La IV Conferencia “La Nación y la Emigración” comenzó este sábado como parte del fortalecimiento continuo e irreversible de los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior. A la sesión inaugural, en el Palacio de las Convenciones, asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
A 45 años de aquel primer diálogo de 1978 impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se inició en La Habana la IV Conferencia “La Nación y la Emigración”, que durante sábado y domingo reunirá a cerca de 400 cubanos que residen en diferentes partes del mundo.
Cuando el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez entró al salón plenario del Palacio de las Convenciones, un auditorio diverso y plural, de pie, exclamó ¡Viva Cuba!, ¡Viva Cuba!... con la fuerza con la que los hijos aman a la tierra que los vio nacer.
Las notas del Himno Nacional, cantadas con el orgullo que encierra su combativa letra, dieron paso después a los aplausos sostenidos y a vibrantes exclamaciones de: ¡Abajo el Bloqueo! y ¡Viva Fidel!
Al pronunciar las palabras de apertura de este encuentro, el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, subrayó que «el respeto a la soberanía de la Patria y la voluntad de diversificar los lazos son premisas que compartimos quienes asistimos a esta conferencia».
Se refirió, entonces, a las limitaciones económicas y a la difícil situación que vive el país. En medio de las complejas circunstancias que enfrenta Cuba, el canciller ratificó el firme compromiso de salvaguardar la justicia social.
En su intervención, varias veces interrumpida con fuertes aplausos, Rodríguez Parrilla destacó temas esenciales como la solidaridad con Cuba, el apoyo de los connacionales en duros momentos que ha vivido la nación durante todos estos años, la lucha permanente contra el bloqueo, y la cada vez más activa participación de cubanos residentes en el exterior en muchos de los proyectos económicos y sociales de la vida nacional.
«Esta Conferencia es una muestra afortunada e inequívoca del fortalecimiento continuo e irreversible de las relaciones de Cuba y sus nacionales en el exterior, resultado del diálogo iniciado en noviembre del 78, impulsado por Fidel», reiteró el jefe de la diplomacia cubana.
De igual manera, repasó importantes momentos ocurridos durante estas décadas que ilustran cómo se ha avanzado en la aplicación de medidas en la política de acercamiento de la emigración y la nación.
Recordó los conceptos de Fidel y del General de Ejército Raúl Castro Ruz sobre este tema, y más recientemente las reiteradas intervenciones del Presidente Díaz-Canel acerca de las posiciones del gobierno cubano en este asunto, donde la premisa para el fortalecimiento de esos nexos ha sido que «respeten el suelo que los vio nacer y los formó con amor».
«Nuestra cultura es una sola, nuestra historia nos lleva a la fórmula martiana del amor triunfante, es nuestra fe», aseveró el canciller cubano.
Y unos segundos después planteaba la frase que caló hondo en la sala: «La nación crece entre los cubanos residentes en el exterior, donde quiera que haya un cubano que lleve en el alma el sentimiento de la Patria».
«En Cuba está el pueblo y la historia que es de todos los cubanos. Nos honran que en estén en la Patria en este reencuentro», aseguró el ministro de Relaciones Exteriores a quienes viajaron desde diferentes partes del mundo con Cuba en su corazón.
Así quedaba abierto el debate en este espacio de diálogo entre cubanos dispuestos a aportar al desarrollo de su país, desde cualquier sitio donde vivan, con el objetivo de contribuir a enaltecer el orgullo nacional.
(Tomado de Presidencia Cuba)