En tiempos de coronavirus, y de dengue también, recordamos un fragmento del discurso de Fidel Castro el 28 de noviembre de 1997, en la clausura del VI Seminario Internacional de Atención Primaria, en La Habana, Cuba:
"(...) nosotros llegamos a tener una epidemia de dengue tan rara, que el serotipo aquel no estaba en ninguna parte; era indiscutiblemente un serotipo de laboratorio. ¡Ah!, sí había un punto, los vectores estaban aquí. En el dengue es muy importante el control de los vectores, hay que tener casi un ejército luchando contra los vectores; si es el ratón, pues contra el ratón. La organización para controlar los insectos, ratones y todo eso es indispensable, es muy importante.
Nosotros también tuvimos nuestro brotecito de dengue, hubo un descuido en un municipio, porque un visitante del exterior llega contagiado y si hay el mosquito... Entonces mantener el índice bajo, eso hay que hacerlo a toda costa, es fundamental.
En aquella epidemia de principios de la década del 80, que apareció en distintos lugares, más de 300 000 personas fueron afectadas de dengue hemorrágico. Cuando se investigó a fondo se vio que en la introducción de esa enfermedad en Cuba, sin lugar a duda, hubo intencionalidad. Eso nos ha pasado en la agricultura, en distintas cosas hemos tenido problemas similares.
Adquirimos una gran experiencia en eso. Por aquellos días habíamos ya producido por primera vez el Interferón, lo usamos como elemento antiviral. Realmente, fueron 158 personas las que murieron, más de 100 niños; pero pudieron haber muerto miles. ¡Qué batalla aquella!
Cada vez que en cualquier país de América Latina ha surgido algún problema, inmediatamente hemos ofrecido nuestra colaboración. Eso no es nada, es un deber elemental."