentes “José Martí”, que pusieron de manifiesto el principal atractivo de nuestra pequeña isla: la alegría típica y contagiosa de su pueblo.
A ese agradable ambiente mucho aportaron las destacadas actuaciones de los excelentes músicos y artistas residentes en Japón: Alexander Laborde, Rolando Speck y Moisés Zamora, con un recorrido musical que abarcó desde piezas clásicas del repertorio nacional, hasta conocidas canciones de la música popular cubana, que atrajo la atención de todos los presentes.
Según se dio a conocer por sus organizadores, en agosto de este año el Crucero viajará nuevamente a Cuba, adonde deberá arribar en octubre del presente año, tras tres meses y medio de travesía, con sus más de mil cruceristas ansiosos de aportar su granito de arena a esa amistad forjada a prueba del tiempo.