Estimados compañeros y compañeras:
Hace unos minutos tuvimos la oportunidad de participar en el acto organizado para conmemorar el 78 aniversario de la liberación del Campo de Concentración de Mauthausen. Ahora nos reunimos aquí frente a la tarja que recuerda a los 5 cubanos que, según los registros, sufrieron las atrocidades que se cometieron en este lugar.
Estos cubanos, quienes luego de combatir al lado de la República Española, como parte del contingente internacionalista durante la Guerra Civil, fueron capturados en la Francia ocupada por las hordas nazi-fascistas y confinados como apátridas aquí, en Mauthausen.
Aunque todos los campos de concentración establecidos por el régimen nazi tuvieron los mismos objetivos, la red Mauthausen-Gusen fue una de las que más evidenció el carácter criminal de la ideología defendida por ese régimen. Las torturas, los supuestos experimentos médicos con los prisioneros, la falta de alimentación, las enfermedades, las ejecuciones, entre otros muchos vejámenes tuvieron que sufrir casi 200 mil personas, de más de 40 países que pasaron por sus instalaciones. Más horrendo aún fue el uso de las cámaras de gas para asesinar masivamente a los prisioneros y luego cremarlos.
Aquellos que eran recluidos en este lugar sabían que no tenían posibilidades de salir de aquí y mucho menos sobrevivir.
Compañeros:
Antes de venir a este acto, tuvimos la oportunidad de leer y escuchar las historias de aquellos que sobrevivieron a esta horrenda experiencia. El corazón se conmueve cuando escuchamos sus historias.
Poder estar aquí y observar de cerca las condiciones en las que vivieron, nos hace reflexionar sobre la alarmante proliferación en muchas partes del mundo de diversos partidos políticos, movimientos y grupos extremistas, incluidos grupos neonazis y de cabezas rapadas, y de movimientos ideológicos extremistas similares, que ha dado lugar a un creciente número de actos de violencia por motivos raciales y de incitación al odio en la esfera pública.
Su persistencia se manifiesta en la incesante formación de asociaciones y partidos políticos con un programa racista; la construcción de monumentos y la organización de manifestaciones públicas para glorificar el pasado nazi y el neonazismo; los intentos de profanar o destruir monumentos en memoria de quienes lucharon contra el nazismo; la exclusión social y la marginación de pueblos, etnias, minorías y otros grupos sociales y categorías de personas; la proliferación de políticas y leyes migratorias discriminatorias y xenófobas, entre otros.
Estimados amigos:
Creemos firmemente que la persistencia y la reaparición del neonazismo, el neofascismo y otras ideologías nacionalistas violentas basadas en prejuicios raciales o nacionales deben condenarse a nivel internacional y no pueden justificarse utilizando argumentos manipulativos y selectivos.
Es nuestro deber no olvidar lo que sucedió en este lugar.
Es también nuestro deber rendir tributo a Roberto Cortezón Martínez, Félix Llanos Alonso, Alberto Sánchez Martínez, José Luis Pérez Arocha y Manuel Sola Castillo, cubanos que, por sus ideas e internacionalismo, perecieron en este horrendo lugar. ¡Gloria eterna para ellos!
¡Comprometámonos a luchar para que nunca más el mundo deba vivir horrores como los cometidos en Mauthausen!
¡Unámonos todos para decir nunca más al fascismo!
¡Un mundo mejor es posible!
Muchas gracias.
(Embacuba Austria/Cubaminrex)