De acuerdo con el embajador, hasta el mes de enero del 2017, 911 jóvenes de Timor Leste han sido formados por Cuba como médicos, y unos 160 profesionales de la salud cubanos continúan trabajando en Timor. Para este año, se prevé que se gradúen más de 55 nuevos médicos timorenses
El 7 de diciembre de 1975, cuando el ejército de Indonesia invadía Timor Leste «bajo el temor y el pretexto de que no querían una nueva Cuba en el Oriente», pocos imaginarían que ya había comenzado a fraguar una amistad entre dos pueblos, distanciados quizá en el mapamundi, pero con más de una semejanza, rememora para Granma Maubere Lorosae da Silva Horta, embajador de la República de Timor Leste en Cuba.
Un día antes, dice, el entonces presidente de Estados Unidos, Gerald Ford, y (su secretario de Estado) Henry Kissinger aprobaban en Yakarta (la capital de Indonesia) la invasión que desataría una violenta ocupación de 24 años, destruyera el 98 % de la infraestructura del país, y costaría la vida de alrededor de 100 000 personas, en una nación que había sufrido ya por casi cuatro siglos el coloniaje de Portugal.
«El 20 de mayo del 2002, luego de un largo y duro camino de lucha, Timor Leste declaraba su independencia, y Cuba sería después de China, el segundo país del mundo en reconocerla», señala Lorosae da Silva Horta, al hablar justamente del aniversario 15 del establecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestras naciones.
Para el diplomático, se trata de 15 años de contactos oficiales, «porque los vínculos entre Cuba y Timor ya existían desde la década del 70, con varios líderes timorenses que habían visitado, incluso, la Mayor de las Antillas, la cual siempre apoyó nuestra causa de liberación».
Menos de 30 médicos quedaron en Timor Leste cuando finalmente se emancipó, contando incluso con aquellos que eran extranjeros; y un cuadro de salud caracterizado por numerosas enfermedades como la malaria, el dengue y la tuberculosis. «Y ahí estuvo Cuba, que dio a Timor la mayor y más valiosa contribución, vital para cualquier país, en el sector de la salud», explicó.
Fue en Kuala Lumpur, Malasia, en el año 2003, durante la XIII Cumbre del Movimiento de los Países No Alineados, que «con aquella promesa» se consolidaría una relación de amistad y respeto mutuo. El Comandante Fidel Castro se reunió con el comandante Xanana Gusmao, padre de la nación en ciernes, y con el doctor Ramos Horta, entonces ministro de Relaciones Exteriores, y dio su palabra al joven Estado, que Cuba formaría a 1 000 médicos timorenses.
Asimismo, indicó el despliegue de una brigada médica cubana compuesta por 300 cubanos en Timor Leste, que llegaría a esta nación del sudeste asiático en el año 2004, con la misión de ayudar al sistema de salud del país, al tiempo que los médicos timorenses estaban siendo entrenados en Cuba.
«Un pueblo sin salud jamás desarrollaría su economía, nos dijo Fidel».
De acuerdo con el embajador, hasta el mes de enero del 2017, 911 jóvenes de Timor Leste han sido formados por Cuba como médicos, y unos 160 profesionales de la salud cubanos continúan trabajando en Timor. Para este año, se prevé que se gradúen más de 55 nuevos médicos timorenses.
«La promesa de Fidel ha sido cumplida», sostuvo Lorosae da Silva Horta, quien confiere además especial relevancia a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, creada en el año 2005 en Timor por iniciativa de la brigada médica cubana en esta tierra, y que estaría a cargo de profesores de la Mayor de las Antillas; y a la cual regresan a impartir clases jóvenes ya formados como médicos en Cuba y que ahora cursan, también en la Isla, la especialidad.