Esta mañana me levanté mucho más temprano de lo habitual, apenas unas pocas horas de descanso entendí era más que necesario. Sentí que algo me estaba faltando, que lo necesitaba más que nunca y se apoderó de mí una especie de dolor que sería difícil explicar con palabras, aunque seguro estoy que muchos lo sienten igual que yo.
Camino a la Embajada me di cuenta que Fidel estaba junto a mí, que no se ha ido, que permanece a nuestro lado. Vi a un señor venir desde el interior de Guatemala para rendirle tributo, porque Fidel le devolvió la visión; he visto personas encender sus velas y rendirle oraciones; muchos pasan a nuestro lado y dan sus condolencias y hablan de Fidel como si estuviera escuchando esas palabras.
Hoy salí buscando a Fidel y me di cuanta que Fidel, nuestro Fidel, nuestro Comandante en Jefe, estaba ahí, en el aire, en las montañas, en los ríos, en los niños, niñas, en cada persona y muy en especial, en nuestro corazón.
Gracias Fidel por no haberte ido y seguir a mi lado por siempre y para siempre.
Hasta la Victoria Siempre Comandante de mil batallas.