La atención médica gratuita, universal y de calidad de todo el pueblo ha sido una de las principales conquistas y prioridades de la Revolución cubana. A pesar de ello, son cada vez mayores las afectaciones provocadas por el bloqueo económico, comercial y financiero en el sector de la salud, atentando gravemente contra la calidad de vida y el bienestar de los cubanos.
De manera general, las afectaciones al sector de la salud en el período comprendido entre marzo de 2023 y febrero de 2024 ascendieron a no menos de 268 millones 515 mil 210 dólares, cifra que supera en 28,7 millones a la registrada entre marzo de 2022 y febrero de 2023. Estos números no solo indican carencias de medicamentos o dispositivos médicos indispensables, sino que constituyen una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, incluido el derecho a la vida.
La Relatora Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el Impacto Negativo de las Medidas Coercitivas Unilaterales en el Disfrute de los Derechos Humanos, Sra. Alena Douhan, reconoció los efectos nocivos de estas medidas sobre el derecho a la salud en Cuba, incluida la salud mental. Señaló, además, las condiciones especiales en las que el país tuvo que hacer frente a la pandemia de la COVID-19.
La política de hostilidad y extrema crueldad quedó de manifiesto, de forma brutal, cuando se produjo la avería de la principal planta productora de oxígeno medicinal en el pico de casos de COVID-19 en Cuba. Ante el intento de dos compañías estadounidenses de suministrar oxígeno medicinal a Cuba, quedó demostrada la exigencia de una licencia específica del gobierno de los EE.UU., aún en tiempos de pandemia. Se conocieron, además, las maniobras de agencias del gobierno de los Estados Unidos para impedir la venta a nuestro país de oxígeno medicinal por compañías extranjeras de dos naciones latinoamericanas.
La cancelación de contratos, la negativa de navieras a transportar cargas a Cuba, la imposibilidad de utilizar tecnologías con más de un 10% de componentes estadounidenses y el incremento de los costos de comercialización han impactado negativamente en el proceso de adquisición de insumos para la sostenibilidad del sistema de salud. Al mismo tiempo, el ataque intencional a las fuentes de ingreso de la economía cubana ha impedido que el país pueda contar con los fondos necesarios para hacer estas compras en otros mercados.
Las crecientes dificultades en el sector de la salud no solo afectan la atención básica a la población, sino que, además, generan tensiones en el personal de la salud, las instituciones médicas y en las familias y pacientes afectados, al impactar en servicios que siempre han estado en el centro de la vocación profundamente humanista de la Revolución cubana.
A todos estos efectos negativos, se añade también la persecución tenaz impuesta por EE.UU. a la colaboración internacional médica cubana, sustentado en un discurso calumnioso y malintencionado de que Cuba promueve la trata de personas. Su objetivo es desacreditar esta loable labor e impedir el flujo de ingresos honestos y legítimos en los casos de cooperación en modalidad de “asistencia técnica compensada”, bajo esquemas respaldados por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Es innegable que la salud permanece como uno de los sectores más severamente afectados por el criminal y genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba.
Los próximos días 29 y 30 de octubre, la Asamblea General considerará y someterá a votación el proyecto de resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Una vez más, la comunidad internacional levantará su voz y condenará, de manera abrumadora y contundente esta injusta, ilegal y cruel política.
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.