Entre La Habana y Suecia median 6 horas de diferencia, inviernos totalmente distintos y puentes de solidaridad. El Doctor Henry Engler, es el más prominente científico uruguayo. Fue militante tupamaro y dirigente guerrillero. Apresado en 1972, estuvo en la cárcel hasta 1985 en condiciones inhumanas entre los principales dirigentes tupamaros como José Mujica y Raúl Sendic. Ya en libertad, terminó los estudios de medicina en Suecia y se ha convertido en un destacado investigador de la Neurociencia, especialmente por sus investigaciones en torno a la imagenología de la Enfermedad de Alzheimer. Además de sus contribuciones científicas en Suecia y en todo el mundo, fundó en su propio país, Uruguay, el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (CUDIM).
Engler es un hombre solidario, es músico también. En su camino está su relación con la Canción Protesta, y esta otra vocación y activismo, los ha mantenido en su vida en Suecia. Y entre La Habana y Engler mediaron la solidaridad y las ganas para este encuentro virtual…
Maribel Acosta Damas- ¿Cómo y cuándo fue su decisión de postular al Contingente médico cubano Henry Reeve al Nobel de la Paz?
Dr. Henry Engler- El 5 de noviembre del 2020 recibí un correo electrónico de una luchadora social uruguaya, economista, de nombre Gabriela Cultelli, que me escribía: “Querido compañero: En esta oportunidad, quería solicitarle si fuera posible, tu apoyo a la nominación al premio Nobel de la Paz a las Brigadas Médicas cubanas Henry Reeve”. Me decía allí que en el mundo existen varios Comité por el Premio Nobel para la Brigada Médica Cubana y me escribía en nombre del comité uruguayo.
MAD- ¿Por qué tomó usted esta decisión?
HE- La propuesta es muy seria. No conozco ninguna otra organización que cuente con los méritos de la Brigada Henry Reeve para aspirar al Premio Nobel de la Paz. En 1999, Médicos Sin Fronteras (MSF) con toda justicia recibió este galardón. Hoy es hora que se reconozca el enorme esfuerzo solidario que la Brigada cubana ha realizado por la humanidad desde el año 2005 a la fecha.
MAD- ¿Cuál fue la respuesta del Comité noruego?
HE- El Comité del Nobel me escribió: “Your nomination for the Nobel Peace Prize 2021 has been successfully submitted.
The Norwegian Nobel Committee appreciate your effort in making this nomination.
If you wish to make another nomination please log on to:
https://nominations.nobelpeaceprize.org
Kind regards,
The Norwegian Nobel Institute”
MAD- Usted es un científico reconocido, ¿qué puntos de contacto encuentra entre su labor y la de los médicos cubanos?
HE-Considero que en este mundo, las personas actúan por diferentes razones. Lamentablemente el deseo de poder, de fama y de gloria empuja a muchas personas a obrar por una causa determinada.
Sin embargo la empatía, el amor por otros seres humanos busca otro resultado y es el de estar satisfecho con uno mismo. Es el amor que no espera ser retribuido. Los griegos lo denominaron ágape. He tratado de usar la solidaridad como la forma de dominar el egoísmo que todos de un modo u otro tenemos presente en nuestro cerebro. El egoísmo es parte de uno de los polos del cerebro y es lo que nos lleva a sobrevivir como individuos. La solidaridad es el polo opuesto que nos permite sobrevivir como especie humana. El deseo de fama, de poder, de gloria alimenta al egoísmo más tenebroso. La empatía, el amor hacia otros, alimenta la cálida solidaridad.
Controlar el egoísmo que no se puede erradicar cien por cien es la tarea más importante del ser humano. Como médico me he esforzado mucho en trabajar de esa manera y los médicos cubanos de la Brigada Henry Reeve han hecho eso mismo. Esa es la actitud que se debe imitar y que cimienta la Paz entre los seres humanos. El Premio Nobel de la Paz es el reconocimiento, es la forma de difundir y de hacer conocer esa actitud heroica que debe ser imitada en un mundo que no está muy bien de salud.
MAD- ¿Conoce Cuba? ¿Qué lazos lo unen a la isla? ¿Cómo mira a Cuba?
HE- Viajé a Cuba en el año 2011, porque me invitó el profesor Dr. Orlando Valls, Doctor en Ciencias, presidente de la Sociedad Cubana de Radiología y formador de generaciones de radiólogos. Allí en el Hotel Nacional de La Habana di dos conferencias sobre la técnica tomografía por emisión de positrones (PET). Al finalizar la exposición me entregaron un diploma donde se me nombra “Miembro Permanente de la Sociedad de Imagenología de Cuba”. Para desarrollar esa técnica, se necesitaba un ciclotrón, que es un aparato de producir sustancias radiactivas que pueden detectarse en el cuerpo humano con unas cámaras especiales. Técnica muy importante en diagnóstico del cáncer, por ejemplo. No había entonces ciclotrón en Cuba ni los conocimientos para establecer un centro. Yo desempeñaba entonces el cargo de Director General del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (CUDIM). El interés por la técnica PET que no existía en Cuba era muy importante y logramos que varios cubanos y cubanas con diferentes oficios viajaran a Uruguay para formarse con nosotros en esta técnica compleja. En el 2017 se instaló en Cuba el primer ciclotrón en el Centro Especializado de Diagnóstico y Terapia. El Ministerio de Salud Pública de Cuba diseñó entonces un proyecto de inclusión de tecnologías para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Me siento sumamente orgulloso de haber contribuido con los conocimientos necesarios para que esto fuera posible y que Cuba cuente con esta técnica de avanzada. La colaboración duró años. La dedicación a la salud que existe en Cuba es difícil encontrar en otros países latinoamericanos.
MAD-¿Su larga militancia de izquierda ha influido en su decisión de nominación por los médicos cubanos o es una decisión profesional? ¿Ello afectaría de algún modo sus vínculos sociales viviendo usted en Suecia y teniendo una activa carrera profesional en todo el mundo?
HE- La decisión de solicitar el premio Nobel de la Paz no es política. Está basada en el conocimiento del esfuerzo que significa estar presentes en terremotos, inundaciones, catástrofes naturales de magnitud impresionante, pandemias, etc. Miles de médicos en más de 50 países. El riesgo constante de la vida propia, la separación de las familias, la entrega hacia otros, vivir en condiciones precarias. Es algo que cuesta entender si no se entiende el amor. En cuanto a mis vínculos sociales, ellos son con gente que va a festejar el nombramiento. Mi actividad científica hoy está resentida, porque en el centro que fundé con el apoyo de los suecos y donde trabajé como Director General 10 años, donde pudimos ayudar a los compañeros cubanos, ya no tengo lugar. Entraron los que buscan el poder de los sillones, la fama y la gloria y me sacaron. Ahora la derecha tomó el control y no tengo más espacio allí. Pero quizás esto sea positivo a la larga, porque estando la técnica PET ahora en Cuba, me podría dedicar a colaborar con los hermanos cubanos. No me faltan ideas.
MAD-¿Cree que puedan ser elegidos? ¿Qué pudiera significar si así es? ¿Y si no los eligen?
HE–Reúnen todas las condiciones para ser elegidos. Y este reconocimiento será un estímulo para esta generación y para las venideras. El sentir que en el mundo apreciamos y valoramos su enorme sacrificio. Y que les decimos de una vez por todas: GRACIAS, HERMANOS. Yo estoy convencido de que si no se le otorga el Nobel a la Brigada Cubana, no va a cambiar la actitud humana y solidaria que vienen manifestando desde el 2005. Pero muchos, entre quienes me encuentro, nos sentiríamos muy decepcionados. Porque a los ejemplos de vida, hay que resaltarlos. Y este ejemplo es impresionante.
Fuente: MateAmargo/Cubadebate (fragmento de la entrevista concedida a Maribel Acosta Damas)